En el Parque de la Independencia , un error infantil del Chino Ben铆tez tir贸 por la borda el expresivo trabajo de 90’ , y con 茅l, la planificaci贸n de una semana. Siete d铆as m谩s tarde, un escenario parecido, pero otra cancha y distintos protagonistas, porque el Pincha lo ganaba bien 1 a 0, maniatando a NOB con autoridad, y lleg贸 la desconcentraci贸n fatal del Chavo Des谩bato para darle el gol en bandeja a la definici贸n de Borghello.
De all铆 en m谩s, otros 45’ para doblar una historia que parec铆a posible antes del inicio del partido, pero volv铆a a retorcerse de manera inesperada, se pon铆a adversa, y se rehac铆a cuesta arriba desde lo sicol贸gico, un factor que a Estudiantes le sigue jugando malas pasadas.
En el complemento, qued贸 la sensaci贸n que jugaba 2 d铆as y Estudiantes no quebraba la paridad. A la falta natural de recursos, de poder de fuego en los metros calientes, de peso ofensivo, se agreg贸 la saturaci贸n de la paciencia, que en la cabeza de cada jugador va comiendo los segundos y le repiquetea partidos igualitos que no pudieron ser. Y el tiempo pasa, inexorable, y las piernas pesan tanto que nublan las pocas ideas.
Ser谩n parte de la an茅cdota el resultado; la nueva eliminaci贸n de local sin perder; el titular malicioso del Diario Ol茅, que reza “Un triunfo memorable” con toda la mala leche acumulada por el estado vegetativo de los pseudos grandes; el muy buen partido de Stefanatto, o las ganas de la Bruja que se fueron transformando en fastidio por impotencia.
Ya en el terreno del an谩lisis preocupado, la ausencia de recursos individuales para suplantar una lateralizaci贸n estudiada de memoria por todos los rivales del Le贸n. El signo de interrogante alrededor de Lea Gonz谩lez como hombre-gol para un match decisivo.
Otra vez fracasaron los nombres, e hicieron naufragar al sistema. Sin chances de visitantes, con 45’ que parecieron hasta tiranos de locales. Fueron dos equivocaciones gigantes, a cargo de dos de sus jugadores m谩s experimentados, las que echaron al Pincha de la Copa Sudamericana. Y el pozo de rendimiento de la segunda mitad de esta noche no debe sepultar el correcto planteo del primer tiempo.
Viene Boca, a la vuelta de la esquina. Y el ex Cl谩sico. Un par de instancias cruciales para cambiar el curso del viento. Para arriar las velas y recomenzar. Ya no habr谩 excusas de cansancio, de viajes, de superposici贸n de encuentros. Resta apenas una de las tres porciones –la m谩s extensa y, a priori, m谩s distante de la mano- que estaban servidas arriba de la mesa del segundo semestre. Parad贸jicamente negro para un cuadro que, ganando el s谩bado y el mi茅rcoles, ser谩 claro puntero del torneo dom茅stico. Hay que trabajar de arriba, en el bocho; y jugar estas dos paradas cent铆metro por cent铆metro, a morir.
Salutti