❤❤❤ BIENVENIDOS AL GRAN RINCÓN PINCHARRATA ❤❤❤

X@Por_Estudiantes

El Flamengo se relame

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


En una actuación espantosa, con un planteo incomprensible pensando seguramente en la visita a Río de Janeiro, Estudiantes volvió a mostrar su peor cara para caer derrotado por 2 a 0 ante Central Córdoba en la provincia de la siesta.

Domínguez incluyó al discutido Piovi en el eje, junto a Amondarain y Ascacíbar, los cuales, sumados a Medina tirado casi de wing por la izquierda y Palacios por derecha, armaban una línea media de cinco jugadores, con cuatro internos. Que nunca le rindió y en la fecha no tuvo sorpresa, incidencia táctica, intensidad, juego asociado ni ambiciones, por el paupérrimo nivel general, por las gruesas falencias defensivas y porque Carrillo, solito arriba, también se contagió de la sintonía negativa ante un rival directo para atacar.

La tempranera ventaja local a los 5’, con una gran pelota de Discoteca Godoy a espaldas de Román Gómez y un centro atrás de Cufré que tras desviarse en González Pirez descoloca la débil respuesta de Muslera, empezó a desnudar las carencias del León.

Nervioso e inerme, el equipo jamás estuvo en partido, con Piovi, Ascacíbar y Amondarain errando muchísimos pases, Palacios en sus ya habituales nebulosas, y Medina sin peso pues por su lado Arzamendia no lo acompañaba para generar algo. Y de un error de Piovi al dejarse anticipar llega el segundo a los 10’, con una habilitación larga para Perelló por detrás de Facundo Rodríguez y su mazazo alto e inatajable para Muslera.

Aisladas acciones de Medina y Palacios no alcanzaban para esbozar una reacción, se perdían controles sencillos, se regalaban balones con el compañero a dos o tres metros, y por TV se apreciaron bastantes reproches entre los jugadores. Enfrente, los ex estudiantiles Leonardo Heredia y Discoteca Godoy eran incisivos, en los enésimos ejemplos de hombres intrascendentes con la roja y blanca, e importantes en otras instituciones.

Sobre la hora de esos penosos 45’ iniciales casi descuenta Carrillo en un centro pasado, pegándole con el hombro para obligar a Aguerre a mandarla al corner. Y de ese tiro de esquina, Guido la agarra de media tijera pero le sale bombeada al medio del arco, y el arquero carretero la saca por encima del travesaño.

En la mente de Domínguez, claramente obnubilada, la solución para afrontar el complemento fue el reemplazo de Piovi por el frívolo Alexis Castro. Además, con el tándem Ascacíbar-Amondarain funcionando bastante en los partidos previos, lo había desarmado para adelantar al pibe de Bavio, en insólito experimento. Y en la segunda mitad, con dicha variante, bajó a Mikel a su posición natural.

Sin embargo, el Pincha continuó zozobrando, sin ideas y sufriendo las réplicas santiagueñas hasta la ventana de los 61’, cuando Farías y Cetré sustituyeron a Palacios y Medina, en especial por el muy buen ingreso del ex Colón, que se mostró movedizo, puso tres cortadas bárbaras desperdiciadas por Cetré y trató de transmitir sus ganas en un contexto extrañamente apático. Todo el peligro albirrojo nació en la última media hora de sus pies.

A las citadas de Cetré, y a un disparo ancho de Farías, se le sumó una escalada a fondo de Arzamendia que no pudo conectar Carrillo a la carrera. Aunque la zaga era un compendio de horrores, con Facundo Rodríguez de principal intérprete, y ni los dientes apretados de Román Gómez lo salvaban del incendio grupal, mientras Muslera enloquecía en vanos intentos por despertar a sus compañeros. En varias ocasiones, los de Omar De Felippe toqueteaban hacia los costados y los nuestros miraban entregados, sin presionar.

Aparentemente se habría caído la venta de Palacios, y si sus eventuales compradores tenían algunas dudas, con su performance de la fecha las disiparon para siempre. Los 3 minutos adicionados no provocaron protestas del DT ni de los jugadores, completamente desdibujados, en elocuente postal del descalabro. El panorama copero, por lo visto hoy a la vera del Hipódromo 27 de Abril, pinta negro oscuro. Porque alarman la apatía y la falta de espíritu combativo evidenciadas. MÁXIME PARA UN PLANTEL QUE ARRANCÓ LA FECHA EN LA CIMA DE SU ZONA Y EN BREVE JUEGA 4tos. DE FINAL DE LA LIBERTADORES. Si eso no los motiva, o si el técnico no consigue ponerlo en valor dentro del alma de cada uno de sus dirigidos, estamos al horno.

Leo en Twitter una atinada reflexión: "Estudiantes es esto hace más de un año. Pequeños oasis en el desierto. Cuando parece que va a volver a acomodarse, el cuerpo técnico se suicida y los jugadores juegan como si fuese un amistoso".

Desconozco si Domínguez dio conferencia de prensa, ni quiero escucharla. En su lugar, por vergüenza, sacaría un comunicado por las redes pidiendo perdón a los hinchas y a la institución por semejante papelón.
Salutti
Muslera: 4
Román Gómez: 4
González Pirez: 4
Facundo Rodríguez: 2
Arzamendia: 3
Palacios: 3
Asacacíbar: 3
Piovi: 3
Amondarain: 4
Medina: 4
Carrillo: 5
Castro: 3
Cetré: 3
Farías: 7

Ganó sin brillar

Análisis por Marble Arch


El 1 a 0 de esta noche ante el humilde Aldosivi le permitió a Estudiantes sumar 3 puntos vitales para el futuro.

El resultado, amarrete, no refleja lo ocurrido. Y si bien Muslera tuvo otra actuación descollante, con dos atajadas espectaculares –a los 2’ un frentazo al lado del poste- y un timming excelso para adueñarse del área, las chances dilapidadas por Castro tras gran habilitación de Amondarain, por Guido luego de una asistencia de Medina, y por Cetré reventando el travesaño después de otra brillante habilitación de Mikel, y por Carrillo al desviar por encima del horizontal un buen tiro libre de Arzamendia, hablan en esos 45’ iniciales de una clara supremacía albirroja ante los aislados avances del rival.

Medina marcó los tiempos, Mikel volvió a imponer su presente esperanzador limpiando todas las pelotas, y aunque ni Castro ni el Ruso estaban en sintonía fina, Carrillo de espaldas al arco pivoteaba como de costumbre, y Cetré, a cuentagotas, insinuaba peligrosidad.

La apertura, a los 12’, sobrevino de un cabezazo de Carrillo desviado entre el poste y el arquero al corner. Allí la triangularon con toques cortos Medina, Arzamendia y Cetré, derivó para el colombiano, su envío bajo cruzó viboreante por delante de la valla, y por detrás apareció González Pirez para empujarla desde el suelo a la red. Además, el chico Amondarain trabó un balón con la cabeza para despertar el “Estudiaaaan” de los cuatro costados.

En el complemento, el León trató de regular las energías, pero los marplatenses se adueñaron del trámite, aunque sin profundizar. Tiago reemplazó a los 65’ a Cetré, un errático Sosa a los 71’ a Medina, y en la ventana de los 86’, Farías y Piovi a Castro y Amondarain. El segundo estuvo en los pies de Palacios, cuyo zurdazo reventó el caño derecho de Carranza, en un pase de Tiago que Carrillo no logró concretar debajo de la meta, en otra con los mismos intérpretes y frenteada por Guido a las manos del guardameta, y en una réplica tejida por Sosa e interrumpida involuntariamente por el árbitro cuando el 7 se iba solo a recibir la devolución.

Se ganó. Sin estridencias. Con errores no forzados en algunas salidas de Román Gómez y Facundo Rodríguez que agrandaron al oponente, y con la garantía brindada por la jerarquía de un Sr. Arquero, por la realidad llamada Mikel Amondarain, por la clase innata de Medina, y por la solidez de González Pirez. Ojo, enfrente estaba un cuadro con serias chances de descender, del cual sólo cabe rescatar al rubio Serrago. Y eso enfría un tanto el entusiasmo.
Salutti
Muslera: 8
Román Gómez: 5
Facundo Rodríguez: 6
González Pirez: 7 ⚽
Arzamendia: 6
Medina: 8
Ascacíbar: 5½
Amondarain: 8
Castro: 5
Carrillo: 6½
Cetré: 6
Palacios: 6
Sosa: 4½

Pasó sufriendo y ahora va contra la muralla china

 Análisis por Marble Arch


El apretado y emotivo abrazo de los jugadores albirrojos del final retrató la foto perfecta de cuánto costó la clasificación a Cuartos ante un Cerro Porteño aguerrido, concentrado, combativo, que vino a La Plata dispuesto a mostrar otra cara, y si bien careció de profundidad, jugó todas sus fichas en el último cuarto de hora para meter al León contra su valla y despertar el apoyo estremecedor de su gente. Estuve en 57, donde el cemento tembló, después de una previa de clima bastante tenue. Claro, los dueños del circo no permiten bengalas, papelitos ni serpentinas, mientras en las recepciones de Inter o Flamengo tiran toneladas de "pelpa" para luego garpar una hipotética multa equivalente a cosquillas para las billeteras engordadas por los magos del Laverap.

Poco de un Pincha sin ideas frente al atinado planteo paraguayo para avanzar en bloque, con pelota al piso y bochazos cruzados. Enfrente, el criterioso tranco de Amondarain, el característico raspado de un “Ruso” amonestado muy temprano, el inteligente manejo de Cristian Medina para acelerar o pausar con acierto, y el sacrificio de Carrillo para pelearlas todas como única referencia de vanguardia, no tuvieron complemento en la negativa displicencia de Castro ni en la intrascendente noche de Palacios, ambos flojísimos. La cueva, no obstante algunas fallas de González Pirez en las salidas, cumplió; Arzamendia se las rebuscó con altibajos por su banda, Román Gómez clausuró la suya para dejar su propia“Meza” bien servida de cara al futuro, y Muslera volvió a ser el amo y señor de su zona.

La visita prácticamente no llegó durante la primera mitad, y Estudiantes tuvo la más clara en una bocha robada por Carrillo por el medio, su pared con Ascacíbar, Guido pica al vacío para definir y el deficitario pase de Santiago, que va a los tobillos del 9, permite la cobertura rival. Era situación de gol, del valor de una estafa Libra en el contexto angurriento del encuentro.

En el complemento, la misma tónica de dientes apretados, y de escaso vuelo creativo. Un par de arranques prometedores de Cristian Medina, el mejor por lejos. Un tiro libre de Arzamendia frenteado arriba del travesaño por González Pirez, y la más patente a cargo de Castro, quien recibe a espaldas del zaguero un cabezazo bombeado de Guido en una réplica, y de frente al arco, con el fútbol picando, tira una masita a las manos de Arias.

Farías reemplazaba a Palacios a los 76’, cuando los murmullos de la platea se hacían sentir porque el equipo no encontraba la redonda, y la inexplicable variante de Santiago Núñez por Medina a los ’81 terminó de envalentonar a los huéspedes, cuyos cambios ofensivos cubrían todo el frente de ataque. Hubo una serie de corners consecutivos sobre el área de Muslera, se jugaba en campo local, Castro perdía el balón con facilidad exasperando a la gente, y el Tetra, acorralado, lo aguantaría hasta el cierre con el sudor en la piel y el aliento de su gente. Sufriendo. En tiempo cumplido, Cetré sustituyó a Castro, y un ratito antes, Farías apiló a uno, a dos, a tres, no encontraba el hueco para patear, se fue abriendo y le taparon el remate, en uno de esos slaloms que cimentaron su fama sabalera.

Se puede ver el vaso medio vacío, o medio lleno. Quienes esperaban un Estudiantes avasallante que barriera del terreno a su oponente encontraron empero a otro cauteloso, precavido, y por demás respetuoso del poderío guaraní, no obstante la vital ventaja conseguida en Asunción. A pesar de haber sido un desastre, estamos entre los ocho mejores del continente, datos para no soslayar. Y el mensaje timorato de Domínguez al armar línea de cinco para el epílogo permite diagnosticar que internamente sentía peligrar su continuidad en caso de eliminación.

El viri-viri asegura una inminente venta de Palacios al Panathinaikos de Grecia, y se estaría despidiendo del club. Flamengo nos espera el 15 de septiembre en Río de Janeiro, tras derrotar ayer categóricamente por 2 a 0 al Inter en Porto Alegre. A priori, una muralla china. Como lo era el Manchester en Old Trafford. Por eso soñar con un “Minga, Maracaná” parecería utópico, o tal vez descabellado. Pero en la Copa Libertadores sabemos de imposibles.
Salutti
Muslera: 7
Román Gómez: 7
Facundo Rodríguez: 6
González Pirez: 5
Arzamendia: 5
Castro: 4
Amondarain: 7
Ascacíbar: 5½
Medina: 8
Palacios: 4
Carrillo: 6
Farías: 5½

Centrales de metegol para una caída rara

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Una ráfaga de Banfield en el complemento transformó aquel 0-2 en contra en un 3 a 2 a favor, y el consabido “la concha de su madre, a ver si ponen huevos” entonado por su parcialidad durante la primera mitad en una euforia por cierto inesperada.

El Estudiantes de los primeros 10’ minutos, lleno de imprecisiones de Núñez y Facundo Rodríguez en las salidas, pronto le dio paso a otro muy distinto, con el chico Amondarain rayando a gran altura, el Ruso adueñado del eje, Sosa haciendo jugar a todos, Farías encendido y los laterales punzantes.

Entonces no extraño el zurdazo cruzado de Arzamendia para abrir el marcador a los 20’, luego de un buen pressing alto de Sosa y Ascacíbar. Ni la obra de arte plasmada a los 45’ por Román Gómez tras una exquisita sucesión de pases entre Sosa, Farías y Ascacíbar, la gran habilitación combada del ex Colón para Gómez, y la definición serena del pibe, colocándola a rastrón en el segundo palo. Ya estaba en el campo el flamante Leo Suárez, reemplazante de un sentido Fabricio Pérez, y con el equipo en sintonía mostró algunas cositas interesantes.

Después del descanso, la variante de Piovi por Ascacíbar resultaría fatídica, porque el Pincha perdió el equilibrio en el mediocampo y su estructura se derrumbó. Si bien amagó con estirar diferencias en sendas corridas de Amondarain y Sosa, sufrió serias deficiencias defensivas a los 54’, cuando un centro desde la izquierda encuentra el resbalón-agachada de Piovi, la flojísima cobertura de Núñez, y facilita que Auzmendi la empuje a la red.

A los 61’, el Barba realiza dos variantes inexplicables, las de Funes Mori y Cetré por Farías y Sosa. Así agranda por completo al rival, al punto que los dos sustitutos ingresaron con el partido 1-2 y no la habían tocado en el repentino 3-2, plasmado por Lautaro Ríos a los 62’ con segundo cabezazo en un corner –Facundo Rodríguez en un cumpleaños al ser madrugado por Auzmendi-, y por el vehemente embate de Martín Río para cuerpear arriba a Santi Núñez en el enésimo envío local sobre el área y clavarla alta junto al caño a los 64’. Muslera tampoco lo podía creer.

Antes de ser relevado por el novato Lucas Cornejo, el “Vasco” Amondarain estrelló un tiro en el vertical. Y en el epílogo, un disparo de Piovi a las manos de Sanguinetti, una media vuelta ancha de Alario, y un tiro elevado de Cetré tras un toque corto del “Pipa”, ilusionaron con una igualdad que no se concretó.

Por cómo se generó la derrota, preocupa el aspecto mental de cara a la revancha del miércoles frente a Cerro Porteño. Más allá de los méritos del “Taladro”, de su tesón para descontar y para dar vuelta la tortilla, las débiles respuestas de la cueva le sirvieron el plato en bandeja al once de 7roglio. Como si se hubieran disputado dos encuentros dentro de uno, nadie que sólo hubiese visto los 45’ iniciales, con pasajes de muy buen fútbol albirrojo, acertaría el resultado final.
Salutti
Muslera: 5
Román Gómez: 6 ⚽
Núñez: 2
Facundo Rodríguez: 3
Arzamendia: 6 ⚽
Amondarain: 8
Ascacíbar: 7
Sosa: 7
Fabricio Pérez: 5
Farías: 6
Alario: 5
Leo Suárez: 5
Piovi: 4
Funes Mori: 3
Cetré: 5

La Olla hirvió en el descuento

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


El Pincha se trajo los 3 puntos de tierra paraguaya, y el próximo miércoles librará la clasificación en UNO con la fundamental ventaja conseguida en La Nueva Olla. Que albergó gran parcialidad estudiantil, entre ellos el Grande Ditomasso, el infaltable Pezubi (por Perón, Zubeldía y Bilardo), Juancito Ortega, Martín “Karadagián”, Estebita de Los Hornos y la twittera Denisse.

Mejor el León, plantándose ante un rival bastante tibio en relación a la histórica rudeza guaraní, y un dominio territorial carente de profundidad porque Palacios y Castro iban en general a contramano, Ascacíbar alternaba buenas y malas, Meza no terminaba una escalada bien, y todo ello conspiraba contra el atinado manejo de Medina, el enchufe de Cetré y el característico pivoteo de Carrillo. Los centrales, sin mayores problemas, y Arzamendia, en destacada actuación para clausurar su lateral, casi abre el marcador a los 22’ con un tremendo zurdazo sacado en posición de 8, luego de un acertado cambio de Palacios, obligando a una estirada magistral de Alexis Martín Arias para mandarla al corner.

Hubo además un disparo alto de Cetré, un tiro libre de Castro que salió cerquita del caño, y una volea de Ascacíbar apenas ancha, para justificar una ventaja visitante que no se traducía en el tanteador. En el arco albirrojo, la garantía de Muslera, siempre un par de segundos antes de las jugadas, y autor de perfecto saque largo en la previa de la citada chance de Arzamendia. Cerro Porteño sólo llegó con un cabezazo de Torres, algo forzado en pelota que sobró a González Pirez y terminó en las manos de nuestro guardameta.

Los 15’ iniciales del complemento mostraron a Estudiantes más decidido a lastimar, con mayor participación de Palacios, la manija de Medina, el trajín incansable de Ascacíbar y las corridas de Cetré. En un centro del colombiano se la sacaron del buche a Carrillo, y en otro combado de Palacios, Guido la peinó a la carrera para volver a avisar. Sin embargo, los minutos pasaban y las enormes ventajas de Meza en la marca eran aprovechadas por Aliseda e Iturbe para generar desbordes peligrosos. En un tiro de esquina, Meza perdió a Morel, el ex pincha cabeceó de pique al piso y Muslera, volviendo sobres sus pasos, la manoteó hacia afuera para evitar la caída. Al rato, lo mandan a pasear a Meza, deriva en Iturbe, le entra de zurda, rebota en Arzamendia, le queda para la diestra y su bombazo de inusitada violencia, mirado por Muslera, roza el poste derecho. El uruguayo atoraría más tarde una escapada solitaria del mismo Iturbe, que simuló infracción y fue amonestado, después de error de cálculo de González Pirez.

Benedetti ingresaba a los 71’ por el sentido Arzamendia, en la ventana de los 77’ el Barba metió a Amondarain y Fabri Pérez por Palacios y Cetré cuando Castro seguía desentonando, y el partido parecía encaminarse a la igualdad pues el Tetra no encontraba la manera de aproximarse con claridad, a pesar de algunas combinaciones inteligentes de Medina y de la férrea voluntad de Carrillo para pelearlas todas.

Fabri Pérez no pudo desnivelar en un par de mano a mano por la punta izquierda, Sosa relevó a los 89’ a Cristian Medina, y en tiempo cumplido, un frentazo de Viera Caballero fue a los guantes de Muslera.

Pero el chico Amondarain, que casi no había tenido contacto con el esférico resultó fundamental, ya en tiempo de descuento, para encontrar la victoria: en posición de 8 atrasado limpió el balón, buscó el claro para la devolución, de primera lo puso a correr a Carrillo, Guido usufructuó el cierre defectuoso del zaguero Lucas Quintana, guapeó para cuerpear a Matías Pérez y fue barrido por éste al aprestarse a definir, en penal indiscutible. Con sus manos, Domínguez hacía el siete (a cero), como indicando al crack de Carcarañá para la ejecución, no obstante el “Ruso” se hizo cargo de la responsabilidad tras muchos minutos de discusiones y de rodear un virtual pozo en el circulito de la pena máxima, para agarrarla de lleno, alta y al medio, e inflar la red mientras Arias volaba a su derecha para la foto.

Los jugadores se arremolinaron en el festejo contra el alambrado de la gente, en el vértice de la cancha, y el sabor del triunfo, desencadenado de modo inesperado por esa acción aislada del epílogo, tuvo el innegable condimento de la mística.
Salutti
Muslera: 8
Meza: 3
González Pirez: 5
Facundo Rodríguez: 6
Arzamendia: 6
Castro: 5
Ascacíbar: 7 ⚽
Medina: 7
Palacios: 5
Cetré: 6
Carrillo: 7
Benedetti: 5

El equipo empezó a fluir

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Acentuando la levantada evidenciada con la reacción ante Huracán y el triunfo de visita frente a Racing, el Pincha derrotó con autoridad a Independiente Rivadavia por un 2 a 1 mentiroso en la helada noche de jueves decorada por intermitentes garúas.

Es mentiroso el resultado, pues el descuento del violoncello Villa, conseguido de penal en el descuento, sobrevino de una irresponsabilidad de Benedetti al noquear en ollazo pasado a un rival con un cortito al mentón, en verdadera lástima por el buen partido del lateral.

La movilidad, presión alta e intensidad albirroja, durante la mitad inicial, mostró la mejor cara del León en meses, con Medina en altísimo nivel, Tiago encarando con mucha decisión, el Ruso en incansable tarea llena de aciertos, el chico Amondarain mostrando sus credenciales “marangonianas” en su debut absoluto como titular, y Fabri Pérez confiadísimo para el desequilibrio mano a mano. Atrás, firmeza en la zaga con la dupla González-Pirez, Facundo Rodríguez, atinadas escaladas del Vasco, y problemitas para Román Gómez por la velocidad de Villa. Arriba, Alario trató de pivotear, lejísimos de aquel añejo brillo riverplatense, tocó algunas bien, se enredó en otras y en el balance progresó. Nuestro señor arquero transmite tranquilidad, parece achicar el arco, nunca queda a mitad de camino, está siempre un segundo antes de cada jugada y contagia una seguridad inmensa, como hace tiempo –acaso desde el cénit de Andújar- no teníamos.

La apertura, tempranito, llegó de un pase de Facundo Rodríguez a Benedetti, su centro ubicado es aprovechado por Ascacíbar para arrastrar la marca del central, a mi juicio el “Ruso” de vivo se agacha, el balón sigue, Fabri Pérez recibe solo del otro lado, lo para, le pega de sobrepique a rastrón y el césped mojado convierte al disparo en indescifrable estiletazo para Centurión. Hubo un vertiginoso contragolpe de Medina definido por Fabri Pérez y salvado por el golero andino. Un cabezazo apenas ancho de Ascacíbar al ligar de rebote un rechazo exigido de Centurión.

Un tiro alto de Palacios, tras chorear la pelota en una salida. Y el dominio, por momentos era abrumador. Por eso no extrañó que a los 40’, luego de una falta por el sector derecho, la comba preciosa de Fabri Pérez encontrara el parietal de González Pirez para cambiarle la dirección al esférico en la línea del área chica y establecer el justificado 2 a 0.

En el complemento, el León reguló las energías, pensando en el choque copero de la semana venidera contra Cerro Porteño en Paraguay. Decayó un tanto Palacios, Medina continuó derrochando jerarquía, y el tándem Ascacíbar-Amondarain insinuó cuánto puede dar cuando el nene de Bavio crezca físicamente.

Mereció terminar en la red ese zurdazo de Fabri Pérez, que limpio en posición de wing derecho y se fabricó el hueco con habilidad. Farías, Sosa y Cetré sustituyeron a los 65’ a Fabri Pérez, Alario y Palacios; los tres ingresaron con el pie derecho, y en una triangulación entre el crack de la 7, Farías y Cetré, el colombiano erró el tijeretazo de lo que hubiese sido un golazo. Carrillo por Mikel a los ‘75’, Santi Núñez por Medina trascartón, y aplausos unánimes tanto para el pibe –terminó acalambrado- cuanto para el ex bostero.

Los mendocinos también habían agotado las variantes, y en el epílogo, por las bandas, intentaron generar peligro, sobremanera por la de Román Gómez –pegó una murra de anaranjada…-, aunque chocaron invariablemente con la altura de González Pirez y Facundo Rodríguez, o con la muralla de Muslera; éste, en la previa de un corner a favor, se puso a tirarse velozmente hacia ambos lados en el piso, ejercitando los reflejos, y no cabe duda que se trata de un monstruo del arco. Y esa sensación ayudó a achicar el pánico después del aludido gol de Villa, porque no se sufrió.

Foguear a los valores de las inferiores era una materia pendiente del "Barba" Domínguez, más allá del convaleciente Tobio Burgos. Además de Amondarain y Fabri Pérez, esta noche estuvieron en el banco los prometedores Magdaleno, Galarza, Cornejo y Franco Domínguez. En la Reserva, el santafesino Franco Basualdo pide cancha. Era por ahí. Por donde el equipo empezó a fluir.
Salutti
Muslera: 7
Román Gómez: 5
Facundo Rodríguez: 7
González Pirez: 7 
Benedetti: 6
Medina: 8
Ascacíbar: 8
Amondarain: 7
Palacios: 7
Fabri Pérez: 8 ⚽
Alario: 5
Cetré: 6
Sosa: 6
Farías: 6

Muslera y Carrillo, pilares de un triunfazo

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Por cómo venía la mano a todo nivel, la victoria de anoche por 1 a 0 ante el Racing de Costas vale mucho más que 3 puntos, pues Estudiantes la precisaba como las raíces al agua.

Dentro de un partido friccionado, mordido e intenso, donde prácticamente no hubo situaciones claras para ninguno durante la primera etapa, el León mostró solidez defensiva en la cueva con la dupla González Pirez-Facundo Rodríguez, concentración extrema en Arzamendia, algunos desajustes propios de su ímpetu juvenil en Román Gómez, y un sello de garantía en la silueta de Fernando Muslera, dueño absoluto del área, ordenando siempre a sus compañeros, segurísimo de arriba, e irradiando una inequívoca sensación de invulnerabilidad. 

Sin embargo, el trajín desordenado de Ascacíbar, las decisiones mayoritariamente erradas de Palacios y los toques a cuentagotas de Medina deslucían las atinadas pausas de "Pucho" Castro, las positivas intervenciones de un encendido Cetré y el pivoteo quirúrgico de un Guido Carrillo monumental para ponerse la 9 con el tabique fracturado. Por eso no fluía la creación ni se hilvanaban jugadas de peligro.

En el complemento se vislumbraba un panorama similar, con la seguridad de Muslera minimizando cualquier riesgo. Pero a los 55', una pérdida alta e infantil de Palacios al avanzar con pelota dominada cae en los pies de un rival, quien insólitamente alarga para Cetré, el colombiano levanta la cabeza, envía un centro pasado para Carrillo, Guido desacomoda a su marcador, la baja y de derecha la cruza esquinada, con pique en el medio, al segundo palo de Cambeses.

Siete minutos más tarde, el goleador de Magdalena deja algo sentido su lugar a Farías. Y a los 65', en una acción intrascendente, Castro raspa la canilla y el tobillo de Nardoni de manera irresponsable, el árbitro le saca amarilla, el VAR lo llama y la roja condena al León a jugar con diez hombres por espacio de casi 40 minutos, porque terminarían adicionando 7. Enseguida, Benedetti por Cetré. Y en la ventana de los 82', Sosa y Amondarain por Medina y Palacios, en el debut absoluto del rubio volante de Bavio, con tranco parecido al de Claudio Marangoni.

Hubo una enorme atajada de Muslera, volviendo sobre sus pasos para manotear abajo junto al caño un desvío en Román Gómez. Varios descuelgues absolutos del uruguayo lejos de su arco. Una buena combinación de Sosa con Benedetti para la llegada a fondo de Gastón que no prosperó en su pase atrás, y otra de Farías con Amondarain para el disparo exigido de éste luego de buscar la devolución al vacío.

Y en el agregado, el conjunto albirrojo se multiplicó para cerrarle los caminos a la Academia. Que se topó con una retaguardia aguerrida y un guardameta de verdad.

El grito de Domínguez a la cámara, ni bien culminó el partido, mostró el desahogo del Barba, bastante ninguneado por la dirigencia la semana pasada, cuando su continuidad caminó por la cornisa y el público estalló contra los jugadores en pleno encuentro frente a Huracán.

Ayer se vislumbró una mejora actitudinal. Nadie escatimó esfuerzos. Entonces, la jerarquía de su centrodelantero y de su golero le permitieron al Tetra señalar la mínima diferencia. Van dos triunfos al hilo, y aunque hayan sido sin estridencias, siempre sobre ellos se construye.

Salutti

Muslera: 9
Román Gómez: 5
González Pirez: 6
Facundo Rodríguez: 5
Arzamendia: 6
Castro: 5
Ascacíbar: 5
Medina: 4
Palacios: 4 
Cetré: 7
Carrillo: 8 ⚽

Farías: 5

Domínguez le debe un monumento a Cetré

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Dos años atrás, en el inicio del Ciclo Domínguez, ELP derrotaba 2 a 1 a Huracán. Anoche, ante el mismo rival, un resultado idéntico salvó al Barba de la guillotina, tras un primer tiempo decepcionante.

El planteo 5/4/1, con la insólita inclusión de Funes Mori en la zaga, desnudó la confusión mental del DT, y en el amanecer del partido el central pierde la marca de Fabio Pereyra en un corner para facilitar su cabezazo cruzado junto al caño e inatajable para el vuelo de Muslera.

Después, la apatía y falta de profundidad características del semestre anterior. Con dos laterales que no subían, Medina y Palacios desperdiciados en las bandas, y un doble cinco donde el despliegue de Ascacíbar y la calidad infinita de Sosa no alcanzaban para equilibrar la movilidad del eje quemero integrado por Leonel Pérez, el "Colo" Gil, Sequeira y el inquietante Miljevich, quienes generaron varias chances con la ayuda de las incongruencias defensivas albirrojas y de la horripilante actuación de Funes Mori.

Un tiro débil de Carrillo y un frentazo alto de González Pirez en un tiro de esquina habían sido las únicas aproximaciones locales, hasta que en una pelota larga en el extremo izquierdo, un mal rechazo del arquerito Meza rebota en Arzamendia y le queda servido al paraguayo en diagonal dentro del área, con el arco desguarnecido, pero duda en patear desde posición privilegiada y le cede el balón a Palacios, quien rodeado de tres defensores no logra empujarlo a la red.

Al "movete, Pincha, movete" le sucedió, al filo del descanso, un inédito "la concha de su madre, a ver si ponen huevo, que no juegan con nadie, jugadores". No recuerdo haberlo escuchado no sólo en UNO, tampoco en el Único, ni con Sensini o Milito. Creo que se había cantado algo así en la época de Malbernat, o antes con Ramos Delgado. Y ese hartazgo significó la más cruda y acabada radiografía de la realidad. El diagnóstico de un equipo sin alma ni timón.

"Hace 3 ó 4 semanas que no hablo con Domínguez", tiró Verón en un programa radial de entre semana. En otro, Ascacíbar salió a bancarlo. Y en la desolación de un entretiempo crítico, en el que se asegura hubo gritos, duros reproches e insultos, el técnico "renunció" a su planteo equivocado y sustituyó para el complemento a Funes Mori por Cetré.

Y "Colombia", cuyo nombre estaba en la lista de prescindibles entregada al Consejo Técnico, el tipo desechado con inminente fecha de puerta, evitó la hoguera con su rebeldía en ambiente por demás caldeado. Porque tras un par de desaciertos, a los 19' se perfiló a la carrera de espaldas al arco para tomar de media chilena una peinada de Carrillo y clavó el esférico contra el palo derecho, en un golazo memorable por repentización, plasticidad y precisión. Y a los 24' desbordó como wing izquierdo para meter un centro bárbaro que el testazo justo de Alexis Castro -había relevado a Sosa- transformó en el 2 a 1. De cualquier modo, se notaba otra actitud general. Como si aquellos insultos hubieran tocado alguna fibra.

Entonces, los nervios y el desconcierto padecido de movida por el León se trasladaron al Globo, golpeado por esa ráfaga cafetera. Román Gómez entró bien por el sentido Meza, sin escatimarle a la suela (resultan inexplicables la insistencia por el ex Colón, el freezer de Facundo Rodríguez, la negativa de poner al chico Valente Pierani...), Farías no pesó en su ratito por Medina, y ya en el descuento salió Palacios para reforzar con Benedetti el lado de Arzamendia, mientras Guido se robaba aplausos por su entrega para pelearlas todas.

"Supuestamente hoy me iba yo. Mediáticamente daban por hecho mi renuncia, o que me quieren echar en el club", señaló Domínguez en la conferencia de prensa. Como si viviese una realidad paralela. "Yo le quiero hablar al hincha, estoy donde quiero estar, elijo estar acá. Hasta el día que venga la Secretaría Técnica, Agustín, Marcos o Sebastián y me digan hasta acá. Yo mal al club no le quiero hacer. Queremos volver a estar en una final, porque el hincha se acostumbró a jugar finales".

Ayer, el hincha veía a Estudiantes a 5 puntos del descenso. Y contaba apenas tres victorias en los 18 choques previos. Pero el DT prefiere refugiarse en un papel de víctima en lugar de asumir su responsabilidad. De autocrítica o humildad, mejor no hablar. "No hay que tapar a los pibes", deslizó. Los pibes que él mismo tapa.

El Pincha volvió a jugar muy mal. Si el árbol de estos vitales 3 puntos tapa el bosque, la colisión será demoledora.
Salutti
Muslera: 7
Meza: 4
G. Pirez: 4
Núñez: 6
Funes Mori: 2
Arzamendia: 5
Sosa: 6.5
Ascacíbar: 6
Palacios: 6
Medina: 6
Carrillo: 7
Cetré: 8 ⚽
Román Gómez: 7
Castro: 7 ⚽
Farías: 5

¿Aún no renunció Domínguez?

Análisis por Marble Arch 

Canchita por Maraja 


La derrota por la mínima diferencia de esta noche en Santa Fe frente a Unión significó el enésimo capítulo de una novela cuya trama se ha tornado insoportable. Por la forma, por el fondo, y por la imparable sucesión de resultados adversos. En varios lapsos de la primera etapa, al mirar el partido, cabía preguntarse si los hombres vestidos con la camiseta pincharrata se lo estaban tomando en serio, o si se habían confabulado en secreto para tenderle una cama al DT.

De entrada, media vuelta de Fragapane que pega en el lado externo del palo de Muslera. El Pincha no hacía pie, pese a la movilidad de Palacios y a las buenas intenciones de Alexis Castro, porque Ascacíbar y Piovi erraban pases a rolete, tanto Meza cuanto Benedetti perdían la mayoría de los balones, Farías no quería rasparse las piernitas, y Guido, además de padecer una soledad extrema, se contagiaba de tanta mediocridad lacerante.

A los 17’, gran salvada de Muslera ante una entrada profunda de Tarragona. Y a los 21’ la apertura del local en una salida del fondo de León, cesión amateur del "flamante refuerzo" González Pirez hacia el medio a Piovi, éste no consigue corregir ni controlar, la roba Mauricio Martínez, González Pirez quiere enmendar su horror pero no llega, Santi Núñez de manera insólita se corre hacia el costado dejando pasar al rival, y el jugador tatengue la puntea en total libertad contra el poste izquierdo de Muslera.

El desconcierto era notorio, aunque es el común de los últimos meses de un plantel rutilante de nombres, pero sin rumbo ni actitud dentro de un ciclo agotado hace rato.

Hubo una atajada baja de Muslera, semitapado luego de un corner. Y en otro envío de esquina, miraron todos, Facendini la agarró de zurda y la pelota salió anchita nomás del ángulo.

Estudiantes recién llegó a los 42’ cuando un bochazo largo de Ascacíbar fue bajado por Castro, éste de espaldas al arco ensayó una media chilena y Palacios no alcanzó a conectar de palomita. Y ya en el descuento, Tagliamonte rechazó por encima del travesaño un bombazo alto de Piovi, después de un despegue apurado de la zaga de Unión.

De movida, en el complemento, el petiso Gamba (1.65 metro) lo cuerpea en un fulbazo llovido al grandote González Pirez, lo deja en ridículo, y la brillante atorada de Muslera evita el 2 a 0. A los 53’, tres variantes juntas, cuando Medina, Cetré y Arzamendia reemplazan al tibio Castro y a los pésimos Farías y Benedetti. Y hay un soplo de reacción en un arranque de Cetré detenido con mano por el lateral, tiro libre fuerte de “Colombia” al primer palo y la peinada de Carrillo no entra por centímetros.

Sin embargo, Medina no logra pesar de la manera requerida, se diluye en traslados inocuos y los de Madelón gozan de nuevas chances para aumentar las cifras, como ese sablazo de Del Blanco rozado en su volada por Muslera para desviarlo por arriba del horizontal. O la volea del ingresado Estigarribia a las manos del uruguayo, en una réplica donde Santi Núñez y González Pirez estaban en Disneylandia.

La sustitución de Alario por Tiago Palacios, a los 69’, dejó ver la cara de pocos amigos del oriental al dirigirse hacia la línea de cal. Domínguez, que se había cambiado su trajecito gris por un conjunto deportivo “Rojo”, daba indicaciones que nadie entendía según lo observado en el campo de juego, pues los suyos continuaban presos de la apatía que emana del banco. Cómo si la relación entre los jugadores y el técnico estuviese rota. El chico Fabricio Pérez relevó a Piovi, a los 87’, sin tiempo ni contexto para mostrarse.

Y el resultado, previsible a partir de una formación inexplicable, sumergió todavía más al Tetra en un presente desesperante, desolador. De esos que no permiten imaginar futuro alguno, porque el equipo no transmite absolutamente nada, no reacciona, e involuciona cada vez más.

Farías, Piovi, Castro, Meza, Alario y Funes Mori fueron pedidos por el Barba y traídos por Angeleri. Las responsabilidades, por ende, son también dirigenciales con el aval de Verón. Del Europincha revolucionario fogoneado por el escurridizo Foster no se hizo ni la mentada asamblea. Acentuando el declive institucional apareció en City Bell la misteriosa garota con ínfulas de emperatriz, y duró lo que un suspiro, mientras el aspecto futbolístico se venía desangrando paso a paso, sin prisas ni pausas.

Ahora, estirar la agonía de quien en la insólita conferencia de prensa se comparó con Guardiola, no tiene ningún sentido.
Salutti
Muslera: 7 Meza: 2 González Pirez: 2 Núñez: 3 Benedetti: 3 Castro: 4 Piovi: 4 Ascacíbar: 3 Palacios: 4 Carrillo: 4 Farías: 2 Arzamendia: 4 Medina: 4 Cetré: 5 Alario: 2

Ciclo abrumado por densa niebla

 Análisis por Marble Arch


Tras una primera etapa apenas aceptable, donde Vélez manejó por mayores lapsos el trámite pero Estudiantes gozó de las mejores chances, el León sacó en el complemento una foto del primer semestre y su rival, sin nada, le ganó por 2 a 0 en una cancha de Independiente con clara superioridad platense en las tribunas.

Un bolón de Tiago Palacios para la entrada al vacío de Meza desembocó en un sablazo del lateral salvado por Marchiori. Guido erró el zurdazo en una jugada enredada dentro del área, y del centro posterior metió un cabezazo a las manos del arquero. Al rato, en un tiro libre cerrado de Palacios, Manyoma la desvió afuera en su afán de peinarla. Mammana le tapó a Palacios un remate bajo luego de un pivoteo aéreo de Carrillo. Y hubo otro tiro libre combado de Tiago al borde de la media luna que el último hombre de una barrera muy adelantada envió a la esquina.

Los de Liniers arrimaban peligro por las bandas, aunque sin efectividad en los envíos al llegar al fondo, y usufructuaron algunos errores de Santi Núñez y Neves en las salidas. No obstante, de la mano de Palacios y Medina, el Pincha merecía irse al descanso en ventaja, pese a la soledad de Carrillo y a la levedad de Manyoma en los duelos individuales.

Durante el entretiempo, un manto de neblina cubrió el estadio rojo, y el partido no debería haberse reanudado. En ese contexto tan extraño, con la visibilidad muy reducida, Vélez interpretó cómo lastimar, mientras su adversario se repetía en infinidad de pases laterales desde su propia cueva para traspasar el eje, y en bochazos largos e imperceptibles por el fenómeno atmosférico, todo lo cual despintaba aquellos contados atisbos de profundidad de los 45' iniciales.

El que madrugaba, bajo la niebla, lo ganaba. Y el Fortín lo hizo a los 51": pérdida insólita con una cesión comprometida al medio, Brian Romero recibe libre a espaldas de Meza, la manda atrás a rastrón y el volante Galván la puntea de atropellada antes del cierre de Facundo Rodríguez.

El Tetra trató de remontar la cuesta, y careció de argumentos. No sé veía un elefante a dos metros, el equipo no reaccionaba y su DT tampoco, porque recién a los 71' introdujo la variante de Cetré por el livianito Manyoma, cuando ya Tiago y Medina, a regañadientes, intentaban en vano encontrar algo de luz en la tiniebla.

Dos o tres envíos del vértice desaprovechados con ejecuciones débiles, desbordes de Meza a ninguna parte, y la creciente confianza velezana por la ventaja conseguida mientras el tiempo corría fueron gestando el segundo, cuando el pincharrata quería y no podía: contragolpe rápido por la derecha, Facundo Rodríguez lo aguanta a Maher Carrizo, el rubio le da mordida y Neves, que venía en retroceso, le pega con una hoja de calcar para servírsela en bandeja a Brian Romero en el punto de penal, regalito que el 9 transforma en gol con un fierrazo inatajable a media altura y pegadito al caño izquierdo de Muslera.

Por cómo venía la mano, el marcador era irremontable. Si no había tenido rebeldía ni ideas para empardarlo. Y desde la cabecera visitante, el arco velezano parecía todavía más lejano, borroso e inalcanzable. Con el asunto cocinado, Castro y Farías reemplazaron a Medina y Palacios.

Afuera de la Copa Argentina, también del Apertura, en la cornisa de los certámenes sudamericanos de 2026, y ahora esta bofetada en inventada Finalísima Internacional para un club que sólo saldrá a flote con un papel dignísimo en la Libertadores o un protagónico en el Clausura. Ambos objetivos necesitan cambios radicales de nombres, pues la derrota no despejó los nubarrones del Ciclo Domínguez, sino que ratificó en la forma y en el fondo.

Mañana, pasado y los días subsiguientes, en las redes y en los medios reclamarán uno o dos centrales, laterales, un jugador desequilibrante en tres cuartos, y un atacante con autonomía para la red. Leí una inteligente reflexión de Juan Andrés Doce en Twitter: "No es falta de jerarquía. No confundamos. Es falta de planteos inteligentes y un manejo cerebral de los recursos. Es falta de autocrítica de los dirigentes y del cuerpo técnico. Y es no tener idea de cómo mejorarlo, o cambiar lo que está mal".

El mes de receso no logró maquillar los graves defectos de funcionamiento. ¿Verón y Alayes aguardarán la eliminación de la Libertadores para poner en práctica un golpe de timón? Tres míseros triunfos en los últimos 17 partidos admiten una única lectura. La involución es notoria.
Salutti
Muslera: 5
Meza: 4
Núñez: 4
Facundo Rodríguez: 6
Benedetti: 5
Medina: 7
Ascacíbar: 5
Neves: 4
Palacios: 7
Manyoma: 5
Carrillo: 6
Cetré: 4

Papelón del "Europincha" frente al humilde Aldosivi y Domínguez no seguiría

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Más allá de la ineficiencia en la tanda de penales, donde Castro ejecutó con la insólita displicencia con la que jugó y Arzamendia le erró a los 7,32 metros de ancho, la eliminación pincharrata de la Copa Argentina encuentra justificativo en una actuación decepcionante.

Un grueso error tempranero de Iacovich anticiparía su tardecita plagada de vacilaciones, explicando por qué no le quitó la titularidad al bajísimo nivel de Mansilla. Pero el León, pronto, tomó las riendas del partido con Sosa de falso 9, acorralando a los marplatenses mediante sucesivas llegadas, a pesar de un Neves visiblemente contenido por una dolencia física y de incongruencias defensivas en los aislados avances del rival.

La apertura a los 16’, definida a la carrera por Castro tras la habilitación de Tiago Palacios, presagiaba lo que a la postre no ocurriría, pues tres o cuatro situaciones bastante claras, casi siempre tejidas por la visión de un Sosa que fue lo más valioso de esa etapa, no tuvieron centrodelantero para empujarla a raíz del esquema ideado por Domínguez, ni contundencia en quienes llegaban al área. Castro se perdió el segundo de cabeza, y a partir de allí entró en una nebulosa absoluta para pifiar casi todos los pases, contagiando a un flojo Ascacíbar, a un intrascendente Piovi –reemplazó al sentido Neves ya a los 18’-, a los altibajos de un Medina importante cuando se encendía y a un Palacios que por momentos parecía desganado.

Acaso una subestimación del oponente, además de la falta de convicción e intensidad propias de un rumbo torcido hace rato que el primer puesto en el grupo copero no consiguió disimular, agrandaron al Tiburón, y su empate a los 26’ ejemplifica el tembladeral de la zaga albirroja, en esférico llovido a espaldas de Benedetti que Núñez conmocionado por un golpe en la cabeza no cierra –por eso enfilaba extrañamente hacia el lado opuesto-, y la apresurada salida de Iacovich le agranda el arco a Gianni para tocarla cruzada al segundo palo. Núñez se tira al suelo luego de la igualdad, deja el campo e ingresa Boselli en su lugar.

Cerca del descanso, las caras y los ampulosos gestos del Barba mostraban la inconformidad con el rendimiento, en coincidencia con el rosario de cesiones defectuosas a 2 ó 3 metros de distancia del compañero, cuyos abanderados eran Meza, Benedetti, Ascacíbar, Palacios y Castro.

Para el complemento, Domínguez sacó a Sosa e inventó a un decepcionante Tobio Burgos, tan decepcionante que lo terminaría sustituyendo a los 83’ por Mauro Méndez. Sin embargo, si el cierre de los 45’ iniciales había preocupado, lo producido en la segunda parte fue sencillamente paupérrimo. En la única aproximación concreta, Ascacíbar lo puso a correr a Meza y el lateral se enredó con el balón al pisar el área grande. Para colmo de males, Palacios se hacía echar a los 63’ después de una gambeta fallida, y el árbitro se traga la exageración del marcador de Aldosivi para penar con tarjeta roja un golpecito tonto e insignificante del uruguayo. El técnico demora 20 minutos para reaccionar, y recién a los '83, aparte del insulso Burgos, se va Medina para la inclusión de Arzamendia. Sin ninguna chance de progresar en el terreno ni de hilvanar una réplica en el “Méndez contra todos”, Estudiantes se refugió en su retaguardia para tentar la suerte desde los doce pasos. Y Facundo Rodríguez salvó el 1-2 en la línea ante un puñetazo chingado de Iacovich.

La caída de la tarde trajo el trago amargo de la serie letal. Paradójicamente con el cuestionado Mansilla, especialista en el tema, sentado en el banco. Entonces Alexis Castro le pegó sin alma ni compromiso en el comienzo del mata-mata, cimentando esta dura derrota frente a un plantel infinitamente inferior en taquilla y nombres, con un guardameta de 44 años bajo sus tres caños. Hoy se tocó un límite. Con los mano a mano de la Libertadores en la mira y una puntuación alarmante en el certamen local de cara a los trofeos internacionales de 2026, se necesita imperiosamente un refuerzo de jerarquía por línea. La cuestión atlética tampoco pasa desapercibida, por la acuciante sucesión de lesiones, y por una lentitud generalizada causante de la pérdida de la gran mayoría de fútbols divididos o de segundas pelotas.

No hay espíritu de conjunto, tenencia confiada, desequilibrio individual ni búsquedas verticales. Y si Méndez, Alario y Giménez no convencen al DT, forzándolo a modificar el planteo para medirse con un adversario carente de apellidos rutilantes, el “nos tenemos que creer que somos un gran equipo y todavía el grupo no se lo creyó”, declarado por el Barba post Carabobo, no encuentra asidero alguno en la realidad. Su enojo de esa noche también llamaba la atención.

Ahora, su continuidad quedó tambaleando durante la conferencia de prensa de la fecha: "Primero tengo que hablar con Marcos, primero tengo que pensar bien si voy a continuar. Han pasado algunas situaciones que no son de nuestro agrado. Cuando sos claro en lo que buscas, me parece que las cosas funcionan. Cuando las situaciones son confusas, tengo que evaluar a ver qué situación puede suceder y a partir de ahí evaluar si estamos o no estamos".

¿Cortocircuitos con la dirigencia, un proyecto resquebrajado, desgaste acentuado por el negativo semestre? ¿O las citadas situaciones desagradables se relacionan con frazadas, sábanas y colchones?
Salutti
Iacovich: 3
Meza: 3
Rodríguez: 5
Nuñez: 3
Benedetti: 4
Medina: 4
Ascacíbar: 4
Neves: -
Sosa: 6
Palacios: 3
Castro: 4 ⚽
Piovi: 3
Boselli: 4
Tobio Burgos: 2

Se fue la Bruja, montada en una escoba

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


La esperada victoria de anoche por 2 a 0 ante el frágil Carabobo colocó al Pincha en la cumbre de su grupo, de cara al sorteo del próximo lunes. Pero no despejó los nubarrones funcionales ante un débil rival que vino a La Plata a cumplir, trató de jugar sin ataduras, fue al frente dignamente y jamás apeló a las brusquedades. Por eso, este triunfo no es medida, más allá de algunos desempeños individuales relevantes.

Una velada extraña, porque la muerte de Juan Ramón Verón acaecida ayer por la mañana caló hondo en el alma del club, obligó a suspender la programada recibida al plantel y tiñó la previa de una profunda sensación general de melancolía. No había clima copero, en absoluto, al punto que la gente empezó a alentar recién cuando los equipos asomaron al rectángulo.

El encuentro pareció un entrenamiento, y el León lo ganó por jerarquía individual, gracias a la calidad de un Cristian Medina convertido en manija, a las oportunas escaladas de Meza, y al importante laburo sucio de Giménez para disimular sus torpezas. Y lo resolvió rápido, con apertura a los 10' tras un saque de meta visitante que Medina cabecea para Giménez, éste pivotea enredado, Medina la pesca con picardía, cambia de ritmo, abre a la izquierda para Cetré, "Colombia" se hamaca, busca el claro y mete una comba perfecta, muy precisa y envenenada, para anidarla contra el segundo palo.

A los 11', un minuto de conmovedores aplausos en honor a quien montado en una escoba celestial ya desataba en el acto circular contra el racismo un grito unánime de "Olé, olé, olé, olé, Bruja, Bruja". Y más tarde, el "Vamos Pincha, ponga huevo, que la Bruja, alienta desde el cielo". Todo con su rostro omnipresente en la pantalla superior de 57.

Las acciones continuaron sin sobresaltos, y Giménez, que las corre, choca y obliga, tuvo su premio a los 24', cuando su deficiente control largo habilita también larguito e involuntariamente a Medina, Cristian llega con lo justo a punteársela a Bruera, la pelota rebota en el arquero, se eleva y le vuelve a caer mansita a Giménez, que de zurda la empuja suave a la valla desguarnecida.

Meza tuvo el tercero, salvado por el cierre de Aponte después de un taco de Palacios y la asistencia de Giménez. Y trascartón el mismo Giménez la tiró a las nubes al recibir solito casi en el vértice del área chica una espléndida cesión de Cetré.

De movida, Piovi por Neves para el complemento, a raíz de una molestia del uruguayo, que había rendido de menor a mayor. Su sustituto, lejos de cumplir, defraudó.

Un zurdazo alto de Palacios se fue cerca del ángulo. Y al rato "surtió" una bola bárbara desperdiciada por Giménez. A los 62', con dominio pincharrata ostensible frente a un adversario inofensivo, Alexis Castro y Farías reemplazaron a los muy aplaudidos Medina y Giménez. El primero tejió al toque una linda pared con Meza, y cayéndose exigió con su disparo bajo a Bruera, aunque se lo notó completamente falto de timming. Farías pisó el césped con ganas, y se diluyó en su terrible individualismo. Sosa por Cetré a los 71', y la rentrée de Mauro Méndez a los 81', permitieron cuatro o cinco pinceladas de José y la retribución de la gente para la férrea voluntad del uruguayo.

Bien Facundo Rodríguez en la zaga, flojito Santi Núñez, correctos Arzamendia y el "Rusito", demasiados altibajos en el andar de Tiago Palacios, y llamativas declaraciones de Domínguez en la conferencia de prensa, afirmando que el equipo "jugó mal", y que para competir con pretensiones en el segundo semestre, sus dirigidos "deben cambiar la cabeza"; hizo hincapié en un par de ocasiones a esa cuestión, incluso al hablar dre las conversaciones encaminadas por el tema refuerzos.

"Pegá la vuelta, la puta que te parió" le cantaron cariñosamente en el entretiempo a Zaid Romero al descubrirlo en la platea de Uno; el zaguero se asomó a la baranda, sonrió y con la mano derecha se golpeó reiteradamente el corazón.

Un corazón albirrojo herido en un martes frío. Por la partida hacia la inmortalidad del héroe de Old Trafford, de un ícono de la institución, del autor de goles memorables, del "11" clásico de zurda endiablada. Que dejó no sólo el inmenso legado de su hijo Juan Sebastián, sino también toneladas de enseñanzas de vida a varias generaciones al caminar a diario el country de City Bell, su lugar en el mundo. El 27 de mayo tendría que ser declarado Día de la Pertenencia.

Entonces, las lágrimas de quienes peinan canas, de aquellos que vimos a Juan Ramón Verón en su última etapa, y de los miles que fueron construyendo íntimamente la leyenda al entrar a "la cancha que me llevó mí viejo" de la mano de su papá, transformaron el partido en una anécdota.
Salutti
Mansilla: 5
Meza: 7
Núñez: 5
Facundo Rodríguez: 7
Arzamendia: 5.5
Medina: 8
Neves: 6
Ascacíbar: 6
Palacios: 5
Cetré: 7 ⚽
Giménez: 7 ⚽
Piovi: 4
Castro: 5
Farías: 4.5
Sosa: 5.5

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NO SE OLVIDEN...

NO SE OLVIDEN...

Homenaje a Caloi

Homenaje a Caloi
Gracias Revista Animals! / clik en la imágen para ampliar.

Wallpaper por Estudiantes

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