❤❤❤ BIENVENIDOS AL GRAN RINCÓN PINCHARRATA ❤❤❤

X@Por_Estudiantes

Papelón del "Europincha" frente al humilde Aldosivi y Domínguez no seguiría

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Más allá de la ineficiencia en la tanda de penales, donde Castro ejecutó con la insólita displicencia con la que jugó y Arzamendia le erró a los 7,32 metros de ancho, la eliminación pincharrata de la Copa Argentina encuentra justificativo en una actuación decepcionante.

Un grueso error tempranero de Iacovich anticiparía su tardecita plagada de vacilaciones, explicando por qué no le quitó la titularidad al bajísimo nivel de Mansilla. Pero el León, pronto, tomó las riendas del partido con Sosa de falso 9, acorralando a los marplatenses mediante sucesivas llegadas, a pesar de un Neves visiblemente contenido por una dolencia física y de incongruencias defensivas en los aislados avances del rival.

La apertura a los 16’, definida a la carrera por Castro tras la habilitación de Tiago Palacios, presagiaba lo que a la postre no ocurriría, pues tres o cuatro situaciones bastante claras, casi siempre tejidas por la visión de un Sosa que fue lo más valioso de esa etapa, no tuvieron centrodelantero para empujarla a raíz del esquema ideado por Domínguez, ni contundencia en quienes llegaban al área. Castro se perdió el segundo de cabeza, y a partir de allí entró en una nebulosa absoluta para pifiar casi todos los pases, contagiando a un flojo Ascacíbar, a un intrascendente Piovi –reemplazó al sentido Neves ya a los 18’-, a los altibajos de un Medina importante cuando se encendía y a un Palacios que por momentos parecía desganado.

Acaso una subestimación del oponente, además de la falta de convicción e intensidad propias de un rumbo torcido hace rato que el primer puesto en el grupo copero no consiguió disimular, agrandaron al Tiburón, y su empate a los 26’ ejemplifica el tembladeral de la zaga albirroja, en esférico llovido a espaldas de Benedetti que Núñez conmocionado por un golpe en la cabeza no cierra –por eso enfilaba extrañamente hacia el lado opuesto-, y la apresurada salida de Iacovich le agranda el arco a Gianni para tocarla cruzada al segundo palo. Núñez se tira al suelo luego de la igualdad, deja el campo e ingresa Boselli en su lugar.

Cerca del descanso, las caras y los ampulosos gestos del Barba mostraban la inconformidad con el rendimiento, en coincidencia con el rosario de cesiones defectuosas a 2 ó 3 metros de distancia del compañero, cuyos abanderados eran Meza, Benedetti, Ascacíbar, Palacios y Castro.

Para el complemento, Domínguez sacó a Sosa e inventó a un decepcionante Tobio Burgos, tan decepcionante que lo terminaría sustituyendo a los 83’ por Mauro Méndez. Sin embargo, si el cierre de los 45’ iniciales había preocupado, lo producido en la segunda parte fue sencillamente paupérrimo. En la única aproximación concreta, Ascacíbar lo puso a correr a Meza y el lateral se enredó con el balón al pisar el área grande. Para colmo de males, Palacios se hacía echar a los 63’ después de una gambeta fallida, y el árbitro se traga la exageración del marcador de Aldosivi para penar con tarjeta roja un golpecito tonto e insignificante del uruguayo. El técnico demora 20 minutos para reaccionar, y recién a los '83, aparte del insulso Burgos, se va Medina para la inclusión de Arzamendia. Sin ninguna chance de progresar en el terreno ni de hilvanar una réplica en el “Méndez contra todos”, Estudiantes se refugió en su retaguardia para tentar la suerte desde los doce pasos. Y Facundo Rodríguez salvó el 1-2 en la línea ante un puñetazo chingado de Iacovich.

La caída de la tarde trajo el trago amargo de la serie letal. Paradójicamente con el cuestionado Mansilla, especialista en el tema, sentado en el banco. Entonces Alexis Castro le pegó sin alma ni compromiso en el comienzo del mata-mata, cimentando esta dura derrota frente a un plantel infinitamente inferior en taquilla y nombres, con un guardameta de 44 años bajo sus tres caños. Hoy se tocó un límite. Con los mano a mano de la Libertadores en la mira y una puntuación alarmante en el certamen local de cara a los trofeos internacionales de 2026, se necesita imperiosamente un refuerzo de jerarquía por línea. La cuestión atlética tampoco pasa desapercibida, por la acuciante sucesión de lesiones, y por una lentitud generalizada causante de la pérdida de la gran mayoría de fútbols divididos o de segundas pelotas.

No hay espíritu de conjunto, tenencia confiada, desequilibrio individual ni búsquedas verticales. Y si Méndez, Alario y Giménez no convencen al DT, forzándolo a modificar el planteo para medirse con un adversario carente de apellidos rutilantes, el “nos tenemos que creer que somos un gran equipo y todavía el grupo no se lo creyó”, declarado por el Barba post Carabobo, no encuentra asidero alguno en la realidad. Su enojo de esa noche también llamaba la atención.

Ahora, su continuidad quedó tambaleando durante la conferencia de prensa de la fecha: "Primero tengo que hablar con Marcos, primero tengo que pensar bien si voy a continuar. Han pasado algunas situaciones que no son de nuestro agrado. Cuando sos claro en lo que buscas, me parece que las cosas funcionan. Cuando las situaciones son confusas, tengo que evaluar a ver qué situación puede suceder y a partir de ahí evaluar si estamos o no estamos".

¿Cortocircuitos con la dirigencia, un proyecto resquebrajado, desgaste acentuado por el negativo semestre? ¿O las citadas situaciones desagradables se relacionan con frazadas, sábanas y colchones?
Salutti
Iacovich: 3
Meza: 3
Rodríguez: 5
Nuñez: 3
Benedetti: 4
Medina: 4
Ascacíbar: 4
Neves: -
Sosa: 6
Palacios: 3
Castro: 4 ⚽
Piovi: 3
Boselli: 4
Tobio Burgos: 2

Se fue la Bruja, montada en una escoba

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


La esperada victoria de anoche por 2 a 0 ante el frágil Carabobo colocó al Pincha en la cumbre de su grupo, de cara al sorteo del próximo lunes. Pero no despejó los nubarrones funcionales ante un débil rival que vino a La Plata a cumplir, trató de jugar sin ataduras, fue al frente dignamente y jamás apeló a las brusquedades. Por eso, este triunfo no es medida, más allá de algunos desempeños individuales relevantes.

Una velada extraña, porque la muerte de Juan Ramón Verón acaecida ayer por la mañana caló hondo en el alma del club, obligó a suspender la programada recibida al plantel y tiñó la previa de una profunda sensación general de melancolía. No había clima copero, en absoluto, al punto que la gente empezó a alentar recién cuando los equipos asomaron al rectángulo.

El encuentro pareció un entrenamiento, y el León lo ganó por jerarquía individual, gracias a la calidad de un Cristian Medina convertido en manija, a las oportunas escaladas de Meza, y al importante laburo sucio de Giménez para disimular sus torpezas. Y lo resolvió rápido, con apertura a los 10' tras un saque de meta visitante que Medina cabecea para Giménez, éste pivotea enredado, Medina la pesca con picardía, cambia de ritmo, abre a la izquierda para Cetré, "Colombia" se hamaca, busca el claro y mete una comba perfecta, muy precisa y envenenada, para anidarla contra el segundo palo.

A los 11', un minuto de conmovedores aplausos en honor a quien montado en una escoba celestial ya desataba en el acto circular contra el racismo un grito unánime de "Olé, olé, olé, olé, Bruja, Bruja". Y más tarde, el "Vamos Pincha, ponga huevo, que la Bruja, alienta desde el cielo". Todo con su rostro omnipresente en la pantalla superior de 57.

Las acciones continuaron sin sobresaltos, y Giménez, que las corre, choca y obliga, tuvo su premio a los 24', cuando su deficiente control largo habilita también larguito e involuntariamente a Medina, Cristian llega con lo justo a punteársela a Bruera, la pelota rebota en el arquero, se eleva y le vuelve a caer mansita a Giménez, que de zurda la empuja suave a la valla desguarnecida.

Meza tuvo el tercero, salvado por el cierre de Aponte después de un taco de Palacios y la asistencia de Giménez. Y trascartón el mismo Giménez la tiró a las nubes al recibir solito casi en el vértice del área chica una espléndida cesión de Cetré.

De movida, Piovi por Neves para el complemento, a raíz de una molestia del uruguayo, que había rendido de menor a mayor. Su sustituto, lejos de cumplir, defraudó.

Un zurdazo alto de Palacios se fue cerca del ángulo. Y al rato "surtió" una bola bárbara desperdiciada por Giménez. A los 62', con dominio pincharrata ostensible frente a un adversario inofensivo, Alexis Castro y Farías reemplazaron a los muy aplaudidos Medina y Giménez. El primero tejió al toque una linda pared con Meza, y cayéndose exigió con su disparo bajo a Bruera, aunque se lo notó completamente falto de timming. Farías pisó el césped con ganas, y se diluyó en su terrible individualismo. Sosa por Cetré a los 71', y la rentrée de Mauro Méndez a los 81', permitieron cuatro o cinco pinceladas de José y la retribución de la gente para la férrea voluntad del uruguayo.

Bien Facundo Rodríguez en la zaga, flojito Santi Núñez, correctos Arzamendia y el "Rusito", demasiados altibajos en el andar de Tiago Palacios, y llamativas declaraciones de Domínguez en la conferencia de prensa, afirmando que el equipo "jugó mal", y que para competir con pretensiones en el segundo semestre, sus dirigidos "deben cambiar la cabeza"; hizo hincapié en un par de ocasiones a esa cuestión, incluso al hablar dre las conversaciones encaminadas por el tema refuerzos.

"Pegá la vuelta, la puta que te parió" le cantaron cariñosamente en el entretiempo a Zaid Romero al descubrirlo en la platea de Uno; el zaguero se asomó a la baranda, sonrió y con la mano derecha se golpeó reiteradamente el corazón.

Un corazón albirrojo herido en un martes frío. Por la partida hacia la inmortalidad del héroe de Old Trafford, de un ícono de la institución, del autor de goles memorables, del "11" clásico de zurda endiablada. Que dejó no sólo el inmenso legado de su hijo Juan Sebastián, sino también toneladas de enseñanzas de vida a varias generaciones al caminar a diario el country de City Bell, su lugar en el mundo. El 27 de mayo tendría que ser declarado Día de la Pertenencia.

Entonces, las lágrimas de quienes peinan canas, de aquellos que vimos a Juan Ramón Verón en su última etapa, y de los miles que fueron construyendo íntimamente la leyenda al entrar a "la cancha que me llevó mí viejo" de la mano de su papá, transformaron el partido en una anécdota.
Salutti
Mansilla: 5
Meza: 7
Núñez: 5
Facundo Rodríguez: 7
Arzamendia: 5.5
Medina: 8
Neves: 6
Ascacíbar: 6
Palacios: 5
Cetré: 7 ⚽
Giménez: 7 ⚽
Piovi: 4
Castro: 5
Farías: 4.5
Sosa: 5.5

Mansilla 3 - Estudiantes 2

Análisis por Marblr Arch

Canchita por Maraja


Un par de horrores lapidarios de su guardameta y una lectura desacertada de su técnico corregida en el segundo período desembocaron en la derrota por 3 a 2 frente al Botafogo en la encantadora y criminalizada Río de Janeiro.

Una primera mitad pareja de movida, donde al Pincha le quedaba larga la cancha porque en retroceso bajaban todos, incluso Alario, y al recobrar la tenencia era como cruzar un océano hasta la valla brazuca.

El 5/4/1 mostraba confiado al León, que amagó con un remate de Alario y un derechazo alto de Meza, empero el local empezó pronto a dominar la situación, en especial porque el Pincha no lograba defenderse con la pelota, tampoco atacar, y la perdía enseguida pues ni Sosa ni Palacios, obligados a ocupar posiciones defensivas, conseguían armar juego. Encima, la tempranera e injusta amonestación de Ascacíbar en situación irrelevante sobre la raya de costado, condicionaba el quite en el eje junto a Neves, y los desbordes del Botafogo comenzaron a reiterarse.

Boselli cuerpeó en el aire a un delantero cuando Mansilla había salido a cazar mariposas, trascartón hubo un frentazo alto tras buena combinación grupal del dueño de casa, y en una acción aislada, Palacios roba en el área grande, cede atrás a Ascacíbar, que entraba de frente, y el pase lo encuentra un poco desacomodado al Rusito, quien le pega mordida e incómodo.

A los 42’, la apertura del Fogão, con un centro pasado que sobra a Meza –su empuje por la banda había sido el arma ofensiva albirroja más elocuente-, la toma Da Cruz, le surte al arco con mala puntería, el balón cruza por delante de Mansilla y Rwan Cruz, apareciendo cual fantasma a espaldas de Facundo Rodríguez, lo empuja a la red.

El cierre de esa etapa, con imprecisiones generales y marcada inapetencia por el arco de enfrente, presagiaba movimientos para el complemento. Sin embargo se produjeron recién tras el 2 a 0, convertido con la testa por Igor Jesús a los 52' en un corner donde Mansilla pifia el puñetazo en falencia imperdonable, la enésima de un arquero mediocre. Ahí Domínguez mueve el banco, ingresando Piovi por un tibio Neves, Farías por un intrascendente Sosa, y Giménez por un inexistente Alario.

Y Estudiantes, con ganas, descuenta de penal después de una mano infantil, en perfecta ejecución de Tiago Palacios a los 62’. E iguala a base de empuje anímico a los 77’, de nuevo por intermedio de Tiago, ahora de derecha al capturar un centro bajo de Arzamendia, quien era habilitado por Piovi, para definir al ras junto al caño derecho de John Víctor.

Botagofo (Cruzeiro para el comentarista televisivo...) acusaba el impacto, y se veía desbordado porque Piovi había entrado muy bien, Farías sin brillar se mostraba movedizo, y Giménez exigía mucho más que la “Momia” Alario. Entonces, quizás en el convencimiento de poder ganarlo y nublado por la parda repentina para no entender que el 2 a 2 era un negoción, el Barba incluye a Cetré por un flojo Boselli, rompiendo la línea de cinco, aunque podía salirle el tiro por la culata.

Y así sucedió. Con el Tetra al ataque, una réplica deriva en fulbazo largo por la derecha, Artur engancha con fortuna para pasar la redonda entre las piernas de Facundo Rodríguez, pisa el área y antes de sacar el disparo, Mansilla de manera inconcebible se inclina totalmente para la izquierda, dejándole todo el arco para que el mejor jugador brasileño la coloque suave.

La decepción inundó a los hinchas pincharratas. Tobio Burgos por Arzamendia, ya al borde de los 4’ de agregado, significó un manotazo de ahogado. El planteo del DT, erróneo en la concepción y en los intérpretes, había tenido una rectificación con aquella ventana de tres por tres. En ese momento, las variantes surtieron rápido efecto. Pero "la ambición mata al hombre", reza el refrán. Y sin arquero, vale reiterarlo hasta el cansancio, es imposible. Hace rato, más allá de su correcta actuación en Rosario, a Matías Mansilla el arco de Estudiantes de La Plata le queda demasiado grande.
Salutti
Mansilla: 1
Meza: 5
Boselli: 3
Santi Núñez: 6
Facundo Rodríguez: 4
Arzamendia: 3
Sosa: 4
Ascacíbar: 5
Neves: 4½
Palacios: 7 ⚽⚽
Alario: 2
Piovi: 6
Farías: 5
Giménez: 5

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Homenaje a Caloi

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