Análisis por Marble Arch
Canchita por Maraja
Estudiantes dejó escapar dos puntos por errores conceptuales que potencian las virtudes ajenas, y esta vez duele todavía más porque se fue al descanso 2 a 1 al instante de haber tenido el 3 a 0 a merced.
Con el marcador en blanco la visita mostraba algunas aristas interesantes para no descuidar, pero el Pincha lo fue maniatando de la mano de Zapiola, figura determinante porque a pesar de haber perdido algunas pelotas intentó siempre con verticalidad, con inteligencia y además le agregó a su elegancia una cuota de sacrificio para ganarse definitivamente un reconocimiento a esta altura indiscutible; sólo tiene un asterisco al parecer en la opinión del DT, quien le ha brindado infinidad de oportunidades a muchos jugadores y no de la misma manera a este petit crack. Que va a buscar un pelotazo largo de Andújar, lo pelea, lo gana, gambetea al defensor, levanta la cabeza y la pone debajo del arco para que Díaz la empuje.
El segundo viene en una de las facetas positivas del Loco Díaz para ganar una pelota de espaldas, girar a su marca, progresar en tres toques (pechito-cabeza-muslo) y cederla a Castro, que la mata de pecho y entre dos defensores la clava alta de volea en un verdadero golazo.
Y todo pintaba para una fiesta. Hasta que casi al final de la primera etapa otra genialidad de Zapiola se la pone debajo del travesaño a Díaz para que solito la empuje a la red, pero la trata de meter con el pecho (era más cómodo de cabeza) y la tira por arriba del travesaño. De esa clarísima opción errada llega el descuento, producto de una serie de desaciertos defensivos, envío pasado para el frentazo de Gonzalo Torres que luego de un rebote de Andújar le vuelve a quedar a su mismo ejecutante, y éste la toca suave entre las piernas de Mariano.
En el complemento el León entró adormecido, algo ya constante y preocupante, actitud aprovechada por Central Córdoba para empatar el partido luego de un pelotazo brillante de 40 metros a espaldas de la defensa. Se puede culpar a Más de haber cometido una falta infantil, esto sin embargo no debe desmerecer la notable habilitación del hombre santiagueño a su compañero, que entraba con la pelota dominada y fue tomado de la camiseta en un penal indiscutible, pero ojo, tampoco había nadie para cerrar. Andújar le fue a hablar a Silvio Martínez, lo ninguneó, le marcó un palo, se tiró al otro, balón adentro y el 2 a 2 para empezar de nuevo.
Ya no estaba Zapiola, reemplazado muy tempranamente por Rollheiser, y con la igualdad el Ruso comenzó a tirar jugadores a la cancha. En un cambio netamente ofensivo lo sacó a Lollo para poner a Heredia, al ratito ingresó Piatti por un agotado Castro, y da la sensación que son jugadores de buen pie aunque todavía no encuentran su lugar ni función en la cancha, y por eso se observa cómo se superponen, dejan espacios vírgenes en el medio y no administran los lugares vacíos.
Estudiantes fue a la carga Barracas en el los últimos 25’. Díaz tuvo una desperdiciada que le fue cedida suave por Rollheiser, pateando a las manos del arquero desde fuera del área; después él habilita muy bien a Heredia, que define desviado el mano a mano contra el palo derecho del arquero; y en otra, cuando Heredia la tenía para pegarle, lo interrumpe, le saca el remate él y lo priva de una situación clara. Dos o tres jugadas para ponerse 3 a 2, pero no fueron suficientes.
Zuqui levantó un poquito, pero muy poco. Bien el Corcho en líneas generales, la defensa con línea de dos stoppers y un líbero da ventajas enormes porque Lollo no tiene la velocidad suficiente para timonear la cueva, lo de Noguera ya es catastrófico, y la garra de Rogel sola por lo general no alcanza para suplir las falencias de sus laderos. De los laterales, bien Godoy defendiendo, no tanto atacando, bien Más atacando, no tanto defendiendo… y así estamos, con altibajos marcados, en una posición en la tabla contrastante con la realidad de la Libertadores, donde suele aparecer ese plus espiritual ausente en el campeonato local.
Ahora se viene la Copa Argentina y ningún resultado sorprenderá porque este Pincharrata se ha convertido en un equipo impredecible, de performances espectaculares, de declives inexplicables, de pozos repentinos, de levantadas místicas y empates pecaminosos como el del último domingo. Porque si el Loco tenía un poquito de cordura nos íbamos 3 a 0 al entretiempo, y la historia con seguridad hubiese sido diferente.
Salutti
Adújar 5
Godoy 5
Noguera 2
Lollo 5
Rogel 6
Mas 5
Zuqui 5
Corcho 6
Castro 6
Zapiola 8
Díaz 6
Rollheiser 5
Piatti 5
Heredia 6