❤❤❤ GRACIAS MAGNO ❤❤❤

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PACHORRA


Por Edgardo P茅rez Castillo

"Humildad y trabajo". Pasaron dos horas de f煤tbol t谩ctico y 谩spero contra Holanda. Se acaban de ir los penales que nos gui帽an una nueva final y ah铆 nom谩s, en la cancha, el periodista tira el anzuelo para ver si el tipo engancha y escupe algo de rabia. Pero Sabella no piensa en revanchas ni venganzas hist贸ricas: el tipo valoriza la humildad y el trabajo.

Alejandro Sabella fue un crack al que la contemporaneidad no le tir贸 los mismos centros que a otros talentos. Por caso, el propio Neymar, estrella quebrada, s铆mbolo y esperanza de este humillado anfitri贸n mundialista, hubiera sido apenas un recambio de lujo en el Brasil campe贸n del 70, o incluso 茅se del 2002.

A Sabella lo saben crack en Sheffield, en River y en Estudiantes, que en el 82 lo tuvo como integrante de ese mediocampo de lujo con los talentosos Ponce y Trobbiani, y con un h谩bil laburante como Miguel Russo. El Estudiantes del que sistem谩ticamente buscan olvidarse los reduccionistas que pintan al doctor Carlos Salvador Bilardo como un defensor del juego r煤stico. El brillante Estudiantes campe贸n que gan贸 21 de sus 36 partidos, con 50 goles a favor y s贸lo tres derrotas. Ah铆 brillaba Sabella, ese crack al que le toc贸 en suerte compartir tiempo con el enorme Beto Alonso. Un virtuoso, Sabella, que supo lo que era quedar fuera de un Mundial y tuvo que ver c贸mo en M茅xico 86 la descos铆a ese petisito ruliento que le gan贸 el puesto: el Diego, el m谩s grande entre los grandes.

Nota HdP si las hay!
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Pasaron 28 a帽os y a Pachorra le tiran el anzuelo encarnado con sabor a venganza, pero el tipo no tiene facturas pendientes. Ni siquiera despu茅s de haber sido vilipendiado, burlado, insultado por el mediocre periodismo argentino que ahora se golpear谩 el pecho y jurar谩 con gloria morir. O por esa raza pestilente de comentaristas virtuales y an贸nimos, que destilan odio vomitando resentimiento hacia todo aquello que no cuadra con sus m铆seras existencias.

De pronto, ahora los argentinos queremos ser como la ordenada Alemania, la met贸dica Alemania, la rigurosa Alemania. Existimos queriendo ser, siempre, algo que no somos. En esa gimnasia masturbatoria de anhelar virtudes ajenas, borramos los valores de nuestra propia historia. Elegimos olvidar que somos hijos de los abor铆genes apaleados y los inmigrantes brutos que sobrevivieron aferrados a su mayor virtud: la vocaci贸n por el trabajo.

Pretendiendo una herencia que es pura ilusi贸n, esquivamos el laburo y teorizamos sobre c贸mo poder ser 茅so que no somos. Tendr铆amos que ser como los alemanes, repetimos ahora como un mantra mientras tiramos nuestra basura en la calle, cruzamos un sem谩foro en rojo, le cagamos el estacionamiento destinado a los discapacitados, evadimos lo que pueda evadirse (impuestos, ganancias, la cuota del club). Lo repetimos mientras nos colamos en el bondi o le tocamos el culo a una mina en el boliche. Lo repetimos para olvidarnos que la patria tambi茅n se construye desde los peque帽os gestos cotidianos.

Lo sabe Sabella, laburante silencioso. Lo sabe mientras responde pacientemente, mientras esquiva las chicanas y elabora conceptos que van m谩s all谩 del f煤tbol. Habla de solidaridad, de entender al otro. Habla con una honestidad intelectual que deber铆amos comprender y replicar. Entre tanta intolerancia, entre tanta defensa de supuestas verdades absolutas, anulamos a todo aquel que piensa distinto. Nos cagamos en intentar pensar como el otro, en escucharlo, en disentir con argumentos. El otro, el distinto, es un hijo de puta. Asunto resuelto.

A Sabella le tiran el anzuelo encarnado con rencor acumulado, revestido del palabrer铆o barato que etiquet贸 y desestim贸 a un proceso de trabajo de a帽os, de meses, de d铆as intensos. Podr铆a entonces recordarnos que la tenemos adentro, pero a diferencia del petisito ruliento (茅se de las contradicciones enormes como su f煤tbol), el tipo habla de humildad y trabajo. Los mismos valores que enarbol贸 como bandera Osvaldo Zubeld铆a, que hered贸 Bilardo y que Sabella respeta como hijo adoptivo de una escuela entra帽able. Lo sabemos los pincharratas, mientras lo defendemos con orgullo tambi茅n a la distancia, ac谩 en Rosario, en la redacci贸n de Rosario/12, entre leprosos y canayas que hoy pueden abrazarse en la victoria. Lo sabemos los pincharratas, eligen olvidarlo los detractores.

Le tiran el anzuelo y Alejandro podr铆a subirse al pedestal del triunfo para recordarnos, a todos y cada uno, c贸mo pintamos con mierda lo que ellos buscaron construir poniendo por encima de todo aquellos valores que heredamos de nuestros indios apaleados y nuestros abuelos laburantes. Los valores que preferimos esconder mientras anhelamos ser algo distinto a lo que somos. Le tiran el anzuelo y Sabella no pica. Humildad y trabajo, carajo.

Previa Copa Euroamericana / ESTUDIANTES vs FIORENTINA



ESTUDIANTES:
Agust铆­n Silva; Leonardo Jara, Jonathan Schunke o Germ谩n R茅, Leandro Des谩bato, Jonathan Silva; Mat铆­as Aguirregaray, Gast贸n Gil Romero, Rom谩n Martinez, Joaqu铆­n Correa; Carlos Auzqui y Guido Carrillo.
DT: Mauricio Pellegrino

FIORENTINA:
Luca Lezzerini; Facundo Roncaglia, Gonzalo Rodr铆guez, Ahmed Hegazi y Manuel Pasqual; Josip Ilicic, David Pizarro y Juan Vargas; Borja Valero; Giusseppe Rossi y Mario G贸mez.
DT: Vicenzo Montella

Estadio: Ciudad La Plata
脕rbitro: N茅stor Pitana
Horario: 15.
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El Pincha mostr贸 su mejor Pergamino

ESTUDIANTES 3
DOUGLAS HAIG 1

por Marble Arch

La diferencia de categor铆a result贸 evidente. All铆 radic贸 la clave del c贸modo triunfo pincharrata sobre Douglas Haig, un adversario de aceptable pie, pero f铆sicamente livianito e ingenuo para la marca.

Por eso, el 3 a 1 fue pijotero, porque era sorpresa aquel empate de cabeza a los 28’ en funci贸n de las reiteradas chances desperdiciadas por el Le贸n, y el “Gori” Silva pas贸 pocos sobresaltos al margen de un bombazo en el travesa帽o y dos entradas exigidas que gan贸 de abajo. 

Enfrente, con un abrumador porcentaje de tenencia a su favor (68 a 32%), Estudiantes toquete贸 bastante gracias al incesante despliegue de Rom谩n Mart铆nez, a quien se observ贸 estilizado y predispuesto en el aspecto atl茅tico. El ex Tigre, apoyado en el tes贸n de Gil Romero, en algunas cositas de Joaqu铆n Correa, en el pivoteo de Carrillo y en el pistoneo de Aguirregaray y Auzqui por las bandas, manej贸 los hilos del equipo.

Con fundamental protagonismo del citado Auzqui, part铆cipe de los tres goles: en el primero, resuelve bien rodeado de rivales al borde del 谩rea grande y se la cede a Carrillo, que utiliza el punt铆n como recurso para abrir el marcador; en el 2-1, madruga al defensor en el primer poste y peina un corner al segundo, dejando a Rom谩n Mart铆nez debajo del arco para empujarla; y en el tercero va al vac铆o a buscar la cesi贸n de Correa y a toda carrera mete un taco hacia atr谩s para el mismo tucumano, quien de frente la acomoda de zurda. Partidazo de Carlitos, otro muy mejorado respecto al torneo pasado.

Abajo, la zaga conformada por Jara, el Chavo, Schunke y Silva se encarg贸 de cerrar todos los caminos, con llamativo timming para el anticipo por parte de Leo, robando muchas pelotas por “leer” la jugada. A Jonathan se lo observ贸 contenido, sin tanto desenfreno por ir a lo loco.  
El Le贸n, con los ingresos de Carrasco y Palote, sigui贸 buscando el arco pergaminero. Hubo dos o tres ocasiones netas para aumentar la diferencia. Y el balance dej贸 un saldo positivo en la apertura oficial del segundo semestre, alegrando a la numerosa parcialidad albirroja aposentada en la cabecera visitante del estadio de Banfield.

As铆, con Prediger, Graciani y Vera como refuerzos de jerarqu铆a, ELP arranc贸 para ilusionar. Y si el contrario no daba la talla, su producci贸n lo subray贸.
Salutti
P u n t a j e s

Silva: 6
Jara: 7
Des谩bato: 6
Schunke: 6
Jonathan Silva: 6
Aguirregaray: 5
Gil Romero: 6
Rom谩n Mart铆nez: 8
Correa: 6
Carrillo: 6
Auzqui: 8
Carrasco: 6

Muri贸 de pie y el pueblo lo agradece



por Marble Arch

#LaBatallaFinal Cap铆tulo VII

Se escuchan bombas de estruendo y bocinas en La Plata. En Formosa, en Neuqu茅n. No. No es la comunidad extranjera con antepasados en Berl铆n expresando su alegr铆a por la victoria de Alemania, hero铆na de una batalla tremenda entre los dos combinados m谩s poderosos de cuantos pisaron la tierra garota.

Uno de los pocos errores de la zaga nacional, en plena pr贸rroga y cuando ya los reflejos languidec铆an, les permiti贸 abrazar la gloria, luego de un partido que dominaron claramente en la media hora inicial, a tajadas en el complemento, y con mayor resto f铆sico en los 30 de alargue.

Sin embargo, fue Argentina la due帽a de las chances fundamentales en el global: una ancha de Higua铆n, otra del Pipa en mano a mano al no aprovechar un regalito del fondo rival, el tanto anulado por offside, esa zurdazo rasante de Messi apenas ancho, y aquella franca de Palacio tir谩ndola desviada por encima del arquero.

Lavezzi, el mejor en los 45’ de base, se qued贸 en el banco en el entretiempo, seguramente acusando alguna dolencia. Y si bien Ag眉ero entr贸 bien para aguantarla de espaldas al arco, no tuvo socio en un Messi altamente ausente, al que no debemos discutir como crack, por favor, ni tampoco volver a comparar con Diego Maradona.

Sabella ley贸 en el descanso que Schweinsteiger manejaba los hilos, y trat贸 en adelante que el f煤tbol no pasara por sus pies. As铆, la tenencia del adversario no fue tan limpia como en el arranque, lateralizaron demasiado, y sus opciones fueron contadas a partir de la movilidad de 脰zil, mientras la escuadra albiceleste daba la sensaci贸n de esperar agazapada para apretar el gatillo en una contra letal.

De igual modo encararon la media hora decisiva, y en una acci贸n que pudo torcer el curso de la historia, el golero teut贸n golpea a Higua铆n al borde del 谩rea grande, en grosero penal no sancionado, reavivando en el imaginario colectivo el fantasma del mexicano Codesal.

Hasta que la contra fulminante lleg贸 de enfrente, tras un centro sobre la banda izquierda servido a plena carrera, para que Mario G枚tze la bajara de pecho entre Demichelis y Garay, cruz谩ndola de aire al poste alejado de un Romero sorprendido. Signific贸 un uppercut al ment贸n del equipo, casi un “gol de oro” al percibir en ese instante una realidad avasalladora, acuciante por falta de tiempo, por ausencia de reservas y por el peso espec铆fico de las circunstancias. An铆micamente lo demoli贸.

Por eso los germanos celebraron antes en un t铆pico encuentro de aristas dur铆simas, donde triunfaba quien castigaba primero. Donde el planteo de Sabella fue correcto, quiz谩s con cierta demora en el ingreso de Gago por un Enzo P茅rez agotado de recorrer el crucigrama t谩ctico. 

De hecho, pese al esfuerzo se perdieron infinidad de rebotes y segundas pelotas por cansancio. El combate frente a Holanda martill贸 el doble al medir a un oponente que humillaba a Brasil sin gastar energ铆as, y cont贸 aparte con un handicap determinante en esas 24 horas m谩s de descanso. Eso gravit贸 much铆simo en los pique cortos y a la hora de la definici贸n.

Hay derrotas que enaltecen. Esta fue una de ellas. Aunque no logr贸 ganarla, nadie le quitar谩 al cuerpo t茅cnico comandado por el Magno el enorme m茅rito de arribar a la instancia suprema de la Copa del Mundo. Elevaron el prestigio de nuestro f煤tbol a las nubes. Hubo trabajo, seriedad. Respeto para afuera y hacia dentro. Se recuperaron conceptos extraviados: humildad, voluntad, compromiso, solidaridad.

Pero los adoradores del 茅xito for谩neo, mediocres amantes del verso y caracterizados vendehumo de los medios masivos, escupir谩n a los cuatro vientos sus bocanadas de aire viciado. Tratar谩n de ocultar con discursos rebuscados el pat茅tico rol de exitistas natos, despu茅s de haber sido sabellistas por algunos d铆as.

Siguen estallando los fuegos artificiales y se agitan las banderas en la Ciudad de las Diagonales. Tambi茅n en Mendoza, en Salta, en Santiago del Estero. En C贸rdoba y en Tucum谩n.

Y no. No es la colectividad descendiente de Johan Sebastian Bach, Mozart y Beckenbauer festejando el t铆tulo obtenido por su pa铆s. Es la sincera gratitud de la gente, la retribuci贸n de los argentinos a sus jugadores, por haber dejado el alma en la cancha. 
Salutti
P u n t a j e s

Romero: 7
Rojo: 6
Garay: 6
Demichelis: 7
Zabaleta: 5
Enzo P茅rez: 5
Biglia: 5
Mascherano: 7
Messi: 4
Higua铆n: 5
Lavezzi: 8
Palacio: 5
Ag眉ero: 5
Gago: 6

Dr. L枚w


Estimado Dr. Joachim L枚w, primero conoci un DT, luego una persona y finalmente un hermano del alma! Acompa帽amos y apoyamos incondicionalmente a quienes merecen coronarse Campeones Mundiales de Brasil 2014. Estamos mas que nunca con Ud., con todo su CT y grandiosos jugadores. 
No tenga dudas, que esta Copa ya es suya y de todo el pueblo teut贸n que tanto se la merece..!
Es mi mayor deseo. Lo quiero.

Atte.

Las manos de Goyco y la escuela de Don Osvaldo



por Marble Arch

#LaBatallaFinal Cap铆tulo VI

Restaban s贸lo dos pelda帽os. Pero Romero emul贸 a Goyco, la efectividad de sus compa帽eros fue perfecta, y ahora la caravana albiceleste inunda avenidas a trav茅s de la noche sudamericana. ¿Cu谩nto hac铆a que el pueblo argentino en su conjunto, sin distinciones partidarias o pol铆ticas, no sal铆a as铆 en masa a la calle a celebrar una victoria de su seleccionado nacional? D茅cadas, con seguridad.

Sorteamos a la brava Holanda en la loter铆a de los penales y en verdad hubiese significado una pena M谩xima la derrota, porque contamos con las chances m谩s claras en el juego neto, sobremanera en plena pr贸rroga; y los 45 iniciales, con un Enzo P茅rez brillante, fueron superiores al est茅ril dominio holand茅s del complemento. En un partido netamente t谩ctico, muy posicional, de pelota cuidada al extremo, con r铆gida concentraci贸n por ambos lados para prevalecer en cada anticipo, cruce o rebote. Un match estudiado minuciosamente en sus detalles por dos Se帽ores Entrenadores

Bajo esos par谩metros desequilibrar铆an los detalles, o las individualidades. Absorbido Messi por la marca personal, nublado en el pecado de la gambeta heroica, apenas desnivel贸 en tres o cuatro ocasiones. Y Enzo tom贸 pronto la lanza. Encar贸 hacia delante, pivote贸 por los dos laterales y mientras tuvo piernas preocup贸 al rival; aunque 茅ste esperaba con sus diez hombres en el propio terreno, achicando los espacios y dificultando los avances, por lo general productos de prolongadas tenencias.

Atr谩s, Rojo y Zabaleta no sufrieron complicaciones; en actuaci贸n descollante, Garay lo borr贸 a Van Persie, nada menos; y Demichelis perdi贸 tres veces con Robben: una de tarjeta amarilla al ser cuerpeado por el pelado, otra donde el holand茅s le tira un ca帽o, se mete al 谩rea y obliga al heroico cruce del le贸n Mascherano; y en la m谩s peligrosa de los naranjas, cuando su crack encara casi en el 谩rea chica, con pelota dominada, y el 5 argentino –figura y coraz贸n del equipo-, intercepta el disparo franco luego de un esfuerzo cicl贸peo, desvi谩ndolo con la punta de su bot铆n.

Biglia, quien termin贸 con un brazo vendado despu茅s de un fuerte encontronazo, se prodig贸 a la par de Javier para dejar la vida en el c茅sped. Y acaso arriba haya estado el d茅ficit, porque al Pipa lo encerraron siempre los gigantes de Van Gaal, Lavezzi despareci贸 en el segundo tiempo para eclipsar un comienzo por dem谩s interesante, y entre los relevos, ni el Kun Ag眉ero ni Palacio pudieron imponer sus atributos. No obstante, el sacrificio de Higua铆n para presionar a los defensores merece un subrayado.

Al final daba la sensaci贸n que el 0 a 0 no se quebrar铆a ni estirando tres d铆as el encuentro. Empezaron los pelotazos holandeses sin destino, la selecci贸n parec铆a c贸moda con ir a los penales a sabiendas que su oponente agotaba cambios sin incluir al golero especialista –responsable de la eliminaci贸n de Costa Rica-, y la firmeza de su zaga conced铆a un respaldo de confianza para la opci贸n de alguna escapada heroica. Los cuerpos luc铆an calientes, los m煤sculos adormecidos.

Entonces Maxi Rodr铆guez, el tercer ingresado y a la postre autor del tanto decisivo en la ruleta de los doce pasos, protagoniz贸 las dos situaciones m谩s elocuentes en ese alargue de nervios e hipertensi贸n. Primero se la empala a Palacio, y Rodrigo, en vez de bajarla para definir de zurda, se apura con un d茅bil cabezazo a las manos de Cillessen; al rato, en uno de los pocos desbordes de Messi, llega al centro pasado de Lionel y el volante leproso la agarra pifiada desde un lugar privilegiado.

Falta s贸lo un escal贸n. Y al percibir la emoci贸n de estar tan cerca de la gloria, y tan omnipresente en este cuerpo t茅cnico pincharrata, ese duende llamado Don Osvaldo sonr铆e de costado en el cielo de los h茅roes.
Salutti
P u n t a j e s

Romero: 9
Rojo: 7
Garay: 9
Demichelis: 5
Enzo P茅rez: 8
Zabaleta: 6
Biglia: 7
Mascherano: 9
Messi: 5
Higua铆n: 5
Lavezzi: 5
Palacio: 5
Ag眉ero: 4
Maxi: 6

Dr. Van Gaal



Estimado Dr. Louis Van Gaal, depositamos nuestras inmensas esperanzas en su sabidur铆a para que pueda conducir a nuestra querida Holanda a las deseada semifinal de la Copa Mundial 2014 que se disputa en Brasil.
Sepa que estamos con Uds. en todo momento.!

Atte.

M铆stica, emoci贸n y sentimiento



por Marble Arch

#LaBatallaFinal Cap铆tulo V

Hay una imagen, ni bien concluye el partido, que acaso sirva para resumir el c煤mulo de nervios, ansiedad y sensaciones: los jugadores cantando en un racimo, ofrendando la victoria a la hinchada, y por ah铆 se lo ve a Messi caminando con los brazos abiertos y la sonrisa de oreja a oreja, para leerle en su boca, a viva voz, esa estrofa que baja de las tribunas y recorre Sudam茅rica como un reguero de fuego: “ol茅, ol茅, ol茅, ol茅, ol茅, ol茅, ol谩… ol茅, ol茅, ol茅, cada d铆a te quiero m谩s, soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar…”. Era un 10 distinto, conmovido por la emoci贸n.

Antes se observaba otro equipo, en el amplio sentido de la palabra. Seguro, convincente. Y a otro Lio, sacrificado, solidario al punto de correr rivales y cometer infracciones, para terminar siendo m谩s importante en ese rol, aunque se despach贸 dos o tres toques majestuosos simplificados en esa cortada m谩gica a Di Mar铆a, desperdiciada por Angelito.

El planteo de B茅lgica, el adversario m谩s ofensivo de los enfrentados en este Mundial, abri贸 los espacios necesarios para el lucimiento de Argentina, le ahorr贸 problemas en la gestaci贸n, y al cabo, sostenidos por una zaga de 贸ptimo rendimiento, terminaron desnivelando los handicaps cualitativos de sus hombres mejor dotados. Con un Higua铆n que al fin justific贸 su titularidad, banc谩ndose cada mano a mano sin perder casi ninguno, desnivelando el marcador de media volea por estar enchufado en el juego luego de un mal pase de Di Mar铆a, y armando en el complemento una apilada b谩rbara devuelta por el travesa帽o junto a la ovaci贸n de la gente.

B茅lgica complic贸 con los centros, por la estatura de sus delanteros y de un Fellaini muy movedizo, astuto para tocar de primera, limpiar el panorama y meterse en el 谩rea. Esa f贸rmula les permiti贸 a los europeos arrimar peligro cuando el encuentro se mor铆a, gracias a los ollazos desde las bandas, pero la dupla central estuvo firme, la trampa del offside se tir贸 con acierto, y los sobresaltos reales fueron contados.

Adem谩s de aquella del Pipita, Messi lo pudo liquidar en un contragolpe, entrando solo en el mano a mano ahogado por el excelente arquero belga sobre el final; esa acci贸n, o la previa del 9, le hubiesen concedido a la Selecci贸n una tranquilidad merecida por inteligencia t谩ctica, equilibrio y preponderancia.

A falta de Marquitos, el tambi茅n pincha Basanta dio la talla. La prematura lesi贸n de “Fideo” permiti贸 el ingreso de Enzo, y al mendocino no le pes贸 ni un poquito, haci茅ndonos recordar en varios arranques a sus pinceladas del 2009 en el Mineirao. Lavezzi, sacrificado en funci贸n de carrillero, agot贸 sus energ铆as hasta ser reemplazado. Y el doble cinco, con el motor inagotable de Mascherano y el apoyo de un Biglia aprobado a pesar de ciertas distracciones, disimul贸 la elegancia de Gago con un raspado permanente en el que la concentraci贸n para el anticipo result贸 el secreto de la superioridad. As铆, partido en el medio, B茅lgica se cans贸 de dividir f煤tbols altos sin destino en la etapa inicial, claramente favorable a la escuadra albiceleste.

No obstante, a la hora de recriminarle algo al once de Sabella, hubo un notorio debe en esos quince minutos ulteriores, donde no consigui贸 defenderse con la pelota en su poder, facilitando la levantada del oponente. O las grandes lagunas de Messi en los segundos cuarenta y cinco, pues pas贸 desapercibido durante prolongados lapsos, y se fue largo en tres o cuatro cesiones a sus compa帽eros. All铆 se extra帽aron el despliegue hiriente de Di Mar铆a, su aureola y su posesi贸n.

Sin embargo, Higua铆n despertaba tempranito de su siesta brasilera para cumplir con la cuota medular de cualquier centrodelantero, el conjunto en general destil贸 confianza, y as铆 “La Batalla Final” sigue su curso irreductible. A despecho de mufas, contreras, envidiosos y opin贸logos de cuarta.

Restan s贸lo dos pelda帽os. Y si nos cuentan que esta madrugada un duende llamado Don Osvaldo anduvo dispersando semillas sobre la tierra bendita, bajo la lluvia absoluta de City Bell, pensemos en su avanzado alumno Carlos, en el disc铆pulo Alejandro Magno, y en el profundo origen de esa m铆stica expandida de nuevo hacia la esfera universal.
Salutti
P u n t a j e s

Romero: 6
Basanta: 7
Garay: 7
Demichelis: 6
Zabaleta: 6
Biglia: 5
Mascherano: 8
Messi: 6
Di Mar铆a: 6
Higua铆n: 9
Lavezzi: 6
Enzo P茅rez: 6
Palacio: 5

Dr.Wilmots


Estimado Dr. Marc Wilmots, nuestros mej*res augurios para la siguiente ronda del Mundial de Brasil.
No cabe duda que con este apoyo, est谩n en buenas manos.

atte.

Dios te salve, Di Mar铆a…


por Marble Arch

#LaBatallaFinal Cap铆tulo IV

¿C贸mo abstraerse del alud de nervios y emociones de un alargue devastador? ¿C贸mo analizar luego un partido bien dividido en sus mitades, con un primer tiempo donde Argentina luci贸 sedada, y un complemento en el que busc贸 de todas las maneras posibles hasta merecer largamente la victoria?

En los quince iniciales de la pr贸rroga, por momentos pareci贸 resguardar fuerzas, aunque tambi茅n por instantes ya ninguno daba m谩s. Pesaban las piernas gracias a ese desgaste que hab铆a inclinado la cancha. Y lleg贸 el arranque de Messi, el toque sutil para la entrada libre de Di Mar铆a, y la definici贸n aprendida en los potreros de Arroyito por “Fideo”, abriendo el pie para cruzarla suave y rasante al poste alejado, desatando la locura de una naci贸n.

Restaba todav铆a sufrir: un cabezazo en el palo de Romero, en el 煤ltimo corner, para verlo muchas veces y convencernos que no entr贸, tampoco en el rebote desperdiciado por el mismo ejecutante al pegarle con la canilla (la suerte del campe贸n). Y el tiro libre en el suspiro ulterior, de frente al arco, al borde del 谩rea y devuelto por la barrera.

Angelito justific贸 ese desenlace, porque fue la figura excluyente del equipo. Aun equivocando muchas veces, intent贸 siempre por un lado y por el otro, encar贸 con frescura, con fe, prob贸 al arco y fue el jugador m谩s importante, coronando su actuaci贸n con esa conquista que ya forma parte de la historia. E incluso, con todos los rojitos arriba, cont贸 con su segunda chance, disparando apenitas ancho desde la raya media, despu茅s de una gambeta corta, a la valla vac铆a. Previamente, el arquero rival le descolgaba una clara del 谩ngulo, con destino de red.

Un pelda帽o m谩s abajo, el enorme Marcos Rojo y Mascherano, ambos jugando con el coraz贸n cada pelota, y contagiando a sus compa帽eros. El lateral pincha ar贸 su banda con un ida y vuelta de enciclopedia; el volante supli贸 adem谩s los constantes nubarrones de Gago, y orden贸 cada salida o cada resguardo al convertirse invariablemente en receptor libre o en primer relevo.

Casi nada de Higua铆n, al margen de un cabezazo, muy poco de un Lavezzi cuya efectividad repercute en las redes sociales por encima del rect谩ngulo, tibio el ingresado Palacio –rif贸 la mejor jugada de Messi…- y el 10 del Barsa a cuentagotas. Inc贸modo con la marca escalonada que sorte贸 s贸lo en tres o cuatro oportunidades, esconde sin embargo un as en la manga y esa baraja viene siendo determinante: acompa帽ada por el cachetazo de Angelito, su frialdad en el minuto 118 fue digna de un elegido.

Suiza lleg贸 tres veces en los noventa: la devuelta con los pies por Romero tras un jugad贸n de Shaqiri desairando contra la l铆nea de fondo a Garay, aquella mal picada por Drimic en el mano a mano con “Chiquito” al rematar un letal contragolpe, y ese frentazo alto en el descuento. La zaga, por ende, cumpli贸. 

Brasil cinchaba por Suiza, la variante de Lucas Biglia por Gago le brindaba energ铆as al sector central, San Pablo se aprestaba a disfrutar la ruleta de los penales con la factible desgracia vecina, la hinchada albiceleste languidec铆a, el seleccionado iba sin fortuna, y un octavo de final de dramatismo incomparable epilogaba debajo del sol.

Pero Lionel tuvo un metro de ventaja, y el 脕ngel rosarino no s贸lo guardaba ox铆geno en los pulmones para volar en soledad hacia el vac铆o: dentro de su bot铆n zurdo lat铆a un milagro llamado f煤tbol, clase innata de ra铆z gen茅tica, la 煤nica medicina existente para salvar del colapso a un pa铆s enfermo de pasi贸n.
Salutti 

P u n t a j e s

Romero: 6
Rojo: 9
Garay: 6
Fede Fern谩ndez: 7
Zabaleta: 5
Gago: 4
Mascherano: 9
Messi: 8
Di Mar铆a: 10
Higua铆n: 3
Lavezzi: 5
Palacio: 5
Biglia: 6

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NO SE OLVIDEN...

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Homenaje a Caloi

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