Análisis por Marble Arch
Canchita por Maraja
Un zurdazo alto e inatajable del recién ingresado Aliendro, en tiempo de descuento, le dio el triunfo y la Supercopa Argentina a River, vencedor por 2 a 1 en el mundialista cordobés dentro de un trámite que lo tuvo como claro mandamás del complemento.
Antes, madrugaba el Pincha a los 3’ de juego con el frentazo de pique al piso de Correa, habilitado al centímetro por un perfecto envío combado de Cetré luego de un buen taco de Altamirano.
Sorprendidas, las gallinas tardaron en reaccionar, pero las tempraneras amonestaciones de Sosa y Altamirano, ambos con amarilla ante la primera infracción, condicionaron un tanto el repliegue del León. Peligroso empero de contragolpe, con dos impecables pelotazos cruzados de Sosa para Cetré que el colombiano resolvió bien, buscando libre a Meza por el otro lado en una –el defensor pifió el bochazo-, y disparando al ras en la otra, en acción donde Armani roza el balón pero el árbitro da saque de arco. Además, Armani repele una de Correa, libre en el claro después de ser asistido por Altamirano.
En el de enfrente, Mansilla saca una peinada por encima del travesaño, en el corner subsiguiente le ahoga el grito a Borja con un estirón contra su caño derecho, y contagia a la zaga esa seguridad que se le venía reclamando. Y así iba pasando la etapa, con Cetré muy encendido, y los laterales batiéndose mano a mano ante Colidio y Solari, éste muy bravo para Meza.
Del vestuario, el cambio de Simón por González Pirez le da la llave a los de Núñez por la banda derecha, pues se junta por Solari y comienzan a tejer un desborde tras otro. Flojito Meza allí, Zuqui reemplaza a Altamirano a los 56’ para tratar de frenar el vendaval, pero el Pincha no la agarraba ni con la mano y se agigantaba la figura de Mansilla al sacar dos o tres que iban adentro. Empero, hay un lapso de reacción estudiantil con un dribbling de Cetré, quien lo ve a Correa en el área, el ex Colón la adelanta hacia su derecha y mete el fierrazo al cuerpo de Armani.
A los 67’, Palacios y Carrillo por Sosa y Correa, cuando Demichelis mete a los enérgicos “Diablito” Echeverri y a Villagra por Kranevitter y el 7ris7e Fernández al escuchar el único grito hasta allí de su tribuna: "poné a los pibes, la puta que te parió". Y Guido casi estampa el segundo en jugada individual, con un fierrazo apenitas ancho que hacía estéril el vuelo de Armani; si entraba esa, era otro cantar.
A los 80’, ya con los imperceptibles Santiago Flores y Kociubinski por Eros Mancuso y Enzo Pérez, son dos de River ante tres de Estudiantes por la franja diestra, los nuestros miran en marca pasiva, a sus espaldas Simón lo sirve a Solari, su buscapié rasante se desvía en el cierre de Zaid Romero, descoloca a Mansilla y establece justicia en el marcador, porque los méritos millonarios eran elocuentes.
Shockeado por la igualdad, sin sus hombres de mayor jerarquía en el campo y con la frescura de Echeverri para limpiar el camino, más el pivoteo de Borja y la inteligencia de Barco en la andanada rival, el León lo sufriría pensando en el alargue. Y el banco de la Banda, que ya había mandado a Enzo Díaz por Casco, mete sobre la hora la calidad de Aliendro para reemplazar a Colidio. Y Aliendro, que sería 8 titular en cualquier plantel sudamericano, la manda a guardar.
El Tetra no tuvo resto ni espíritu para plantarse en los segundos 45’, ni variantes de peso, aunque Zuqui no desentonó pese a ese tiro libre tirado a los carteles y Carrillo estuvo a un tris de festejar. Pero de aquella imagen sólida subsiguiente a la tempranera apertura, la de un equipo capaz de dar el zarpazo en una réplica, pasó a otra muy distinta, la de una formación dominada, perdidosa en la inmensa mayoría de los duelos individuales, con Mancuso disminuido, con sus jugadores atados, y sin respuestas futbolísticas, físicas ni actitudinales. Falló la contención en el eje, se defiende mal, y viene quedando mucho espacio entre los centrales y los laterales cuando lo atacan por los costados. Se vio en el empate de anoche y también en las derrotas recientes. River, en la etapa complementaria, lo pasó por arriba.
Párrafo aparte para la caravana de micros de la hinchada, de nuevo retenida en territorio cordobés por los modus operandi más patéticos del planeta. Y para el público de Estudiantes, que ganó en el aliento prácticamente todo el partido, mientras enfrente tenía una postal del silencio.
La necesidad de retemplar el ánimo para recibir en UNO a Boca es la premisa ineludible, porque urge volver a cantar victoria. Ya pensando en la Libertadores, al hincha común lo ahogan las dudas. Y termino con algo leído en Twitter (X): "al segundo tiempo hay que borrarlo de la historia de este club".
Salutti
Mansilla: 9
Mancuso: 6
Zaid Romero: 6
Fede Fernández: 6
Meza: 5
Altamirano: 6
Enzo Pérez: 5
Ascacíbar: 5
Sosa: 6
Cetré: 8
Correa: 7
Zuqui: 6
Palacios: 5
Carrillo: 6
Kociubinski: 4
Flores: 4