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Sólo la tarde fue de los Estudiantes

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Me costó a la salida de UNO escribir el comentario, porque la histórica manifestación en defensa de la Educación Pública había resultado altamente emotiva en mi escala personal. Hijo de una maestra y de un periodista, sé cuánto dejaron para darme la posibilidad de estudiar. Y duele hondo leer o escuchar a un energúmeno profiriendo su odio visceral hacia un instrumento insustituible de ascenso social. Ojalá auditaran a sus declarados héroes, los fugadores.

Ya en la cancha, los 10 primeros minutos mostraron a los brasileños al ataque, dominantes, y ahí recordé aquella hazaña de 1983, cuando su ahora DT Renato la descosía, y en León se lo igualaba 3 a 3 con cuatro jugadores menos. Anoche parecían endiablados, y su natural disposición atlética contrastaba con el cansancio acumulado de un local sumido en infernal seguidilla.

Un error de Zaid al entregar corto en una salida propició la primera llegada del Gremio. Otro de Sosa, en un mal pase atrás, obligó al cierre salvador del mismo Romero. Sin embargo, lo más positivo del Pincha salía de los pies de José Ernesto, en algunas combinaciones por derecha con Mancuso y en su intención de construir, pues Palacios no la agarraba, Ascacíbar erraba muchas cesiones y Cetré lucía irresoluto. Hubo no obstante un bombazo ancho de Zaid contra el caño brasileño; y una media vuelta de Correa por encima del horizontal. En el eje, Enzo Pérez sería lo más regular del encuentro, raspando, ordenando y metiendo fuerte, incluso con un codazo a Cristaldo que no fue roja sólo por su envergadura de jugador.


“Y bueno, era un rival chivo”, escuché a la salida del estadio, con el 0-1 consumado. Claro, estos cuadros cariocas no son Barracas, y cualquier ventaja se paga carísima. Habían avisado previamente con una tijera de Cristaldo devuelta por el travesaño de Mansilla. Y lo terminó de padecer Estudiantes a los 77’ con ese contragolpe letal que Nathan Fernandes inicia en su propia área con un quite a Palacios, cruza de derecha a izquierda con determinación, abre de tres dedos al wing derecho y corre vacío todo el largo del rectángulo para empujar la pelota al arco vacío, mientras Zaid pierde en velocidad con el ingresado Gustavo Nunes en su desesperado intento por sanar una zona descubierta, ya que en su apuesta de espíritu ganador, Domínguez había cambiado al flojísimo Llollo por Méndez después de la expulsión de Rolón a los 66’. Minutos antes, Carrillo y Piatti sustituían a Correa y a Sosa, éstos protagonistas de la más clara apenas iniciado el complemento, con buena pinchada del 7 para el delantero, que amaga y le da un un fierrazo de zurda al cuerpo de Marchesín.


La media hora final mostró al dueño de casa sin respuestas futbolísticas ni repentización para inventar algo distinto. Lateralizando de un lado a otro frente a un oponente muy bien parado en su retaguardia, y tratando de encontrar las cabezas de Carrillo o Méndez en un centro salvador de Mancuso o Benedetti que jamás llegó; ambos marcadores de punta padecieron a los velocísimos extremos azules. Con Cetré en velada como su piel, Piatti sin peso específico y Palacios equivocando por lo general las decisiones. La jerarquía de Enzo Pérez aportaba la serenidad de base y Ascacíbar creció bastante para equilibrar aquellos 45’ paupérrimos, sin embargo el cambio de ritmo no existía.

El linesman, y trascartón el VAR, anularon el empate de Carrillo, quien desvía apenas un disparo de Palacios y vulnera las manos de manteca de Marchesín; unos centímetros en la tirada de líneas condenaron al goleador de Magdalena y salvaron el pellejo del guardameta.

Los gaúchos aterrizaron en La Plata con la obligación de triunfar para no quedarse casi afuera de la clasificación. Y los argumentos de la habilidad individual en la gambeta y una técnica exquisita para el dominio del esférico le simplificaron el trámite ante un Pincharrata incapaz de imponerse en los mano a mano por falta de confianza o por una sobrecarga evidente de esfuerzos. Ojo, dejaron todo. No tuvieron resto.

Con el diario del lunes, Méndez por Llollo resultó una equivocación. Quizás era Zuqui por el central. Por ese resquicio se filtró la ilusión de Porto Alegre para encender el griterío en el codito. Un energúmeno, ya denunciado por el club, realizó gestos desubicados a la torcida del Gremio. Cerca mío, escuché reiteradas puteadas a Ascacíbar, a Enzo, a Sosa, a Palacios, a Mancuso y a Llollo, fieles reflejos de una sociedad enferma.

La Semifinal con Boca, el martes venidero allá en Córdoba –otro infame despropósito con el sello de AFA-, será un examen de carácter. Hay tiempo para preparar la batalla, una verdadera Final. Recargar energías será tan vital para un equipo fusilado como trabajar el espíritu, de cara a un choque de preponderante componente mental.
Salutti
Mansilla: 5
Mancuso: 5
Zaid Romero: 7
Llollo: 3
Benedetti: 5
Sosa: 6
Enzo Pérez: 7
Ascacíbar: 5
Palacios: 5
Correa: 6
Cetré: 4
Carrillo: 6
Piatti: 5
Méndez: 4

Lo pasó por arriba

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


En contundente demostración de superioridad, Estudiantes le hizo precio a Barracas con un exiguo 3 a 0 en cancha de Platense, copada por la parcialidad albirroja a pesar del reparto incongruente de localidades ideado por los ger-entes de turno.

De entrada, centro pasado de Zuqui al ejecutar una pelota quieta, Carrillo la acomoda con la panza, inclina el cuerpo y la pone donde quiere con categórica maestría, cuando no iban ni duquesa de minutos. A partir de allí, con el pulmotor de Ascacíbar, la calidad elegante de Sosa, la movilidad incisiva del encarador Palacios, la rueda de auxilio de Zuqui, las punzantes diagonales de Cetré y la firmeza de una zaga comandada por un impasable Zaid Romero, el León se paseó, creando con mucho juego una gran cantidad de chances para aumentar el marcador ante un rival obnubilado por la supremacía platense.

Sólo a los 29’, un envío de Zalazar desde la derecha, luego de marear a Benedetti, lo sobra a Mancuso y encuentra a Wanchope Ábila solito para cabecear, pero el ropero lo tira por arriba del travesaño. Y rumbo al descanso, la sensación de un amarrete 1 a 0 imperaba en la lógica, pues el dominio territorial, las llegadas y la potestad del partido le habían pertenecido absolutamente al Pincha.


Al arrancar el complemento, tremenda combinación entre Ascacíbar, Sosa y Carrillo que el crack de Carcarañá remata por encima del ángulo izquierdo, casi de media vuelta. A los 57’, Enzo y Piatti reemplazan a los amonestados Cetré y Zuqui; Colombia había tenido un furibundo derechazo rechazado con esfuerzo por el arquero Moyano, luego de un buen slalom personal, y previamente, al ser mal amonestado, recibía dos foules fuertes ignorados por Darío Herrera, en el único error evidente del referée.

Piatti volvió a ingresar bárbaro, y a los 62’ recibe por izquierda una perfecta cesión a fondo de Palacios para tirar un pase rasante con ventaja para que Guido la empuje a la red. Enseguida salen el goleador de Magdalena y José Ernesto Sosa, ambos en alto nivel, para darles lugar a Correa y a Méndez.

Y más allá de una volea alta del Guapo, y de un tiro libre devuelto por el caño derecho de Mansilla –lució seguro para descolgar las aéreas-, se notaba que al elenco de Chiqui Tapia –efusivamente saludado por la hinchada del Tetra- le costaba horrores. Algunas desinteligencias entre Mancuso y Llollo le facilitaron generar cierto peligro, y nada más.


A los 75’, Meza por Palacios fue una variante pensada para cuidar al volante, de tremendo desgaste también en la marca. Tuvo el tercero Correa, al atropellar algo exigido ante otra hermosa bola de Palacios. Lo tuvo Méndez, tirándola a la tribuna debajo del arco, sin marcas, al recibir un “tomá hacelo” de Correa. Y a los ‘93’, en pleno descuento, Piatti se la pone como con la mano a Benedetti, el lateral levanta la vista, ubica a Méndez, el uruguayo la para para definir, revienta la humanidad de Moyano, y el rebote encuentra el oportunismo de Correa para madrugar el cierre del zaguero y establecer el 3 a 0.

La retribución de la hinchada reconoció la producción del equipo, porque jugó 60 minutos de real brillo y supo acomodarse para regular energías de cara al choque del próximo martes frente al Gremio de Porto Alegre por la Copa Libertadores. Después serán Boca o River en la Semifinal del fin de semana venidero. Con humildad y fe, vale soñar.
Salutti
Mansilla: 7
Mancuso: 5
Llollo: 5
Zaid Romero: 8
Benedetti: 6
Zuqui: 7
Ascacíbar: 8
Sosa: 8
Palacios: 8
Cetré: 7
Carrillo: 9
Piatti: 8
Enzo Pérez: 7
Méndez: 4
Correa: 7
Meza: 6

Regaló un tiempo y terminó festejando

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Tras obsequiar con envoltura de celofán la etapa inicial por un erróneo planteo de Domínguez, el Pincha lo dio vuelta en el complemento, concluyó 2º en su zona al derrotar 2-1 al bravo Lanús y enfrentará el próximo fin de semana a Barracas Central en uno de los Cuartos de Final.

Verdaderamente incomprensible 5-3-2 del Barba, incluyendo a Flores en la cueva y sacrificando un volante (Sosa), con Palacios de mediapunta acompañando a Correa, mientras en el eje los hombres del local ganaban todas las segundas pelotas y establecían clara superioridad sobre la vergüenza deportiva de Enzo, el desorden de Ascacíbar y los altibajos de Zuqui. Atrás, Llollo era un bastión, Zaid tenía un duelo aparte con el Loco Díaz, Flores se complicaba solo, y los laterales no paraban ni el tren en una nochecita aciaga de Mancuso.

Avisaba el Granate con varios corners sucesivos, después de una floja salida aérea de Mansilla; y con ese bombazo de Bou repelido por Mancuso luego de una pelota embarullada que el Loco le primerea de vivo a Zaid.

Nada del Pincha, nada de nada, con errores infantiles en los pases. Y apertura a los 22’ con un cabezazo inapelable de Ezequiel Muñoz, de pique al piso al madrugar alto a Llollo e imposible en una cancha rápida para la estirada de Mansilla; el linesman marca offside, van al VAR, lo confirman de Ezeiza y el fullback, por respeto a su ex club, no lo grita.


Hasta el descanso, un concierto de incoherencias posicionales y de estéril tenencia en un equipo desacostumbrado al esquema propuesto por su DT. E inmenso desgaste granate en el pressing alto, en los anticipos y en la lucha exitosa de cada fútbol dividido. Antes del cierre, un triple peloteo en el área del León casi estira la ventaja del elenco de Zielinski.

Desde el vestuario, Sosa y Cetré por Flores y Zuqui, en variantes cantadas. El crack de Carcarañá entró impreciso, pero con el correr de los minutos sería importante; Colombia pifió el empate de manera increíble, cuando en uno de sus contados aciertos de la velada, Meza combina bien con Correa, el centro rasante de Javier no puede ser conectado por la atropellada de Ascacíbar, y el moreno, solo por detrás de todos, revienta el poste izquierdo al rematar a la carrera con ángulo cerrado.

Al rato, a los 65’ y ya con Estudiantes en rol de dominador, Piatti y Carrillo sustituyen a Ascacíbar y a Eric Meza, en otra ventana acorde con lo que cualquier entendido hubiera dispuesto de movida. Creció muchísimo Zaid, Enzo agregaba el corazón a su oficio –al cierre culminaría acalambrado-, Piatti enseguida agarró la onda del partido, Palacios se mandaba un corridón para taparle el gol al Loco Díaz en una réplica, se enchufó Sosa, y de la mano de un inmenso Guido Carrillo sobrevendría la levantada. Mientras los cambios defensivos del “Ruso” para aferrarse a la mínima diferencia ayudaban a sus ex dirigidos, pues el viento ya había virado a ojos vista.


A los 77’, perfecta ejecución combada de Piatti en un tiro libre, pasadita, y el centrodelantero de Magdalena se eleva por detrás para cambiarla de palo con un frentazo perfecto. Trascartón, ya con Zapiola en el campo, un par de ataques punzantes del Tetra, comandados por la confianza contagiosa de Carrillo para pivotear y limpiar el panorama, pero Cetré no estaba fino. A los 86', una finta de Piatti genera la expulsión de Loaiza por segunda amarilla. Y ya en tiempo de descuento llega el segundo: Sosa recupera un esférico chivo en la puerta de su propia área, alarga para Piatti, éste para el enérgico Correa, quien se va solito hacia el arco de enfrente saliendo de atrás de la línea media y al ser atorado por el arquero Acosta la toca suave a su izquierda para que Carrillo la empuje a la red.

La seguidilla venidera incluye el citado choque con Barracas en estadio a confirmar –presumiblemente el sábado- y la cita copera del martes 23 a las 19 horas ante Gremio de Porto Alegre en UNO. Ya no habrá margen para experimentos extraños, y Eduardo Domínguez habrá tomado nota en los paupérrimos 45’ iniciales de esta noche.
Salutti
Mansilla: 5
Mancuso: 3
Llollo: 7
Zaid Romero: 7
Flores: 4
Meza: 4½
Zuqui: 5
Enzo Pérez: 7½
Ascacíbar: 5
Palacios: 6
Correa: 7
Cetré: 5
Sosa: 6
Piatti: 7
Carrillo: 9
Zapiola: 5

El complemento de la Fe

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


"La fe mueve montañas", y vaya si la tuvo Estudiantes en la segunda etapa para honrar su vieja prosapia copera y borrar a The Strongest de la cancha.

Inteligentemente, el huésped planteó jugarlo de movida en 40 metros, 20 a cada lado de la línea del eje, y con un pressing no muy alto le quitó espacios e incomodó a un León adormecido. Pese incluso a quedarse prematuramente con un hombre menos cuando Sosa corrige a la carrera una mala cesión de Enzo, le pone una bola bárbara a Correa, éste la puntea justo antes que el cierre de Enoumba, el moreno se lo lleva puesto y ve la roja. Enseguida, corner boliviano, la peina Triverio madrugando a Enzo y el travesaño evita la apertura.

Pero Tiago no la agarraba, el Ruso erraba muchos pases, la excesiva lateralización quitaba sorpresa por su exasperante lentitud, los laterales no incidían, a Sosa lo buscaban muy poco, y Cetré parecía haber amanecido con la pólvora mojada.

Para colmo de males, luego de la amonestación de Benedetti, cae un baldazo de agua fría en la velada de UNO porque en un avance visitante por la derecha, el centro inofensivo a la puerta del área es pifiado por Ascacíbar, y Triverio recibe el regalo para cruzarla fuerte al palo izquierdo albirrojo.

Dos malas resoluciones de Correa en sendas acciones algo claras preceden a dos buenas de Sosa, que en posición de 9 captura un buscapié de Cetré y exigido le da de zurda apenitas ancho al segundo caño, casi cayéndose; trascartón, una carta de 35 metros al pecho de Mancuso, quien se enreda como en todo ese período.

Iban 35' ó 37', y Domínguez introduce dos variantes llamativas: Meza por Benedetti y Carrillo por Sosa, ésta extraña por lo observado. Hasta el descanso, Meza perdería en cada una de sus intervenciones, llenando la atmósfera de incógnitas. No obstante, rumbo al vestuario, las ganas de Carrillo ya habían activado la onda contagiosa.

Por lo visto en los últimos 45', es fácil deducir el clima de hervidero en la arenga del Barba dentro del habitáculo, pues el equipo salió a disputarlos como nunca jamás lo había hecho en ningún encuentro de este ciclo. Justo lo que siempre se le reclamaba a viva voz.


Y si bien los minutos pasaban de manera irreversible, las situaciones se iban sucediendo una tras otra sin solución de continuidad, para un partido al que le sobraba la mitad de campo pincharrata porque se dirimía enteramente en suelo boliviano. Piatti por Fede Fernández, a los 50', era la tercer apuesta para torcer la historia, mientras el peligro estaba instalado de lleno en la valla de Viscarra.

Entonces, a los 65' el enésimo desborde de Cetré por el wing derecho y su envío chanfleado encuentran la arremetida de Carrillo por el otro lado, y se hace estricta justicia con el toque pifiado de Guido que entra a los saltitos contra el segundo vertical para desenredar los nudos de 33.000 gargantas.

Y Estudiantes de La Plata siguió yendo con su moral altísima frente a un adversario apabullado. Con Guido de abanderado o símbolo de la ilusión, Enzo Pérez de paciente distribuidor, Palacios de orfebre para tejer ilusiones entre la maraña defensiva del oponente, Ascacíbar recuperando todo lo que había resignado en aquellos 45' iniciales, Cetré encarando por la banda sin respiros, y Correa en rol de generosidad en su entrega personal.


Y a los 81', en uno de los tantos avances del Tetra, Colombia Cetré recibe de Carrillo en el vértice del área, se hamaca encima de su marca, sacude un fierrazo seco y la manda a guardar de cachetada al madero diestro para conquistar definitivamente el corazón de la hinchada.

Un jugadón de Correa resuelto sin éxito por Meza, una volea de Piatti y ese mano a mano que Viscarra le atora a Guido en una réplica pudieron aumentar las diferencias ya en el final, Con Zuqui y Méndez reemplazando a Cetré y Correa, sobremanera para oxigenar en los últimos minutos a un mediocampo sometido a infernal desgaste en ese Complemento de la Fe jugado bajo las sagradas letanías de la Libertadores.

Así resurgió la mística en una emotiva Noche de Copa. Tal vez el Ruso Prátola, Madero y el Tata anduvieron en el entretiempo sobrevolando por la platea de 115, rasparon levemente las paredes sin descuido, y contaminaron de furia la piel de los muchachos.
Salutti
Mansilla: 5
Mancuso: 5
Zaid Romero: 6
Fede Fernández: 5
Benedetti: 5
Palacios: 8.5
Enzo Pérez: 7
Ascacíbar: 6
Sosa: 6.5
Correa: 6
Cetré: 8
Meza: 4
Carrillo: 9
Piatti: 5.5

Volvió con todo una noche

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


El Pincha volvió una noche y se despachó terminante 5 a 0 ante el débil Central Córdoba de Santiago del Estero. Hubo otra implícita actitud desde el vamos, y quienes minimicen la victoria por la flojera del rival, deben poner en la balanza las derrotas ante oponentes de similar magnitud, como Platense y Sarmiento de Junín.

Esta noche, el León tuvo todas las luces encendidas. A un Sosa brillante en los 45’ iniciales, a un Enzo Pérez quirúrgico al reemplazarlo en el complemento, a un Carrillo imparable para cansarse de pivotear de pecho o cabeza, a un Cetré enchufadísimo para clavar un golazo pero también para reventar la unión en un tiro libre y estrellar un frentazo en el palo, a un Tiago Palacios encarador, a un Zuqui incansable, a un Benedetti importante por su lateral, a un Mancuso con la fe de siempre, a un Ruso Ascacíbar encontrando su rol con el correr de los minutos, y a una cueva liderada por Zaid Romero para brindarle confianza a la reprise de su ladero Lollo.

La apertura, a los 9’ viene de un pase preciso de Sosa para Palacios a la salida de un corner, el uruguayo apura entre dos marcas y casi sin ángulo le pega de medio puntín zurdo con mucho efecto para clavarla en el ángulo derecho.

Enseguida, pelota infernal de Sosa para Ascacíbar, quien se enreda un poco en el control, lo atora el arquero y el rebote va a los pies del Rusito para un disparo corto sacado en la línea por un defensor.

Y tras un zurdazo de Zanabria en el poste diestro de Mansilla, colocado por el volante visitante después de recibir la fortuna de un rechazo a su posición, llega el segundo. Sosa busca la devolución larga santiagueña de un corner, se la da a Benedetti parado de último hombre, Gastón mete tremendo pelotazo de 35 metros para un Cetré recostado sobre la banda como wing derecho, el envío es tan preciso que sobra al zaguero, Colombia la domina de pecho por atrás, encara, lo ve a Carrillo y su toque a media altura es empujado por el pecho de Guido a la red mientras atropella a la par de su marcador. Trascartón, poema de Sosa para Cetré, pinchadito por sobre dos adversarios, que Colombia shotea por encima del travesaño.

Cerrando la etapa, el derechazo de Cetré devuelto por la esquina de Ingolotti. Y dos chances para el Ferroviario gestadas de contragolpe, con rasantes definiciones anchas de Atencio y Garrido.


Para los 45’ ulteriores, Enzo por el crack de Carcarañá, pensando en el martes. De movida, guapeada de Mancuso por su carril, centro a la cabeza de Cetré, Colombia mira dónde ponerla, el caño le dice “no” y el esférico, mansito, recorre la línea a espaldas del golero. Y a los 4’ el tercero a la canasta: bombazo a ningún lado de Zaid, Carrillo se lo baja servido a Palacios, éste la cambia para Cetré, Colombia domina, amaga, y ejecuta una comba perfecta e inatajable al horizontal alejado, haciendo estéril la volada de Ingolotti. Muy emocionado, el moreno lo fue a festejar con su parcerito Manyoma y con todos los suplentes para alegrar a Javier Altamirano, quien presenció el partido en el banco.

A los 11’, Cetré roba arriba, driblea, asiste de lujo a Carrillo, Guido la pica ante el achique del guardameta y Palacios, entrando por atrás, se arroja en palomita para señalar el 4 a 0.


A los 16’ ingresan Nicolás Fernández, Manyoma y Correa por Benedetti, Ascacíbar y Carrillo, éste ovacionado rumbo a los vestuarios. Cetré, de emboquillada, casi canta el quinto frente a una apresurada salida de Ingolotti, que queda pagando luego de cabecear lejos del área una linda bola de Zuqui para Correa. Un quinto a cargo de Correa, gambeteando y chocando entre cuatro contrincantes para llevársela de puro rebotero y fusilar a los 72’ al pobre Ingolotti. Que le ahoga el sexto a Piatti –a los 69’ sustituía a Cetré-, y posteriormente a Nico Fernández.

Al cierre, el León se floreó, y renacieron los gritos esperanzados de Libertadores, extendidos a la salida por la cabecera de 57 hacia la Avenida 1. El martes será Noche de Copas, con el ánimo retemplado al cortar la sequía, en una especie de borrón y cuenta nueva. El martes será "la vida por los colores".

Párrafo final para el emotivo desfile de los ex Combatientes de Malvinas pincharratas, aplaudidos por todo el estadio al realizar una suerte de vuelta olímpica. En el Nuevo Gasómetro cantaron “La Patria no se vende”, y ojalá reaccione el pueblo, porque la insólita entonación del himno yankee emitida por Cadena Nacional a medianoche desde Ushuaia, por parte de quien profesa un extrañísimo sentido de la libertad y a 48 horas del aniversario de nuestras islas, fue algo absolutamente repudiable, obsceno e indignante para todo argentino bien nacido. 
Salutti
Mansilla: 6
Mancuso: 7
Zaid Romero: 7
Lollo: 6½
Benedetti: 7
Zuqui: 7
Ascacíbar: 6
Sosa: 8
Palacios: 8
Cetré: 8
Carrillo: 9
Enzo Pérez: 8
Manyoma: 6
Nico Fernández: 6
Correa: 6½
Piatti: 6

No sólo es el Síndrome del Segundo Tiempo

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Leer las redes sociales después del pálido empate de anoche ante el Huachipato en el debut por fase de grupos de la Copa Libertadores, equivale a volver al ya desusado diario del lunes.

Los matan a Mansilla, a Méndez, a Ascacíbar, a Sosa, a Enzo, a Zuqui, a Zapiola, a Domínguez, y la mayoría de los argumentos tienen el respaldo de una racha negativa no tan inesperada. Porque el equipo hace un mes que no gana, pero cuando lo hacía mermaba a ojos vista en los complementos y lejos estaba de jugar muy bien.

Ayer, ante un adversario accesible, erró muchos pases y corrió mal la cancha, aunque tuvo la fortuna de contar a los 42’ con una asistencia tremenda cacheteada a tres dedos por el flojito Palacios a Correa, quien a la carrera la puntea suave de zurda para eludir al arquero y define de derecha en hermoso gol.

En el complemento, pudo aumentar la ventaja temprano en esa muy buena combinación de Sosa con Ascacíbar, la apertura para el ingresado Nico Fernández –sustituyó al tocado Meza-, el centro pasado y el derechazo exigido de Méndez que se va cerquita del segundo palo.


Sin embargo, a partir de allí renació el Síndrome del Segundo Tiempo. Y el propio temor por el empate, el no saber defenderse con el fútbol y una nula vocación actitudinal para imponer condiciones terminaron agrandando al local. Para colmo, el banco dista de aportar soluciones, pues las variantes de Zuqui por el amonestado Palacios y de Zapiola por Méndez incrementaron los problemas. Intensificados por la banda izquierda por el chiquito Brea, imparable para el tándem Nico Fernández-Zapiola.

Y una mala cesión de Sosa, que se la deja corta a Mancuso en una salida por derecha, deriva en la igualdad, aunque el balón va antes hacia el centro de la cancha, lo cambian al otro lado, el lateral centrea sin mirar y Cris Martínez lo anticipa de aire a Mancuso para vulnerar a Mansilla, en la postal perfecta del indigesto presente estudiantil: el esférico en el fondo de la red, y los jugadores gesticulando señales de reproches e impotencia compartida. Por los protagonistas, y la pasividad defensiva, guarda similitud con lo acaecido el pasado fin de semana en Florencio Varela.


Ya sin respuestas futbolísticas, físicas ni anímicas, Estudiantes sufrió mucho en el final. Le anularon el 2 a 1 a los chilenos, convertido en offside luego de un rebote de Mansilla. Y un furibundo derechazo de Montes reventó la unión izquierda del León.

El sábado en UNO urgirá volver a la victoria ante Central Córdoba de Santiago del Estero, y no sólo para continuar con chances para los play-off, sino para generar esa confianza que ha extraviado por completo. El “Flaco” Iacovich reclama el puesto bajo los tres palos. Y la autocrítica entre hoy y mañana, puertas adentro, debe ser feroz, terminante y sin medias tintas.
Salutti
Mansilla: 4
Mancuso: 4
Fede Fernández: 4
Zaid Romero: 5½
Meza: 5
Sosa: 5
Enzo Pérez: 5
Ascacíbar: 4
Palacios: 5
Correa: 6
Méndez: 4
Nico Fernández: 4
Zuqui: 3
Zapiola: 3

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NO SE OLVIDEN...

NO SE OLVIDEN...

Homenaje a Caloi

Homenaje a Caloi
Gracias Revista Animals! / clik en la imágen para ampliar.

Wallpaper por Estudiantes

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