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La luz de Sosa para cerrar el capítulo de las tinieblas

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Con el apoyo unánime de su público, Estudiantes cerró el año sonriente, en un gesto necesario para pensar con esperanza y también para no olvidar esta tremenda racha adversa con punto final en la tan esperada victoria ante Godoy Cruz.

Hubo recuperación individual marcada en muchos jugadores pero también hubo una concentración y un compromiso grupal como hace muchos partidos no se veía. El principal acierto de Quatrocchi fue dejar a Zapiola en la cancha, porque el chico aún con altibajos mostró que cuando acierta desequilibra. Empezó mejor el León, avisó con un zapatazo de Boselli, después con un zurdazo al ángulo apenas alto de Zapiola, con otro del Loco, con un derechazo de Godoy descolgado del ángulo por el arquero, e incluso tuvo dos situaciones de reclamo desechadas por el VAR por manos dentro del área visitante –una de ellas clarita tras la embestida de Piñeiro-.

El gol se venía demorando. Y casi a los 35’, en una jugada por la izquierda, primero Zapiola controla largo, la pierde pero la pelea y cuando lo hace le mete un taco bárbaro a Boselli para que el centro de Mauro encuentre el resbalón de un zaguero y a Más merodeando por ahí para empujarla de derecha contra el palo y establecer el 1 a 0.

El segundo tiempo fue de una notoria supremacía Pincha, sobremanera porque a los 10 minutos entró el Fenómeno, y con cuatro o cinco toques, con esa elegancia distintiva para parar la pelota y con esa exquisita desfachatez para jugar este juego –todas esas cualidades que lo llevaron no sólo a la Selección sino a participar de las grandes ligas de Europa-, José Ernesto Sosa demostró que los jugadores diferentes potencian al resto, y se hizo dueño pronto de todo el juego. Su ingreso por Boselli terminó por inclinar la cancha para el lado de Estudiantes y empezaron a generarse situaciones por uno y otro lado con un gran partido del pibe Núñez, con Morel anticipando todo, con Más y Godoy muy mejorados, y tras un derechazo de Sosa que se desvía providencialmente en el Loco cuando parecía ir adentro, llega una jugada por derecha donde el Fenómeno mete un cabezazo ofensivo de pique al piso al claro para Castro, éste alarga para Godoy, el lateral llega al fondo y su centro rasante atrás encuentra a Zapiola para empujarla a la red.

Luego ingresaron Zuqui y Rollheiser, Sosa jugó suelto en el medio como un 9 tirado atrás, y a veces como un 5 volcado adelante, con absoluta libertad, y cambiando varias pelotas de un lado al otro, parando el fútbol con jerarquía infinita y ordenando al equipo, rubricó su estatura de pieza fundamental e insustituible.

Tuve la fortuna de ver el partido contra la chapa de UNO abajo, con otro Pincha de ley como Fito Basile, y fue una gran alegría ver otra vez a la gente cantar y sobre todo observar a un par de chicos con importantes cualidades para cuando se asienten, como Piñeiro y Núñez. Además, Sosa ratificó la impresión acerca de los jugadores diferentes, los responsables de hacer girar los planetas a su alrededor. Esto pasaba con Rogel, quien le daba otra fuerza a toda la zaga de Estudiantes, por eso se lo sufrió tanto cuando se fue; y esto ocurrirá con el crack, pues estando entero y bien rodeado le sobra tela para brindarnos muchas alegrías.

Los que cargaban yéndose de boca y pecaban con sueños de Libertadores negados a los cobardes se indigestaron con tallarines de segunda marca, en el corolario de una caída vertical a la hora de los bifes. Entonces la fecha fue perfecta para mantener el orden tácito establecido por los siglos de los siglos. Amén.
Salutti
Andújar 6
Godoy 6
Morel 6
Núñez 7½
Más 6
Piñeiro 7
Castro 7
Corcho 6
Zapiola 7
Díaz 7
Boselli 6
Sosa 8
Piatti 6
Rollheiser 6
Zuqui 6

Catastrófico 4-0, e impera el consabido “que se vayan todos…”

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


La goleada sufrida esta tarde ante Vélez en Liniers sumó otro capítulo nefasto al desolador presente estudiantil. ¿Qué DT querrá agarrar este rejuntado sin alma, voluntad ni ideas, un verdadero fierro caliente pasado de edad en el promedio?

Circula un audio de Quatrocchi injuriando a los jugadores en el vestuario. Tal vez no sea verídico, pero por mucho menos se insultó desde la tribuna a innumerables ciclos fracasados. Y está claro que el ex zaguero no es culpable por haber heredado el desastroso cierre de Zielinski, quien se aferró a un leño a la deriva para terminar de hundirlo, en lugar de soltarlo a tiempo para evitar este naufragio.

Paradójicamente, porque nadie puede negar a ciencia cierta su pésimo nivel de la actual temporada, Andújar fue la figura en el Amalfitani. Estaba en duda, se hablaba de una fractura lineal de peroné, felizmente fue sólo un golpe, y Mariano sacó en el primer tiempo un tiro libre de Janson que entraba. Tapó en la segunda mitad dos mano a mano, desvió volando contra su poste izquierdo un sablazo con destino de red. Y no tuvo culpa en ninguno de los goles. El primero, de penal, luego de un aparatoso cierre de Noguera y el impacto fortuito en la mano de Morel.

Ya en el complemento, una aislada proyección de Godoy deriva en un centro atrás que encuentra a Castro solito debajo del arco, sin arquero ni nada entre él y las mallas, pero debajo del travesaño el uruguayo la cabecea afuera, como si la quisiera rechazar; la pelota pega en la mano de un zaguero, sin embargo los muchachos del VAR estarían mirando una porno.

Al rato, entran Piatti y Rollsheiser por Castro y Zapiola –de aceptable primer tiempo-. Y en su segundo o tercer contacto con el balón, Piatti sigue de cumpleaños y le mete un pase bárbaro a Osorio, quien gambetea a Andújar y la empuja pese al desesperado cierre del chico Núñez. Al rato, Boselli agarra un fútbol, levanta el morro y se lo entrega a Ortega, éste alarga para Janson, pica al vacío, recibe la devolución y la cruza al segundo palo para el 3 a 0. Y el cuarto comienza con un rechazo de Méndez, quien en posición de 9 le mete el frentazo para el lado equivocado a un envío de Heredia –ambos ingresados de última- y propicia un contragolpe en el que Osorio en 20 metros le saca 3 a Noguera para fusilar a Andújar.

El capitán albirrojo se agarraba la cabeza. Y los errores generalizados de concepto, las falencias de traslado, el handicap para perder en cada choque, la ausencia de cualquier tipo de esquema y la elocuente falta de convicción individual completaban una imagen global de derrumbe cuya reiteración reaviva antiguas secuencias de etapas oscuras, la de Ramos Delgado por citar alguna.

JSV pasea por el mundo. Y ante Godoy Cruz, Los Leales seguirán cantando que el Pipi alienta desde el cielo.  Ahí arriba están Zubeldía, Prátola, Madero, Manera, Sabella, el Tata y otros próceres verdaderos cuya memoria no merece tantas faltas de respeto.
Salutti
Andújar: 6
Godoy: 5
Noguera: 2
Núñez: 5
Más: 3
Castro: 3
Piñeiro: 5
Morel: 4
Zapiola: 5
Boselli: 2
Díaz: 3
Piatti: 2
Rollheiser: 3

Lastimosa derrota

 Análisis por Marble Arch


Un equipo sin alma, convicciones ni esquema paseó sus penurias por Parque Patricios.

Ante un rival al que agrandó por sus falencias garrafales, cayó por 3 a 1 y dejó inmensos interrogantes de cara a la temporada venidera, pues muchos jugadores (Lollo, Más, Godoy, Noguera, Heredia, Rollheiser, Toledo, etc.) ya no deberían seguir jugando en Estudiantes.

Los infantiles penales provocados por Godoy y Lollo son paradigmáticos y claros ejemplos de falta de compromiso. Rollheiser, con un balde en la cabeza, ya se diluye en tibios amagues de manera constante. Y en un contragolpe claro, el Loco Díaz peca de egoísta para definir muy alto en lugar de dársela a Boselli, solito a su flanco.

El empate llega por una hermosa pelota del Corcho al pecho del Loco, y su media vuelta que no festeja por su pasado en Basuracán.

Pero en el complemento, cuando el crecimiento del Corcho y de Piñeiro era notorio, sobreviene la chambonada de Lollo para el 2-1.

Los ingresos de Heredia, Zapiola, Piatti y Méndez sintonizaron rápidamente el desconcierto, pese a las buenas intenciones de Franquito. Y el uruguayo, quien no hace un gol ni con la mano, le erra solito al arco con un cabezazo luego de un corner que había sobrado una mala salida del arquero local.

En el 3 a 1, Godoy en un cumpleaños ante un lateral, le ganan la espalda, el centro atrás, todos miran, y un rebote fortuito la manda a la red.

Sin el Corcho por cinco amarillas ni Andújar por presunta fractura de peroné que anticiparía su retiro, la parada del lunes en el Amalfitani parece cuesta arriba.

La dirigencia deberá tomar rápidas cartas en el asunto y renovar medio plantel. Porque a esta banda no la acomoda ni Guardiola.
Salutti
Andújar: 5
Godoy: 2
Lollo: 2
Noguera: 3
Más: 4
Castro: 4
Corcho: 6
Piñeiro: 6
Rollheiser: 5
Díaz: 5,5
Boselli: 4
Méndez: 2
Zapiola: 5
Heredia: 4
Piatti: 3


Era hora

Análisis por Marble Arch

El Pincha aprovechó la permeabilidad defensiva de uno de los peores equipos del certamen y volvió al triunfo con holgura.

El 3 a 1 ante el devaluado Lanús mostró puntos altos en el desequilibrio de Castro por su banda, en un recuperado Godoy, en la positiva movilidad de Rollheiser, en algunas pinceladas elegantes de Zapiola, en el menor a mayor del Corcho, en la garra de Morel y en la contundencia del doble 9. Además, Andújar tapó un par de fútbols complicados, pero en el descuento de Pepe Sand volvió a quedar pagando, y en el primer tiempo sobró una llovida para sorprenderse con el ruido del travesaño.

La apertura del Loco Díaz, primereando a Mone77i luego de un envío con mucha rosca de Zapiola por detrás de los zagueros, afianzó al León. El segundo fue un golazo, porque la gran pelota de Godoy al vacío encontró la vivacidad de Castro y éste a la carrera se la sirvió al Loco.

Y ante un rival derrumbado, el complemento siguió mostrando a Estudiantes en superioridad. Lo tuvo Boselli, luego de un contragolpe manejado al óleo por Zapiola. Se lo anularon a Mauro, después de un dribbling del Loco. Y en una bocha tremenda de 40 metros que el Corcho le pone a Castro llega el tercero, con el uruguayo bajándola de aire para la atropellada de Boselli, extrañamente se agacha para empujarla de cabeza cuando parecía más lógico con el pié.

Entraron Méndez, Heredia y Piñeiro por Díaz, Zapiola y Rollheiser. El uruguayo tuvo una clarita, ante un envío preciso de Castro, y la desperdició. Más tarde, en dos ocasiones, Boselli quiso ser generoso y buscó al oriental en lugar de patear, ambas cerca del arco.

Y al final, si bien la visita achicó diferencias, nunca dio sensación de mucho más. Se viene Huracán, bastante tibiecito ayer frente a Argentinos, y la chance de seguir enderezando el rumbo es manifiesta.

Salutti

Andújar: 6

Godoy: 7

Morel: 6

Noguera: 5

Más: 5

Castro: 8

Corcho: 6

Zapiola: 6

Rollheiser: 6

Boselli: 6

Díaz: 7

Méndez: 5

Piñeiro: 6

Heredia: 5

De averiado a hundido

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja

Las secuelas del Ciclo Zielinski hicieron eclosión en la catástrofe Monumental de anoche. Previsible con el arriesgado planteo de Quattrocci, quien el sábado agarró un fierro caliente y tuvo el peor escenario posible para debutar a los 5 días, porque con sólo observar la grilla de suplentes millonarios se caía en la cuenta de la abismal diferencia de jerarquía.

Y tras 15 minutos iniciales de cierto aplomo alrededor del Corcho –junto a Castro, los únicos que se salvaron del desastre-, llegó el auto-gol de Pourtau, metiendo con las manos un tirito inocuo de Borja; la acción nace en una pérdida de Zapiola, livianito al trabar en posición de 8, y deja al equipo groggy. Porque este es un plantel devaluado en lo táctico, en lo estratégico y fundamentalmente en el aspecto anímico. Ni Piatti ni Rollheiser aportan desequilibrio. La actitud de Castro no logra contagiar a sus compañeros. Y el chico Zapiola, que arrancó bien, confiado, enseguida empezó a diluirse en otra producción acorde al entorno. Ahí nomás vino el segundo de Borja, un bombazo letal tras matar con el muslo una tremenda pelota de JF Quintero.

Y River se florería hasta el final, aunque en el complemento desaceleró durante un lapso, permitiendo así un par de acercamientos del León. En la más clara, gran centro a la carrera de Castro a la cabeza del ingresado Méndez, pero el uruguayo no la mete ni en el arco iris y desde la línea del área chica, solito, la tiró por arriba. Previamente, un derechazo fortísimo del mismo Castro encontraba las manos firmes de Armani.

También entraba Piñeiro, para verla pasar, y sólo el Corcho mostraba claridad para darla redonda al salir jugando, mientras Castro no hallaba compañía y Boselli era presa de la resignación. Los laterales, dibujados al igual que Noguera, y Morel con su garra habitual, aunque insuficiente en tamaño desnivel de handicap dentro de una cancha amplia.

En el tercero, Solari define entre las piernas de Pourtau. El cuarto deviene de una cesión corta de Morel al ser apremiado, Pourtau a mitad de camino, Matías Suárez recoge el regalo y la manda a guardar luego de un rebote en Noguera. Y en el quinto, Barco lo saca a pasear a Godoy, le amaga, le gana y la clava en el palo opuesto del arquerito pincha con un zurdazo inapelable. Esos tres tantos estaban en el banco del local. Poco para agregar, además del funcionamiento armónico del once de Gallardo, autor material de una producción soberbia al compás de Enzo Pérez, De La Cruz, JFQ y Borja, facilitada por la permeabilidad e inexpresividad de su rival.

Para colmo de males, la comentarista televisiva, en una de sus apariciones, apuntó que Estudiantes “estaba sufriendo bajas muy importantes, como las de Zuqui, Andújar y el Loco Díaz”. Lo decía en serio. Y por una vez debemos dejar de mentirnos.

El León se despidió de la próxima Libertadores. Peligra su clasificación a la Sudamericana. Protagonizó un sonoro papelón. Y ha tocado fondo en todo sentido.

Sin rumbo, arquero, identidad, convicción ni proyecto futbolístico, frutos de las malas decisiones dirigenciales como la de bancar a Zielinski luego de aquella velada en La Paternal, el presente resulta agobiante, y el futuro una verdadera incógnita.

En lo urgente, se podría probar en el arco con el pibe Zozaya, afianzado en la Reserva. Comenzar por ahí. Aguardar el pronto retorno de Sosa para pensar al menos en algo diferente. Acelerar la contratación de un DT con un plan de laburo serio, a largo plazo. Anotar en la libreta los nombres que al cierre de este torneo deberían despedirse indefectiblemente. Y analizar mil veces antes de traer por traer, política elocuente cuya cosecha está a la vista. Lo de anoche fue vergonzoso.
Salutti
Pourtau: 1
Godoy: 2
Morel: 4
Noguera: 3
Más: 2
Castro: 6
Corcho: 6
Zapiola: 3
Piatti: 2
Rollheiser: 3
Boselli: 4
Piñeiro: 4
Méndez: 4

Categórica derrota y fin de ciclo

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja



El concluyente 2-4 ante Colón marcó el fin del Ciclo Zielinski, o la reedición de “Crónica de una muerta anunciada”. Ya se había querido ir, el quiebre de confianza se daba ante Argentinos en aquel mata y mata, el de respeto tuvo lugar ante el mismo rival en La Paternal con la actitud desafiante de algunos jugadores, y este período de caída en picada por cierto estuvo de más, porque aunque los protagonistas lo negaran, el desgaste de la relación y su producto quedaron plasmados en los resultados.

Anoche, un equipo perdido que no jugó a nada, con falencias garrafales en todas las líneas, que ya de entrada sufre los embates del rival, y así al minuto de juego Colón se pierde el primero, enseguida el palo salva a Estudiantes de un derechazo de Pierotti, y en un pelotazo largo a espalda de los centrales, nuestro capitán con 400 partidos luciendo la rojiblanca sale a cazar mariposas totalmente a destiempo, una vez más, se come el sombrero, facilita a Pierotti, y éste entra con la pelota picando al arco.

Luego llega el empate, producto de un zapatazo de Zuqui donde recoge un mal pase de él mismo, para clavarla de lejos contra el poste derecho. Esto pareció retemplar el espíritu totalmente devaluado del mediocampista, levantarle la autoestima, y al toque le puso a una linda pelota a Boselli; pero estaba golpeado en la rodilla y fue reemplazado por Heredia en el intervalo. Al término de la primera mitad, el VAR le anula bien el segundo gol a Estudiantes (el balón se clava en la línea...), y en el complemente continuarían los errores ante los murmullos de las plateas y de la cabecera de 55.

Con maestría, el Pulga mete el segundo ante la longevidad de nuestro arquero, extrañamente mal parado, aunque a esta altura el perchero pide sus guantes; por extraña retorsión, la gente putea al 10 rival, quien no carga a nadie y sólo festeja con sus compañeros luego de pegarle como los dioses. A los pocos minutos, Wanchope se come el tercero solo delante del arco cuando la pelota rebota en el travesaño. Y después, en la desesperación y con el cuadro partido en dos, vienen un par de contragolpes letales -el primero fue una réplica perfecta definida por Wanchope- que dejan el resultado con un inapelable 1-4.

Zapiola entraba cerca de los 15’, bien como de costumbre, intentando jugar, pero solito en el loquero. Heredia no desentona, tampoco brilla, y pareciera no encontrar su lugar. Castro por las bandas metió algunas aproximaciones. Arriba, Boselli y Díaz estuvieron pintados a contramano. Más no puede seguir jugando con la camiseta de Estudiantes, tampoco Noguera. Lollo sintió la falta de fútbol y el único abanderado de la noche fue el paraguayo Morel, pues puso vergüenza, trató de ordenar, barrió, mordió, y se retiró de la cancha llorando.

Fue el final de un ciclo lleno de altibajos. Con aquella etapa donde retempló a Estudiantes, clasificó a la Libertadores y lo colocó en los primeros planos del fútbol local. Empero, nunca pudo suplir la partida de Gustavo Del Prete, quien le daba el toque sutil en tres de cuartos de cancha. Entonces, en lugar de confiar en Zapiola, prefirió traer a Piatti y a Rollheiser, en una apuesta errónea. ¿Cuánto sostuvo a Marinelli? Dejó ir al chico Palavecino y privilegió a Hernán Toledo, bancó a morir el flojo campeonato de Zuqui mientras Piñeiro pide pista. Y la venta de Rogel terminó de desnudar las grietas de la obsesiva estructuración de un esquema atado excesivamente a la línea de 5, responsable de numerosos reveses. Además, sufrió otros golpes claves, del tipo de la lesión del fullback Muñoz. Sosa llegó demasiado tarde. Y las sucesivas eliminaciones (Apertura, Copa Argentina, Libertadores) fueron minando la fortaleza del grupo, en una realidad acentuada por ocasos individuales elocuentes; el de Andújar es el más notorio. Obcecado, el ex centrocampista de melena y bigotes murió en la suya, pese a que no se observaba luz al final de túnel.

Párrafo aparte para la gente, que siguió alentando hasta el cierre aunque el equipo no representaba en absoluto ese fervor. Un cabezazo de Noguera achicó las cifras para la anécdota ante un buen centro de Zapiola, ya en el suplementario, cuando no había tiempo para más.

La cancha de Colón es conocida como “El Cementerio de los Elefantes”, y ahora de visitante el Sabalero se llevó puesto un elefante llamado Ricardo Zielinski. Su renuncia, indeclinable, no se hizo esperar. Tampoco el agradecimiento en las redes sociales, una respuesta a su perfil bajo y a las ilusiones que en el hincha supo construir. Al Ruso le faltó audacia para dar el salto de calidad.

Camino-Gugnali es la variante más pincharrata posible. También se debe buscar un arquero, un lateral izquierdo y un central de jerarquía.
Salutti
Andújar 2
Godoy 4
Noguera 4
Lollo 4
Más 2
Zuqui 6
Morel 7
Piatti 4
Castro 5
Díaz 3
Boselli 3
Heredia 5
Zapiola 6
Rollheiser 5

De nada, Aleti

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Creo que Castro y Zuqui fueron al frente. Del resto, mejor no hablar.

Dicho esto, antes de la derro7a virga ante Tigre, el 75% de los hinchas de Estudiantes no veía con malos ojos perder ante el Decano. Con las chapas puestas, a las 5 de la tarde dicho porcentaje se redujo, aunque hasta ahí.

Mejor el León de arranque, con Zuqui extrañamente lúcido. Pero llega un centro de la derecha, Heredia absolutamente solo tiene que empujarla, y parado en la línea del área chica pifia el cabezazo. Enseguida, pase de Castro al Loco, éste patea fuerte al cuerpo del arquero, el rebote le queda a Boselli, y el 9, a medio metro del arco, le erra a la pelota. Al toque, otro ollazo preciso que Mauro sin ninguna marca cabecea a la tribuna.

Sobreviene la apertura tras una pérdida infantil del Corcho, Noguera que pasa de largo como colectivo lleno, y el disparo de Coronel se filtra por debajo de Andújar. Acá uno vacila, porque el nivel de nuestro capitán viene hace rato en la pendiente. Y el gol bobo se ha transformado en un lugar común.

El empate es un pase de Castro a la frente del Loco, quien define al suelo con un testazo inapelable. No lo grita, por su pasado en Atlético, y se pone a llorar. No sé si de tristeza por su divisa, de la cual es hincha, o por haber igualado.

En el complemento continuó el pressing pasivo del León. Y en un rechazo largo de la zaga local, extrañamente Morel calcula mal el salto, sin culpa de los reflectores, la peina hacia atrás, habilita a un rival y su envío rasante es empujado por Piotti a la red.

El tercero del puntero es un sainete, pues basta con observar la serie de falencias encadenadas de Piatti, Más, Noguera y el resto para despejar dudas inherentes a la actitud. Penal dudoso y Piotti lo cambia por gol. 

Zielinski, complaciente con los vítores de la tribuna tucumana, los retribuyó con sus propios aplausos. Pareció inmutable ante el elocuente desastre del que quizás fue cómplice. Y antes reemplazó a Zuqui por Rollheiser en el mejor partido de Fernando en mucho tiempo. El ex River aportó lo suyo, con un bombazo contra los carteles de arriba de la cabecera.

Y así, envuelto en un mar de sospechas, el 3-1 encumbró al emparchado Atlético de Tucumán en la punta del certamen. Estudiantes eligió ser una lágrima, y por eso no sirve llorar un resultado claramente manipulado.
Salutti
Andújar: 3
Godoy: 4
Morel: 4
Noguera: 2
Más: 2
Castro: 6
Corcho: 3
Zuqui: 6
Heredia: 5
Boselli: 3
Díaz: 5
Piatti: 4
Rollheiser: 4

Cachetazo táctico y reacción insuficiente

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Llamó mucho la atención el enfado de Zielinski con un periodista en la Conferencia de Prensa, retrucándole que siempre le busca aspectos negativos. E insistió dos o tres veces con “mirar el todo” de su ciclo, y no sólo una parte. Al cronista, sin dudas, le faltó sagacidad para contestarle que los tres objetivos principales de esta temporada, la Liga Apertura, la Copa Argentina y la Libertadores, no fueron alcanzados, más allá del elogiable protagonismo ante el Paranaense con los condimentos de un gol mal anulado y la certeza no comprobable –pero unánime en mentideros- de la orden valijera para el referee de propiciar una Final garota.

Dicho esto, replico el whatsapp de mi amigo Juancito en el entretiempo de anoche: “Paliza táctica de Defensa”. Y sí. Absolutamente. Con un pressing asfixiante, una inteligente ocupación de los espacios, movilidad permanente, juego a uno o dos toques, y la lógica obtención con esa concentración de casi todas las segundas pelotas.

El Pincha tuvo ese bombazo del Corcho rechazado por un muy buen arquero. Otra de Castro al volear por la derecha. Y no mucho más. Porque no había ideas, ni confianza para ganar con habilidad en el mano a mano, y el pibe Zapiola parece salir a la cancha con una capucha de condenado, pues sabe que aunque todos sean un desastre, el banco se lo va a comer él como ya ha pasado en reiteradas ocasiones. Además no siente correr de carrilero, por ende lo están desaprovechando.

Los de Varela habían avisado con una cortada punzante mal definida por Galván tras limpiarse a Morel, y abrieron el marcador gracias a un yerro imperdonable de Andújar, quien agarra un centro, pretende salir rápido con Zapiola, la deja corta, genera el ataque visitante y tras un rechazo corto de Noguera mira cómo el balón impulsado por Frías se filtra entre un embrollo de piernas e ingresa esquinado besando su palo derecho.

El complemento mostró otra actitud del equipo, contagiado por las ganas del Loco Díaz, reemplazo del dibujado Méndez. Sin embargo, a los 10’, un pase horizontal de Corcho a Zapiola sin la fuerza suficiente permite el anticipo de Tomás Galván, su apertura a Togni, el centro al área chica, Andújar de mirador, Noguera no llega y Ríos la empuja debajo del arco.

El testazo de Noguera rechazado por Usaín precede al descuento de Boselli, con un frentazo perfecto a un corner ejecutado con maestría por Zapiola. Restaba media hora, pronto la visita se queda con diez por la expulsión de Andrés Ríos por un patadón a Castro, y con la entrada de Rollheiser por Godoy para abrir la banda derecha, la igualdad era factible.

Estudiantes lo buscó con más ganas que serenidad, chocando contra su propia impotencia una y otra vez. Empero, vía aérea, casi lo empata en dos oportunidades. Cuando ya Piatti había sustituido a Zapiola, armó una linda jugada, habilitó a Boselli, y el envío de éste encontró el cabezazo de Díaz repelido a nada de la línea por un zaguero. Al rato, el Loco gana de alto y estrella el fútbol en el travesaño. Después, ollazos a dividir, símbolo de la desesperación.

Flojo Godoy, lento Morel en algunos cruces, Más con signo menos, Zuqui cuenta evidentemente con la banca del DT para no ir al banco, Méndez no la mete ni incide, y el resto deambula en un equipo sin identidad, confundido con tantos cambios de esquema, y alejado de las expectativas de una hinchada que alentó los 95 minutos, volvió a llenar Uno y merece otras respuestas empezando desde el arco.
Salutti
Andújar: 3
Godoy: 4
Morel: 5
Noguera: 6
Más: 4
Castro: 5
Zuqui: 2
Corcho: 6
Zapiola: 5
Méndez: 2
Boselli: 5
Díaz: 7
Rollheiser: 5
Piatti: 6

Suma pero resta

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Tras un claro predominio durante la primera media hora, con puntos altos en el Corcho, Zapiola y Castro, con el 1 a 0 en la cabeza de Boselli luego de preciso desborde de Castro, el León empezó a quedarse y permitió que Central se lo empardara al cierre del partido, regalando otros dos puntos increíbles.

Fue notorio el quedo en el comienzo del complemento, y en un evidente yerro estratégico, Zielinski cambió al intrascendente Mauro Méndez por el Loco Díaz y a Nehuén Paz por un apagado Zapiola, apelando así su amada línea de 5 que no tiene destino ni propósito, aunque en el comentario del pasquín ciudadano se aluda a un inexistente "puesto por puesto".

Entonces, con el equipo metido en el área chica, una tapada de Andújar, el travesaño y la mala puntería de los locales aventuraban que la victoria era posible.

Rollheiser relevó a Boselli y a un apagado Zapiola. Y Castro tuvo dos chances claras de contragolpe. En el único acierto de Díaz, no controla bien el pase al claro, se abre a la carrera y dispara alto. Y en la otra, un increíble yerro canalla, recibe la donación rival en media cancha, encara solito hacia el área, duda entre patear o no, elige gambetear al arquero y Fatura le adivina la intención cuando Rollheiser entraba libre a su lado.

El mismo Rollheiser, sin embargo, cumplió una tarea para el olvido, y "saca la patita" en lugar de trabar a los 46", de allí llega el envío alto al área, Rodríguez le gana arriba a un flojito Godoy, y el chico Frías toca el fútbol entre las piernas de Andújar, quien sale desarmado y vuelve a dar ventajas, aunque la culpa primaria recae en el ex River.  Si tiene miedo, que se compre un perro.

Unos minutos antes del empate ingresaban Piñeiro y Heredia por Castro y Zuqui, en reemplazos sacados de contexto. Porque era Piñeiro por Méndez en el entretiempo, para fortalecer el eje. Y se hubiera evitado el plano inclinado de una segunda mitad donde Noguera y Morel se cansaron de rechazar. Por otra parte, la titularidad de Zuqui ya es insostenible, a pesar de haber pateado anoche un buen corner para aquel frentazo de Noguera desviado con esfuerzo por Broun.

Al final, un gusto amargo acompañó el pitazo de la culminación. Y Central, con voluntad, alcanzó el merecido reparto frente a un Estudiantes carcomido por sus propias vacilaciones, como siempre alimentadas desde el banco.
Salutti
Andújar: 5
Godoy: 4
Morel: 6
Noguera: 6
Más: 5
Castro: 6
Corcho: 7
Zuqui: 4
Zapiola: 5
Méndez: 2
Boselli: 6
Paz: 5
Díaz: 5
Rollheiser: 2

No era tan complicado, Ruso.

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Dos goles anulados por el nefasto VAR adelgazaron a 1 a 0 la victoria albirroja ante Racing.

Dos detalles significativos desembocaron en el triunfo. Por un lado, el abandono de la tozuda línea de 5 embelesada por Zielinski, responsable de la pérdida del medio campo e infinidad de puntos y partidos. Por el otro, la inclusión como titular de Zapiola, porque el pibe es distinto y si bien en algunas acciones equivocó el camino, le confiere a sus aciertos el toque característico de quienes desequilibran por naturaleza.

Le pone la pelota en el único tanto al taco de Boselli, tras recibir un gran pase de Más, con quien había tejido un par de avances al claro. Define como los dioses, de smashing, en el golazo invalidado, abriendo el pie para ubicar el fútbol donde él quiere, al ratito estrella un zurdazo rasante en el poste, y en dos o tres pinceladas deja en claro cuánto sabe. Junto a José Ernesto, la deberían descoser.

Después, Morel muy afianzado en la cueva para bajarle el copete a un 9 bravo. La compañía de Noguera con su voluntad, el buen papel de los laterales, el menor a mayor de un Castro que siempre cumple, el sólido desempeño del Corcho para equilibrar a un Zuqui que sigue corriendo mal, el constante pivoteo de Méndez -erró un cabezazo ancho y le sirvió al Loco el segundo anulado-, la jerarquía de Mauro y el aceptable ingreso de un Díaz que al final pecó de individualista al desperdiciar una chance clarísima. Además, Andújar salió a cortar varios centros, tal vez comprendiendo la inutilidad de qudarse clavado debajo del travesaño.

Las injustificadas expulsiones de Carbonero y Alcaraz mostraron la impotencia 7riste frente al León. Y el temido equipo de Pintita Gago, pese al inteligente trajín de Jonathan Gómez y a las proyecciones por su banda del pincha Mura, se fue diluyendo en amagues.

Y el León rugió en la helada noche del viernes porque su DT dio el brazo a torcer, mientras el amigo Juancito (ya lo hizo de Estudiantes a Gildo) lo festejaba a la distancia.
Salutti
Andújar: 6
Godoy: 7
Noguera: 6
Morel: 7
Más: 6
Castro: 6
Corcho: 7
Zuqui: 5
Zapiola: 8
Méndez: 6
Boselli: 6
Díaz: 5.5

Bravo triunfo en el retorno del fenómeno

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


El Corcho la cambió de primera para Más, éste avanzó por la banda, se la dio a Zuqui que alargó para Méndez, la pausa del uruguayo, el pase exacto para Castro y Manu que se la pica por arriba al arquero en un jugadón

Iban 7 (siete) del primer tiempo y ese golazo significaría los 3 puntos ante un rival durísimo, de muy buen juego asociado, de intérpretes punzantes, que lo igualó en un offside marcado por el VAR, sufrió el 2 a 0 también invalidado por la tecnología, pegó un tiro en el travesaño y peloteó el área pincha ante el estatismo de Andújar.

El León tuvo la claridad del Corcho, el pivoteo de Méndez y el incesante empuje de Castro -el guardameta le sacó un fierrazo que iba adentro-, pero volvió a padecer el ya constante bajo nivel de Zuqui y a un Rollheiser que no consigue convencer.

Hasta que a poco de arrancado el complemento el DT llamó a Sosa, el Principito ingresó con Heredia, e inundó la cancha de fútbol, mostrando el repertorio propio de un distinto y regalando media hora de una jerarquía infinita, a la que no estamos acostumbrados.

En su primera acción anticipa a un rival en un cruce, acaricia el balón con efecto y lo va a buscar por el otro lado. Toques de primera, a tres dedos, al claro, siempre con precisión y elegancia, ganó varias de arriba, tiró un sombrero de revés y con la pelota cayendo metió un cambio perfecto de 40 metros, picó al vacío en un tiro libre e inventó en una fracción de segundo un pase-gol a la cabeza de Boselli, de espaldas al arco le puso al mismo una pelota combada por detrás del defensor que Mauro no pudo controlar, le metió como con la mano ese chanfle al pecho de Castro en el tanto anulado por presunta mano del uruguayo, y ya al final, de aire y contra el lateral, un passing-shot paralelo a la raya para Zapiola, en otra jugada de neto peligro. La descosió, agrandó a Heredia, y con el positivo ratito de Piñeyro, más algunas cosas de Zapiola, se vio un volumen de juego inusual.

Antes, durante y después del partido, las ovaciones a Rogel erizaron la piel. El charrúa se ganó a la gente porque jugó como hincha, haciendo carne al pie de la letra el "matemos por estos colores". Se lo va a extrañar, como se extraña al Ruso Prátola y al Tata Brown.

Y al salir de Uno, en una noche fría y emotiva, la felicidad por la victoria llevaba implícitas las pinceladas del crack. Pasó mucho tiempo, pero parafraseando a Antoine, "lo esencial es invisible a los ojos".
Salutti
Andújar: 5
Castro: 8
Rogel: 7
Noguera: 5
Paz: 5
Más: 5
Zuqui: 4
Corcho: 6
Rollheiser: 5
Boselli: 5
Méndez: 6
Heredia: 7
Sosa: 9
Zapiola: 6

Los muchachos veronistas

Análisis por Marble Arch 

Canchita por Maraja



Un penal inexistente a Noguera, cambiado a gol por la ejecución jerárquica de Boselli, le devolvió la sonrisa al León, en un partido donde no encontraba la manera de entrarle con claridad al rival, pese al notorio dominio de la primera media hora.

Una preeminencia de base actitudinal, pues como declarararon Mauro y Rogel luego del partido, le habían brindado su apoyo a Zielinski y salieron a demostrarlo.

En ese lapso inicial, la movilidad de Piatti, la presencia brujular del Corcho, las escaladas de Más y los aportes de Zuqui -decayó en el complemento- propiciaron chances netas, desperdiciadas porque ni Boselli ni el Loco estuvieron finos.

En una de ellas, centro atrás de Más, Díaz abre las piernas, recibe Mauro, le queda de espaldas al arco y su tacazo en rabona invertida encuentra las manos del arquero.

El tempranero ingreso de Rollheiser por el lesionado Plumero no terminó de convencer. El ex River alternó buenas y malas, perdiendo casi todos los mano a mano, a excepción de un dribbling detenido con infracción que él mismo ejecutó desviado.

Gustosa tarea del Corcho en el centro, firme Morel en la zaga e incluso en las salidas, Rogel con su garra, Castro disminuido por sus preocupaciones defensivas, la variante de Méndez por Díaz muy inocua en el concepto, y de golpe, ese corner, la caída de Noguera -flojito en su rentré- y la frialdad de Boselli para clavarla en el ángulo derecho. El "merca, porro y whisky, el equipo de Zielinski" decoró la despedida después del pitazo final. Tan pegadizo como irracional. Me fui de Uno con esa clásica idea de la basura barrida debajo de la alfombra para batir a un rival bastante débil.

Faltó una gran bandera con la leyenda "Ruso, Zapiola es de Estudiantes". Salutti

Andújar: 5 
Castro: 5
Rogel: 6
Morel: 7
Noguera: 4
Más: 6
Piatti: 6
Zuqui: 5
Corcho: 7
Díaz: 4
Boselli: 5

Rollheiser: 5
Méndez: 4

Insostenible

Análisis por Marble Arch 

Canchita por Maraja


“Se anuncian dos cambios para el León ante Argentinos Junior. Eros Mancusco por el lesionado Godoy, y Nehuén Paz por el Loco Díaz”. Al escuchar esto, días antes de la derrota de anoche, imaginé lo que vendría, aunque nunca el panorama tan desolador de una banda perdida en la cancha y de un DT desencajado a quien sus dirigidos le van perdiendo el respeto.

Al respecto, la mirada fulminante de Piatti al ser reemplazado, la actitud de desatención de Rollheiser al recibir las instrucciones, y los gritos desubicados de Zielinski a los jugadores durante el partido, resultan elocuentes.

La línea de 5 refrendada por el técnico sigue dejando el medio campo a la deriva. Sólo el Corcho trató de cortar, y varias veces agarró la lanza a la par de Rogel; éste, pese al desorden y a no redondear un buen partido pues quedó pagando en reiteradas ocasiones, fue el fiel reflejo de un planteo erróneo donde se superponen las funciones. Se corre mal, se pierden las segundas pelotas, y los encargados de la creación brillan por su ausencia.

Piatti se comió un mano a mano bárbaro en el primer tiempo luego de un regalito de Cabrera, y casi nada más. El nivel de Zuqui, hace rato en la pendiente, resultó paupérrimo. A Boselli casi no se la dieron, ni la tocó. Por el contrario, en la cima del podio se debe ubicar a Castro, porque metió, fue para adelante, sufrió un pisotón de penal -el patético relator en el replay de la jugada decía “ahí vemos, sí, efectivamente lo pisa, pero no es penal” (sic)-, y en el complemento protagonizó las ocasiones más patentes.

Además, el gol de Argentinos llega de una pelota quieta, luego del rechazo de Andújar a un frentazo de Abalos, y otro testazo del mismo a la puerta del arco para un tercero de Thiago Nuss a la red mientras todos miraban. Enseguida, en otro corner se repite la escena, la defensa no marca en zona ni hombre a hombre, no se sabe si es falta de trabajo o desconcentración, y el disparo de Mac Allister sale rozando el tavesaño. Más no paraba a nadie. En la otra banda, Eros Mancuso mordía en inferiorida numérica.

Morel suplía con oficio los horrores de Nehuén Paz. El Bicho tocaba a voluntad. Y si de muestra basta un botón, Andújar captura un ollazo, busca salir rápido y le envía un pelotazo alto que le cae entre tres zagueros al gigante Piatti.

Tras el descanso, el sorpresivo cambio de Méndez por Mancuso, cuando se necesitaba a Zapiola o a Rollheiser para agarrar la pelota. De golpe, una media vuelta mordida de Rogel deviene en un cabezazo de Morel devuelto por el travesaño, donde el balón pica sobre la línea.

Zielinski continuaba gritando, preso de su desconcepto. Al rato mete a Rollheiser por Piatti, 10 minutos más tarde a Heredia por Zuqui y al Loco Díaz por Boselli.

Benjamín entró enojado, pero se acomodó y le puso una bocha bárbara a Castro para esa entrada punzante del uruguayo que rompió las manos del arquero. Díaz tiró a la tribuna un pase atrás del mismo Castro. Y Heredia remató apurado un fútbol boyante de afuera del área. Antes, Abalos se comía el 2 a 0, solito frente a Andújar.

A 6’ del final, el DT se acordó de Franco Zapiola, en la enésima falta de respeto a un chico del club con excepcionales condiciones. La TV mostraba a José Ernesto Sosa mirando el encuentro desde una cabina del Estadio Diego Maradona, y su cara parecía decir “Dios Santo...”.

La derrota terminó siendo una causalidad, y no una casualidad. La expulsión de Zielinski, una paradoja: insultó al cuarto árbitro por los escasos 4 minutos adicionados, pero siempre reacciona media hora más tarde.

Eliminado de la Copa Argentina por los suplentes de Belgrano con un esquema similar al de este caída. De la Libertadores por un robo a mano armada. Y distante de los lugares de relieve en el torneo doméstico, dilapidando chances de pelear por un ingreso a las copas internacionales de 2023, el único objetivo todavía latente aunque en palpable proceso de desintegración. Un panorama desalentador con un responsable principal. E insostenible. 
Salutti
Andújar: 4
Mancuso: 5
Morel: 6
Rogel: 5
Nehuen Paz: 2
Más: 2
Castro: 7
Zuqui: 3
Corcho: 6
Piatti: 3
Boselli: 4
Méndez: 4
Rollheiser: 6
Díaz: 3
Heredia: 5

Inmerecido y necesario

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


La perfecta volea de Heredia sobre la hora del adicionado, luego de un gran centro de Más, desató la euforia en Uno, decretó un agónico triunfo y ofició de bálsamo para la infame herida causada por la CONMEBOL.

Antes, un equipo perdido durante 75 minutos. Que fue peloteado por Talleres, zafó por centímetros de muchas situaciones de peligro por la mala puntería de su rival, cometió horrores en la zaga y prácticamente no generó riesgo en la primera mitad, salvo por aquel zurdazo desviado de Zuqui tras recibir de Boselli y sacarse un hombre de encima.

Pero la línea de cinco típica del Ruso, ridícula ya a esta altura y responsable de planteos timoratos que provocaron un collar de reveses, sacrificó a Castro para cubrir al ausente Godoy. Y el uruguayo no fue ni 8. Mostró a Lollo averiado, a Morel errático y fuera de timming -como si de hecho hubiera dejado el alma en su partidazo ante Paranaense-, a Más con signo menos, y a Rogel descuidando varias veces sus espaldas para irse a jugar de 9, de wing y tirar centros al estímulo de su espíritu ganador. En el medio, Corcho trató de aportar claridad, Zuqui corre demasiado pero no es manija, y Piatti no dio pié con bola. Arriba, la soledad de Boselli acentuada por los fantasmas de Díaz, quien peca de Loco para pasar al papel de tonto, se enfada consigo mismo, se nubla, bajonea al resto, comete infracciones infantiles y encima, al ser amonestado, tiene el atrevimiento de aplaudir al árbitro en la cara. Era roja, el referée fue al extremo piadoso, o tal vez careció de personalidad para echarlo, acaso presionado inconscientemente por el aludido robo de la Libertadores. Reemplazarlo en el descanso significó un acierto del DT. En el complemento, Méndez controla una pelota en posición de centrodelantero, lo ve a Boselli, lo habilita, Mauro la pica suave por encima del arquero y el travesaño la devuelve. Eros Mancuso entra bien por Lollo, se anima por la banda con ollazos ofensivos y en uno de ellos, Zuqui sin ángulo no logra meterla en el segundo palo.

En tanto, los cordobeses no cesaban de arrimarse, y al colombiano Valoyes, sin brillar a full, demostraba en cada arranque su tranco de jugador de Selección. Las ganas y el buen manejo de Rollheiser chocaron de nuevo con su obstinación de demostrar, aunque por lo general suma.

Y de golpe, Zielinski recurre al crack que ningún técnico inteligente tendría en el banco. Y el pibe Zapiola, en menos de 15 minutos inclina la cancha. Porque sabe, porque es vivo para buscar los espacios, porque toca para simplificar, porque en una baldosa le amaga a su marca y le pone un fútbol bárbaro a Zuqui, que lo cambia de palo apenitas desviado. Porque destila clase y contagia a sus compañeros.

Entonces Más, que la había revoleado toda la tarde, levanta la cabeza para el zurdazo encantador de Heredia, quien sustituía a Boselli a los 36', cuando Zapiola iba por Castro. Y es victoria al filo del disco.

Ojalá el DT recapacite y apueste a la calidad. Con Sosa y Zapiola bien rodeados puede armar un desparramo.
Salutti
Andújar: 5
Castro: 5
Lollo: 4
Morel: 4
Rogel: 6
Más: 5
Piatti: 4
Corcho: 6
Zuqui: 6
Díaz: 3 
Boselli: 5
Méndez: 5.5
Mancuso: 6
Rollheiser: 5
Zapiola: 8 
Heredia: 7

Arriba las manos!!!

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Sheraton Hotel. Son las 10:30 de la mañana del viernes 12 de agosto y el árbitro uruguayo Andrés Matonte disfruta un suculento desayuno. De golpe, sin disimulo, se acerca a su mesa un señor trajeado, lo saluda efusivamente y le tiende un maletín. Es el enviado de la CONMEBOL, quien le paga lo acordado por los servicios prestados la noche anterior en La Plata para propiciar, en la certeza del pasaje de Flamengo ante Vélez, una Final netamente brasileña de la Copa Libertadores de América.

Prefiero quedarme con el apoteótico recibimiento al micro de los jugadores, una postal para colocar en la vitrina junto a las imágenes del regreso a UNO. Con el emotivo abrazo con alguien a quien hace tiempo no veía, el querido Estudiantista.

Con la presentación oficial del distinto José Ernesto Sosa. Y minimizar algunas cuestiones incomprensibles, como la obstinación de Zielinski en dejar en el banco al petit-crack Zapiola, el jugador ideal para tejer en tres cuarto de cancha, allí donde el Pincha no consiguió transformar su dominio en mayor cantidad de situaciones de riesgo.

El León, sin generar demasiado peligro, salvo esa de Rogel errándole finito al arco al rematar patinándose un pase atrás de Castro, o el anticipo de Morel desviado por el arquero por encima del travesaño, lo dominó claramente en los primeros 45’. Sufrió la habitual dormidera en el arranque del complemento, enseguida se rehizo, fue acorralando al Paranaense, y con el partidazo de Morel, un Lollo muy recuperado, la positiva actuación del Corcho, las entradas de Castro, la actitud encaradora de Piatti, los altibajos de Zuqui –corrió mucho pero varias veces eligió mal- y el pivoteo un tanto estático del Loco, empezó a justificar una ventaja que, pese al escaso aporte de sus laterales, no llegaba.

Hasta el punto culminante de ese corner, el frentazo de Rogel, la devolución del palo, el derechazo goleador de Lollo, el estallido de la cancha, y la vergonzosa anulación por un offside absolutamente pasivo de Morel. Circula el audio del VAR: “Cuando sale el balón no está por delante del golero. El que está tapando la visión del golero es el compañero en todo caso”, le dicen al referee. Pero Matonte observa la legitimidad del tanto, piensa en la prometida parva de dólares, y de inmediato lo anula en un acto de desfachatez convalidado hoy en la crónica de un ex diario ciudadano serio.

Al rato, corner vivo de Zuqui para una media vuelta impactada por el Loco a la parte exterior de la red. El ingreso del averiado Boselli, pedido por la tribuna. El de Méndez y Rollheiser, a falta de sólo 13 minutos para los noventa. Y la chance patente del uruguayo, que recibe una habilitación bárbara de Morel, encara solito, levanta la cabeza, la agarra medio alta, la cruza al palo derecho y se le va ancha.

Todo parecía encaminado a los penales buscados por los brasileños, en un partido desnaturalizado por un IMPRESENTABLE con mayúsculas, que no sólo hurtó al Pincha en la jugada más trascendente de la noche, también ignoró una serie de infracciones violentas –ese empujón a Piatti contra la raya de costado era para roja directa-, perdonó en demasía las faltas de la visita, y cobró todas las dudosas en contra del León.

Pero al límite del adicionado, Vitor Roque la acomoda con la mano, se la lleva a la banda, gambetea a Castro, resiste el embate de Boselli, se la cede a Vitinho, su finta exquisita desemboca en una comba disfrazada de puñal al corazón del área chica, Vitor Roque aprovecha otra salida tardía e insuficiente de Andújar y con el hombro la manda a guardar.

Todos protestan y hay incertidumbre, sin embargo el juez está a punto de culminar su obra maestra del deshonor, y ni se acerca a la pantalla del VAR.

El aplauso final de todo el estadio reconoció la entrega del equipo. El DT le cantó las cuarenta en la cara al caco vestido de canario, Díaz y Andújar también se sumaron. Al rato, Juan Sebastián Verón fue e increparlo, amenazarlo e insultarlo al vestuario, y se habla de una acción penal en su contra.

Es parte del solos contra todos.

En lo personal, al salir de Uno luego de discutir con un amargo que me espetó “llamá a la Redonda” cuando expresé en voz alta el tema Zapiola, recordé aquellas noches coperas de tablón, el 3 a 3 con cuatro menos ante Gremio por ejemplo, con la gente moviendo el alambrado, y cantos del tipo “tomala vos, damela a mí, vamo a matar al referí” o “si lo tiran Estudiante al bombo, va a haber quilombo, va a haber quilombo”, y pensé en un momento, mientras volvía a pata por 57 con el mismo espíritu de gurí, en cómo han cambiado los tiempos, las formas o los métodos, aunque no la identidad ideológica de los verdaderos ladrones.
Salutti
Andújar: 4 
Godoy: 4
Lollo: 7
Morel: 8
Rogel: 6
Más: 4½
Castro: 6
Zuqui: 5½
Corcho: 7
Piatti: 6½
Díaz: 5
Boselli: 5

Copa Hermoso partido y hermoso resultado 2022 - 4tos de Final - Ida

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


De haber mostrado la actitud, las ganas, la concentración y la disposición de anoche, Estudiantes merodearía en el campeonato local los puestos de privilegio. Pero la suma de lesiones, decisiones erradas del DT, pronunciados bajones individuales y fragilidad defensiva desmbocaron en un estado espiritual depresivo, contrastante con la enjundia desplegada ahora en Paraná. 

La Copa Libertadores representa una cuestión de honor para el Pincha, así lo entendieron los 1500 hinchas que encararon la patriada (entre ellos el Grande Di Tomaso), y así lo vivenció el equipo, desempolvando la mística para plantarse con firmeza y defender el prestigio histórico del club ante un rival de muy buen pie comandado por el crack Fernandinho.

El León lo esperó con 5 en el fondo, le mordió los talones, se animó cuando pudo, tuvo una muy clara malograda por Castro tras gran habilitación de Rogel, y ese cabezazo de Lollo desviado por el arquero arriba del travesaño. Sufrió dos tiros libres muy bien resueltos contra ambos palos por Andújar. Y ese penal de Godoy no convalidado por el VAR, en jugada de interpretación demasiado fina.

Bien la zaga con el admirable timonel guerrero de Rogel, muy recuperado el Corcho en el medio, de nuevo flojito Zuqui –habló mucho, dio pases comprometidos y perdió varias pelotas, más allá de esa linda cortada que Piatti no logra conectar de emboquillada-, movedizo el Plumero, incansable Castro para multiplicarse por su carril, y batallador el uruguayo Mauro Méndez para bancarla de espaldas al arco, en un esquema donde ninguno le asqueó a reducir espacios e incomodar al adversario. En el complemento, el Atlético entró a probar de larga distancia, sin puntería, porque no hallaba los espacios para entrar tocando. Y arrimó peligro en centros cruzados donde la defensa albirroja sufrió tres ó cuatro anticipos preocupantes; en uno de ellos, el fútbol sale pegadito al caño derecho de Mariano, y en otro, luego de una peinada,el delantero local le pega alta. Hasta que llega un corner, el rechazo, el nuevo ollazo desde posición prohibida y el frentazo goleador de Thiago Heleno anulado por el VAR, en decisión indiscutible pues era alevoso offside.

Al acertado ingreso de Rollheiser por un cansado Piatti se le sumó el de Nehuén Paz –entró por Zuqui y cumplió con creces-, allí el paraguayo Morel pasó al medio, y al final hubo dos ocasiones patentes. Primero un gran cambio de frente de Morel que sobra al zaguero, Castro la para de pecho, le queda para la zurda y le pega pifiada en direccion oblicua a la valla. Y al filo del pitazo, el desgarbado Pellegrino, quien recuerda por su tranco desencajado y su silueta los inicios de Martín Palermo, recoge una carambola después del enésimo balón peleado por Castro, lo acomoda, y saca un zurdazo que se va rozando el palo.

El próximo jueves, la cita es en Uno y será otra imperdible Noche de Copa para vibrar. Previamente, frente a San Lorenzo alcanzará con poner las mismas ganas de este jueves, y aunque la mente esté fija en la revancha, ojalá así lo intepreten aquellos elegidos para el domingo.
Salutti

Andújar: 7
Godoy: 6
Morel: 6
Lollo: 5
Rogel: 7
Más: 6
Castro: 7½
Corcho: 7
Zuqui: 4
Piatti: 6
Méndez: 6
Rollheiser: 6
Nehuén Paz: 6

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NO SE OLVIDEN...

NO SE OLVIDEN...

Homenaje a Caloi

Homenaje a Caloi
Gracias Revista Animals! / clik en la imágen para ampliar.

Wallpaper por Estudiantes

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