¿Fuego en el Laboratorio?
¿Cuánto hacía que Estudiantes no perdía de local? No interesa. Vale preguntarse desde cuándo no se lo notaba tan errático, tan débil, tan inocuo. Cayó 1 a 0 ante un Banfield articulado e inteligente, y agudizó los rumores tribuneros de un presente que parece desembocar en preocupante futuro inmediato. El Pincha no tiene respuestas futbolísticas, ni anímicas, ni físicas. Y los planteos de Berizzo, disimulados en aquel primer tiempo contra NOB que traían el sello del equipo de Sabella, siguen generando confusión.
De los 45’ iniciales, sólo se rescata ese desborde del lungo Pereyra por la punta izquierda, el centro atrás, Núñez que la baja, le pega al bulto, rebota en Bologna, la jugada deriva hacia la Brujita, éste la tira a colocar y el muy buen arquero del Taladro la desvía con la mano cambiada. Iban 15’ de juego. Antes, y después, nada de nada. Con una lentitud por momento exasperante en el traslado. Cero de sorpresa. Cesiones fallidas o comprometidas. Y un esquema novedoso de 4 en la zaga… con Matías Sánchez de lateral derecho, frente a un oponente que atacaba con apenas dos delanteros.
Avisó Carrusca en el arranque del complemento con una pisada en el vértice del área y el remate apurado a la posición de Orión; y al rato, parado de 10, el pibe que acá arrugaba se la puso en la cabeza a Achucarro para el frentazo goleador del paragua. En ese momento, el León mostró la peor cara de su impotencia. Y Verón quiso ponerse a sus compañeros al hombro, yendo al frente con vergüenza, con la sangre, aunque sufriendo la anemia de sus laderos, la levedad de los puntas, y extrañando a morir la ausencia de Enzo Pérez.
Daba la sensación que jugaban hasta el miércoles y el marcador se mantendría inamovible. Y así fue nomás. Berizzo, agudizando el desconcierto, cambió a Pereyra por Lea González mientras atrás al albirrojo le sobraba uno; la tozudez heredada de Bielsa. Previamente, tras los flojísimos 45’ de un Peñalba falto de ritmo, Barrientos o el Chino eran cantados luego del descanso, en otra variante demorada sin explicación. Al cabo, los 5 minutos de Ro-Ro en el campo sonaron a desprecio al jugador.
ELP cedió 3 puntos en su casa. Un hecho inusual en las últimas cuatro ó cinco temporadas. Se los quitó un Banfield alejado del brillo que le daban James Rodríguez y Ervitti, pero obediente, simple y motivado para defender una estrategia. Y eso enciende una alarma para no ignorar.
“Berizzo no pasa la cuarta fecha”, tiraron al aire durante la semana en una radio capitalina. Si desde el cuerpo técnico no hay argumentos para cerrar la evidente herida abierta, el estado de conmoción puede barrer demasiado rápido con una mesa experimental cuyas patas tambalean.
Salutti
Gracias Marble por tu brillante análisis!