Auzqui y Andújar ganaron en los mano a mano

Por MARBLE ARCH

La paradoja de un final tristísimo en la Ciudad Feliz. Con la suspensión del encuentro a falta de unos 5 minutos. Con jugadores de Gimnasia pegando de atrás –Litch a Andújar- cuando todo se había desbocado y el rectángulo convertido en un verdadero ring de UFC, para alimentar a los portales con una historia fuerte, de sangre, resentimiento, violencia e irracionalidad.

Mariano que salta a vengar a Damonte, agredido de arrebato por Mendoza en el tumulto posterior a la indiscutible expulsión de Ascacíbar, y de frente resiste a trompada limpia, hasta que Litch lo golpea por la espalda, logra desestabilizarlo, y una vez en el piso, los valientes Meza y Mazzola aprovechan para descargar su impotencia con patadas asesinas al cuerpo del arquero, quien resiste acurrucado. Al rato, el capitán “mensana” culparía a Truco, el árbitro, afirmando que “se le fue de las manos”.

GRACIAS MARAJA!!!

Por la tarde, en Mardel, el avión pasa-cartel con la clásica leyenda “el 7 a 0 no se olvida más” sobrevolando la zona playera. Y robo de banderas por parte de los maleantes de la denominada “22”, atacando a familias y filiales indefensas con cadenas, palos y sevillanas. Al punto de robar en un supermercado, según se comentaba, y participar de un raid con persecución policial incluida.

En el medio de semejantes espectáculos, un partido chatísimo ganado por el León para extender su paternidad, gracias a ese yerro de Oreja –se iría en ambulancia tras una patada ninja de Palito Pereyra- al calcular mal un centro, permitiendo que Azuqui la acomodara con la frente para definir de sobrepique, a tres dedos y al rincón.

Con poco más para agregar desde lo técnico, porque Estudiantes no tuvo la pelota en la medida debida, Ascacíbar y Damonte regalaron muchos balones, Viatri quedó muy aislado, la Gata estaba siempre a contrapierna y sólo el inteligente trajín del “Flaco” Solari ayudaba a equilibrar el desnivel. Enfrente, un rival limitado que, sin embargo, fue emparejando a fuerza de ollazos, ayudado por el retraso pincha en el campo.

En el complemento, los forajidos albiazules blandieron en su cabecera las banderas sustraídas, cual trofeos de guerra, y el reinicio se demoró bajo una salva extensa e insoportable de fuegos artificiales, con los cuales tal vez celebraban otro verano en la más absoluta virginidad. Como una retorsión reverberante, gutural y hueca de eternos alaridos de sufrimiento.

La tarjeta roja a Pereyra obligó variantes. Temprano, el Colo Gil entró bien por Auzqui, después Bueno por el agotado Viatri –fue de mayor a menor-, y antes del bochorno, González Pirez por la Gata para aguantar en la zaga.

Gran trabajo de Facundo Sánchez por la banda derecha, seguro Andújar –figura excluyente en las escenas del pugilato pues se recibió de guapo al bancarse lo que le tiraran- y excelente determinación del Chavo para imponerse con oficio de abajo o de arriba.

El corolario, más allá de la medianoche, terminó siendo el reflejo perfecto de una sociedad quebrada y enferma.

Salutti

Puntajes

Andújar: 7

Facundo Sánchez: 7

Schunke: 5

Desábato: 8

Pereyra: 3

Solari: 6

Damonte: 3

Ascacíbar: 4

La Gata: 4

Auzqui: 6

Viatri: 5

Gil: 6

Bueno: 5