
Un mes atrás presentábamos el “nuevo mapa del fútbol argentino”. Con viejos “grandes” transformados en sellos devaluados de ínfimo valor discográfico en la escena internacional. “Los extremos se achicaron hasta igualarse, e infranqueables barreras históricas sucumbieron paso a paso al peso de la realidad”, escribíamos entonces, cuando nunca hubiésemos imaginado este nuevo formato que la AFA pretende instalar para el deporte local, en la enésima jugada malévola de un Grondona cegado de poder, enfermo de ambición, agotado en sus manipulaciones inescrupulosas, y que pronto acabará cayendo por su propia deformidad ideológica en el pozo de la enajenación mesiánica.
No analizaremos aquello que no lo amerita. Porque con el único propósito de asegurar un rápido regreso de River al círculo privilegiado, y de paso proteger a otros clubes tambaleantes o descendidos, el impune titular de la calle Viamonte captará en el manotazo las voluntades de algunas instituciones del Interior. Cuyos popes, lamentablemente, no advierten que plegarse a las modificaciones en apoyo de Don Julio equivale a firmar el compromiso con una muerte venidera; quizás no inmediata, pero irreversible con el devenir de 2 ó 3 certámenes si este dislate se cristaliza.
Por lo demás, no hay derecho a afrentar a los justos para complacer a los mediocres. ¿Y los hinchas que calculadora en mano estuvieron varios años haciendo cuentas, gastaron suelas en miles de kilómetros, alentaron al color de sus amores, y ahora observan cómo una rúbrica indecente barre de un plumazo con toda esa abnegación? ¿Qué sienten en sus adentros los CLUBES DE PRIMERA, igualados HACIA ABAJO por la desvergonzada máquina de delirar?
Ahondemos un poco. ¿Cómo los directivos de muchas entidades perjudicadas por el flamante absurdo le conceden su voto positivo, renegando del pensamiento de los simpatizantes, del sano juicio y de cualquier clase de lógica? Los sobres, por debajo de la mesa, contienen especias colombianas, dinero y celulares de excitantes señoritas.
Se sabe. FIFA no permite torneos con más de 22 equipos. Grondona, el alfil mafioso que no respeta reglas, armará uno de 36 ó 38. Se dará el gusto en vida, y condenará a los protagonistas dignos a ser partícipes de la inmoralidad. Las miradas globales ya se han posado sobre el anteproyecto, y basta con recorrer las portadas de los principales medios del planeta para entender cómo nos ven.
Mientras tanto, acá la patean afuera. Y sí, son los mismos vendehumo que se enorgullecían de haber “encontrado la selección” luego de la victoria a la 4ª de Costa Rica. Olé, patético diario que conserva el escudo de Núñez entre sus no-pares de primera, sigue pregonando el pseudo-periodismo; y otros cronistas, reiterados “opinólogos” de salón cuando se trata de hablar mal de la Brujita Verón, Bilardo, Zubeldía y Estudiantes, o ensalzar a Boquita, Simeone, San Tinelli, Barcelona, Comparada, Almeyda, Racing Klub o la Messimanía, permanecen sujetos al mero papel de informadores. Les han atado la lengua y son parte de un sistema putrefacto, donde el que no obedece la bajada de línea se convierte en desocupado.
Con comisiones directivas que no están a la altura de las circunstancias - hay contadas excepciones…-, con la CD pincha tristemente embarcada, sólo la prensa no complaciente podría detener esta locura, aliándose con el público a partir de la fecha inaugural del Apertura, en una suerte de vox populi de peso específico desbordante. Los hinchas unidos, de golpe, están convocando por Facebook, para el 2 de agosto venidero, a una marcha pacífica de protesta rumbo a la sede de AFA.
Exasperante en su génesis, también en el discurso insolente y desfachatado de Cherquis Bialo, muy mal parida. La mentada reestructuración refleja, ni más ni menos, el esquema de recompensas y castigos consagrado en esta sociedad contrastante, quebrantada de piquetes y planes sociales devenidos en agujeros negros. Terminará enardeciendo, y así recrudecerá la violencia en los estadios.
Su enérgico rechazo es un ineludible deber democrático para toda persona bien nacida.
Salutti
PD: Gracias Marble !