Análisis por Marble Arch
Canchita por Maraja
Desde su desembarco en el Country, el entrenador Abel Balbo manifestó abiertamente que su escuadra buscaría un permanente protagonismo, y con el correr de los días, reiteró a viva voz un ampuloso concepto: “crearemos muchísimas posibilidades de convertir en cada partido”.
Sin embargo, por desconocer el antiquísimo “los equipos se edifican de atrás hacia adelante” descuidó el aspecto defensivo, y su explicación de anoche en la conferencia de prensa, tras caer 1-2 ante Tigre en el debut casero, mostraron a un tipo obcecado, pues afirmó por ejemplo que los dos goles visitantes fueron "de casualidad".
Nada más alejado. En el primero, el resbalón de Santi Núñez en una cancha excesivamente regada mostró al resto de la defensa mirando la jugada de atrás, y Retegui definió con categoría la asistencia de Colirio frente a una floja reacción de Andújar. En el segundo, uno de los tantos horrores de Zaid Romero –¿quién aprueba adquisiciones de este calibre???- al pifiar el rechazo le sirvió el doblete a Mateo, quien no gritó ninguno de los dos. Y pensar que Boca prefiere a Benedetto o a Luis Vázquez.
Estudiantes, tras un arranque dubitativo, mereció más en la etapa inicial. Tuvo una chance clara no conectada por Boselli tras un buen dribbling de Rollsheiser y un centro preciso de Zapiola. Un zablazo de Godoy devuelto por el palo opuesto, luego de otra gambeta positiva de Rollheiser. Un remate alto de Benjamín desde posición inmejorable. Y ese zurdazo de Zapiola desviado con esfuerzo por Marinelli. Pero se iría al descanso en desventaja.
En el complemento, el León salió a igualarlo desde el vamos de la mano de Rollheiser, y a los 11’, el ex River teje por derecha, cede a Pellegrino –había reemplazado a Zapiola-, éste de revés habilita a Boselli, y el tiro rasante de Mauro se filtra junto al palo izquierdo después de leve desvío en un zaguero.
Balbo utilizó las tres ventanas haciendo sólo un cambio en cada una. Incomprensiblemente, con José Ernesto Sosa en el banco, entraron Zuqui y Piatti por Rollheiser y Ascacíbar, cuando el Matador amenazaba en cada avance, Matías Godoy había perdido la brújula, y sólo el “Corcho” mostraba tranquilidad para ver la cancha. Entonces llegó la obra de arte lúgubre de Zaid Romero, Retegui empujó la pelota a la red, y el desencanto se apoderó de Uno.
Hasta el cierre, el Pincha se repetiría lateralizando demasiado frente a un oponente muy bien parado en el campo, e inteligente para explotar las falencias ajenas. Por lo global, el empate hubiese sido lo más justo. Casi lo mete Pellegrino de media chilena y al ratito, en uno de sus pocos aciertos ofensivos, Más manda un centro excelente, y solito, frente al arco, Boselli cabecea ancho.
Gustó el lungo Pellegrino con su estilo desgarbado como Palermo, pivoteando de espaldas y ganando varias de arriba. “Lalalalá” y un apagado Piatti no trascendieron, aunque aquél armó un lindo avance con Godoy que el lateral no supo resolver. La platea murmuraba más temprano las pérdidas de Zapiola, sin advertir que los aciertos de Franquito son verticales, incisivos, y el pibe entiende cómo se juega. El Corcho, mal amonestado a poco del inicio en su primera infracción, y condicionado por ello, ofreció no obstante una elegante salida siempre. El empuje del “Rusito” no encontró su lugar, Rollheiser cumplió su mejor partido en el Pincha, Matías Godoy se cansó de correr mal, y el chico Núñez corrigió varias chambonadas de su compañero de zaga.
Balbo habló mucho en la previa. Y al cabo tildó de “injusticia” este resultado inaugural. Deberá arremangarse, dejar la soberbia de lado y meterle mano a la cueva, tal vez con alguno de los pibes de Reserva si Ezequiel Muñoz todavía no está a punto. Lo de Sosa no resiste ningún análisis.
Salutti
Andújar: 4
Godoy: 6
Núñez: 6
Zaid Romero: 2
Más: 5
Rollheiser: 8
Ascacíbar: 5
Corcho: 7
Matías Godoy: 5
Zapiola: 6
Boselli: 5
Pellegrino: 6
Zuqui: 5
Piatti: 3