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“Milito me hace acordar al Cholo Simeone”



El experimentado jugador de Estudiantes habló sobre el arribo del nuevo DT del Pincha tras la salida de Mauricio Pellegrino.


Leandro Desábato se mostró muy ilusionado con este nuevo proceso que comienza y marcó algunas diferencias entre los ciclos. A su vez hizo hincapié en el trabajo de la semana.

Teniendo en cuenta esto explicó que Milito “es un entrenador joven y tiene mucha adrenalina, trabaja mucho con pelota en campo, tarta de trabajar lo físico combinado con la táctica y está encima del jugador alentándolo. Me hace acordar mucho al Cholo Simeone, por la dinámica de los entrenamientos”.

A su vez consideró que “está bueno tener un técnico de la misma edad porque está más en contacto con el jugador y está en uno el respeto que se debe tener. La llegada de un nuevo renueva esperanzas para todos, esta semana después de un resultado positivo fue muy buena”.

“Está como un jugador más con el respeto que impone hablando con sus ideas y siendo claro, quería un equipo que no haya uno que no corra, es mucho más fácil con las cosas claras. Me gusta aunque es más joven que yo, tengo mucho para aprender de él”, completó diciendo el Chavo.

Por último destacó que tuvieron “la suerte de tener estos días para trabajar bien y conocer al entrenador, estamos bien. Un nuevo entrenador renueva la esperanza de todos, se crea todo es ámbito que es muy positivo y el equipo está bien, ya el partido ante Central estuvieron a la altura de la circunstancia al igual que en Ecuador”.

Cielosports
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Milito, Ángel (Salvador) o Diablo?


Para muchos de nosotros la contratación de Gabriel Milito ha sido un golpe fuerte en la zona de los genitales (pero no nos ha agarrado desprevenidos).
Sabíamos desde hace mucho que Pellegrino (muy buen tipo) y su CT (con el verso de la periodización táctica) no estaban a la altura del equipo y de los acontecimientos y era necesario un cambio en la dirección del timón.  Lo que criticamos duramente fue el modo en que se lo pisoteó. (modus operandi cuasi mafioso) tanto de la nueva CD como de los jugadores (eso corre por mi cuenta).
Ahora nos encontramos con alguien a quien le ha dado 100% el ADN positivo y con el paladar a gusto de NQP... que esperamos de este nuevo (inexperto?) DT y CT?
Una mezcla entre Bilardo y Men*tti?
Tenencia del 99% de la pelota?
Solo pido que los valores de Estudiantes de La Plata no sean ignorados u olvidados como lo han estado haciendo desde la salida del Gran Alejandro Sabella.

Todo esto desde mi humilde y pobre punto de vista....

Veremos dijo el Turc* y todavía está perdido en la neblina.
Salú!

Le costó, pero se mostró descontracturado

por Marble Arch

Técnico que debuta gana, bate el refrán. Y el Pincha lo refrendó en tierra tropical, trayéndose un 2 a 0 no tan holgado en el trámite, además de la clasificación a los mano a mano de la Copa Libertadores.

Fue un León distinto al anterior, y disímil también de uno a otro tiempo. Mucho más tranquilo, no tan apremiado para salir a lo loco, como queriendo cuidar más el balón. Pero cometió infinidad de yerros en el primer pase, con el Chavo en una velada para el olvido, Acosta no se encontraba en la cancha mojada, y la anemia ofensiva apenas alimentada por los pique de Cerutti empezaba, poco a poco, a recibir los nutrientes de la banda derecha, por donde el Vasco Aguirregaray comenzaba a mostrar el camino que lo llevaría a convertirse no sólo en figura excluyente, sino también en el arma ofensiva más poderosa de Estudiantes.

Hubo algunas chances salpicadas en esos 45’ de base, aunque no como en los diez inaugurales del complemento, cuando el Tetra salió a acorralar a Barcelona y le creó 4 ó 5 opciones claritas, devueltas por el travesaño o apenitas desviadas desde posiciones inmejorables. Aguirregaray continuaba creciendo, por su andarivel o tirando la diagonal con inteligencia hacia dentro. Mientras tanto el local, de contra, asustaba al usufructuar distracciones inadmisibles de Damonte y Desábato, puntos marcadamente débiles del andamiaje.

Acosta, inadvertido en la etapa primaria, puso una pelota linda para la entrada franca de Auzqui, cuyo cabezazo atrás no prosperó, y al rato una cortada a rastrón para Carrillo que Guido logra llevarse tras el choque torpe de los dos centrales, siendo bajado luego de gambetear al arquero; roja para el zaguero infractor, el 9 lo patea fuerte al centro del arco, sin demasiada convicción, y Lanza lo detiene para extender la incertidumbre. Porque Atlético Nacional goleaba a Libertad y un tanto ecuatoriano significaba la eliminación.

Sin embargo, Aguirregaray no cesaba de encarar. Y de sus desbordes potentes, profundos, sobrevendría dos centros venenosos para la apertura de Acosta –amagó de derecha suave para hacer pasar de largo a la defensa, le dio el fierrazo de zurda y el rebote la cambió de palo- y el 2 a 0 de Carrillo, quien se reivindicó de media vuelta en el área chica después de una jugada colectiva bien hilvanada por el scorer, Cerutti y Auzqui –cumplieron los tres-.

Así, con un DT hiperquinético junto a la raya –hizo recordar al Cholo por cómo vivió el encuentro y alentó a sus jugadores-, el único campeón platense logró aquello que, por ejemplo, esta misma noche no consiguió Huracán ante el ignoto Mineros de Guayana en Venezuela.

En la lista del haber enumeramos la crucial victoria de visitante, el quiebre de la mala racha, y a Aguirregaray en el Cuadro de Honor; en la del debe, los errores en la cueva, la lentitud de traslado entre líneas y la falta de recursos para sorprender en esos lapsos de toqueteo estéril que, sin embargo, trasmitieron por contrapartida una sensación de aplomo. Como que aun siendo atacado, o equivocándose, el equipo jamás desesperó.

“Seguimos así, seguimos así”, gritaba Milito al instante de la pena máxima pifiada por Carrillo. Lo gesticulaba ampulosamente frente a las cámaras. Y ese mensaje vital, esa inyección de convicción, vale tanto como las quinientas lucas verdolagas por el pasaje a la próxima fase.
Salutti
P u n t a j e s

Hilario: 6
Aguirregaray: 9
Desábato: 2
Domínguez: 5
Pereyra: 5
Gil: 5
Damonte: 3
Acosta: 6
Auzqui: 7
Carrillo: 6
Cerutti: 6
Schunke: 5

Empardó con el puntero y encontró un zaguero de nota


Por Marble Arch

Las ganas desplegadas esta noche por Sáncehz Miño despejan dudas acerca del desgastado Ciclo Pellegrino.  Y no hablamos de sábanas o almohadas.  Sino de un jugador de temperamento apático, llegado a comienzos de año.  El Pincha alternativo, con varios inéditos en su formación, le empató bien a uno de los vanguartistas del torneo largo, disimuló errores con entrega, pudo haberlo ganado y descubrió en Leo Jara el proyecto de un fullback excepcional.

El correntino, novedad absoluta en la cueva, sólo tuvo una falencia en el final al ser atorado por Marcos Ruben. Antes y después hizo un partido perfecto, como si siempre hubiese jugado de central. Infranqueable de arriba y de abajo, mostró un timming notable para cerrar las bandas, abrió el marcador luego de un segundo centro para lograr el primer gol de su carrera, y además, como sabe con el fútbol en los pies, le dio al equipo una salida pulcra, ese primer pase esencial cuando se parte del fondo. Milito estaba en un palco, y con seguridad habrá tomado nota: este nivel de Jara, si lo asientan en el puesto, es para dejar a Desábato, Schunke y Domínguez disputando la restante camiseta.

Estudiantes empezó bien, con cositas interesantes del chico Umere –no lo buscaron y luego aparecería en cuentagotas-, la movilidad de Marchioni, la evidente levantada de Gil Romero y las pausas en caso excesivas de Sánchez Miño. Rosario se lo emparejó entre los 15’ y los 35’, y antes del descanso el local lo volvió a dominar, provocando una doble atajada bárbara de Caranta a un cabezazo de Anselmo –su único aporte serio- y a otro consecutivo de Umere en el rebote.

En el complemento, el muletto le siguió aguantando el chubasco al buen pie del líder. Gil Romero continuaba cortando circuitos en media cancha, y aunque era casi nula la participación ofensiva de Rosales y Delgado por los laterales, como también el peso de un Rosso muy livianito, la apertura estaba al caer por el parejo despliegue de su línea de volantes. Y llegó a través de Leo Jara, la figura excluyente de la noche, definiendo debajo del arco un rastrón hacia atrás de Umere para decorar en el tanteador la mejoría generalizada.

Pero el León se relajó. Entraron Barbona, Mendoza y Miranda por Rosso, Anselmo y Umere, Coudet movió asimismo el banco y la variante del morochito Colman le daría réditos, pues agarró la manija que no había tomado el habilidoso Cervi para mostrarle a sus compañeros, en un ratito, el camino al área del seguro Agustín Rossi. El ex Chacarita le sacó un frentazo a Ruben contra el poste, y del corner sobrevendría la igualdad por el anticipo aéreo de Donatti a Schunke para clavarla a media altura, rozando a los 81’ el vertical derecho del empate.

En definitiva, una imagen si se quiere refrescante de la escuadra albirroja. Por la intención, por la voluntad y porque el Canalla estuvo muy lejos de prepotearlo, al punto de sufrirlo bastante. De cara al crucial choque en Ecuador, haber detenido la sangría resulta un hecho trascendente. Ahora urge la terapia de grupo para desterrar el chamuyo, trabajar en serio y hurgar por la recuperación de la autoestima. Sin inventos ni dudosos experimentos tácticos. Con responsabilidad e infinita cordura.

Salutti

Puntajes
Rossi: 6
Rosales: 4
Schunke: 5
Jara: 9
Delgado: 4
Marchioni: 5
Gil Romero: 7
Sánchez Miño: 6
Umere: 6
Rosso: 5
Anselmo: 4

Mendoza: 4
Barbona: 5


Sencillamente lapidario


por Marble Arch

El espectro de Estudiantes, con su pesado ropaje decadente, recolectó en su visita a Tigre otra derrota previsible. Indeseable, aunque esperada por quienes venimos advirtiendo la dramática curva descendente de un proceso agotado de argumentos.

El local le terminó haciendo precio a un equipo que es la síntesis perfecta del desánimo espiritual y el desconcierto táctico generado desde el banco, subrayados por la nula confianza de sus hombres, por el paupérrimo nivel de la mayoría de ellos y por reproches internos ya indisimulables ante cualquier error.

El fin de ciclo comenzó hace rato, disimulado por una dirigencia que, yéndose de boca de manera imprudente, afirmaba "tenemos plantel para afrontar la doble competencia" cuando se ganaba sin gustar ni un poquito, a regañadientes, pidiendo la hora, y en Por Estudiantes tildábamos de "preocupantes" algunos triunfos inmerecidos. 

La caída en Victoria volvió a doler mucho más por la forma que por el resultado. Salvo aquel cabezazo de Carrillo al cierre de la primera mitad, desviado milagrosamente por el arquero, el Pincha no creó peligro serio. Pero además perdió todas las segundas pelotas, miró pasar al rival, deambuló la cancha, se cansó de pasarle el balón al adversario con Damonte como abanderado del desconcierto, y costaba entender por qué Sánchez Miño bajaba a buscarla, avanzaba cinco o diez metros, se frenaba, giraba y se la entregaba a los centrales. Cerutti estuvo dibujado, Guido hizo lo que pudo sin escaparle a la debacle general, Jara se sumó al estado confusional, y la patética línea de 5 fue un compendio del descalabro: el segundo gol del Matador, arrancado de una pérdida ofensiva sobre la banda derecha, contó con la complicidad de los jugadores albirrojos, meros partenaires o acompañantes del toqueteo rematado en la red.

A falta de 10 minutos, los rostros de todos no dejaban lugar a dudas ni permitían lecturas diferentes: gestos fruncidos mezclando fastidio con hartazgo e incomodidad, y al borde de la raya de cal, Pellegrino como privilegiado espectador de su castillo de naipes en pleno derrumbe. 

Con una clasificación factible en el inminente choque por la Copa Libertadores, partido donde el León depende de sí mismo, la cabina de mandos no debería parecerse en una instancia tan trascendente a la del fatídico vuelo alemán. Verón necesita tomar cartas en el asunto, derribar la puerta del estilo europeo y evitar un posible papelón ante Rosario Central. Pues el descrédito agobia, las reservas de aire sucumbieron, ha perdido altura a límites angustiosos, y la catástrofe se torna inevitable.

Salutti

Puntajes

Hilario: 4
Pereyra: 4
Domínguez: 2
Schunke: 4
Desábato: 3
Aguirregaray: 3
Jara: 4
Damonte: 2
Sánchez Miño: 3
Cerutti: 4
Carrillo: 5

Rosales: 3
Rosso: 3    


Problema de Vara



Verón : " el piso de Libertadores es quedar entre los 16 mejores "


-SoyFe: Vara flu...

Cantó cinco sin victorias



El equipo de Mauricio Pellegrino lleva un mes sin poder conseguir tres puntos en el torneo local. La última vez que ganó fue frente a Gimnasia en la tercera fecha. 


El Pincha se fue desintegrando luego de la victoria ante Gimnasia por la tercera fecha y desde ahí que no gana por el torneo local. El equipo de Mauricio Pellegrino, luego del clásico, cosechó dos puntos de los últimos 15 en juego.

En el certamen lleva un mes sin poder festejar, la última vez fue el primero de marzo del corriente año cuando visitó el Bosque. Desde aquella fecha que no tuvo una alegría, perdió frente a San Lorenzo, Banfield y Boca, y empató contra Argentinos Juniors y Racing.

Estudiantes había arrancado el torneo de manera inmejorable, nueve de nueve en los primeros partidos. Frente a Arsenal, Godoy Cruz y Gimnasia fueron sus primeras víctimas para luego empezar a caer.

Vivir Acosta del miedo

Por Marble Arch

Estudiantes igualó con Racing porque “Invento” Pellegrino trasunta una elocuente sensación de pánico. Los 40’ iniciales del primer tiempo fueron, por lejos, el peor partido pincharrata en años, con errores garrafales en la novedosa línea de cinco, pifiando pases frontales o laterales y entregándole el balón mansamente al rival, y con un medio juego sólo sostenido por el pulmotor del Colorado Gil, la figura excluyente del equipo, mientras Sánchez Miño era fiel intérprete del pánico a perderla, Jara entraba en el loquero, Vera se cansaba de presionar en desventaja, y apenas Cerutti inquietaba con sus piques.

En ese contexto, la visita paraba cuatro hombres arriba para obligar a Domínguez a jugar de líbero, se replegaba pronto para evitar complicaciones, y aun con la ausencia del pulpito Videla, se las ingeniaba para mantener al León lejos de Saja. Un León confundido desde lo táctito, débil de actitud y obnubilado incluso para hilvanar tres o cuatro toques seguidos.


Tal vez hubo algún gritito en el descanso, pues en el cuarto de hora de arranque del complemento, con Sánchez Miño más movedizo, Gil cortando todo y el equipo parado 15 ó 20 metros más adelante, empezó a generar cierto peligro. Ya estaba el disminuido Carrillo adentro, por el lesionado Viruta Vera, y de una linda corrida de Jara por la banda derecha llega el pase atrás que Guido no conecta, pero le queda a Sánchez Miño debajo del arco para romperlo con un zurdazo alto.

Cocca ya había movido la estantería, metiendo al hábil Camacho por el tibio Nagüel, y a Brian Fernández por un exhausto Milito. Y la alegría albirroja duraría un cachito, ya que una tremenda desinteligencia entre Schunke y Domínguez, quienes se chocan en error absurdo, deja solito a un hombre de Avellaneda y su disparo a quemarropa, rechazado por Navarro, le cae justo al bienaventurado Bou para clavarla de primera allá bien alto.

Ahí Pellegrino recordó que en el banco estaba Acosta. No obstante, su pavura es tan notoria que el enano reemplazó a Sánchez Miño cuando éste parecía envalentonado por el gol. Lucianito, en un rato, levantó a la tribuna con pisadas, gambetas, cesiones inteligentes, un jugadón coronado con ese bombazo sacado con mucho esfuerzo por Saja al corner, y ratificó la incongruencia de relegarlo de la titularidad. No le alcanzó con su inspiración, y la Banda Imperial, de contragolpe, estuvo a un tris de llevarse los tres puntos aprovechando la exasperante lentitud de nuestra zaga.

Del resto, Gil sin quererlo le aportó una solución impensada al discutido DT: puede ponerse la 5 y no necesita un doble a su lado, ni a Damonte ni a nadie. Rosales se cansó de tirar centros a la cabecera, Álvaro Pereyra no cerró correctamente casi ninguna escalada pesar de su entrega, y el trinomio de centrales hizo recordar al mamarracho de Maradona en aquel papelón contra Alemania, donde formó la defensa con cuatro cueveros: un muestrario del horror.

Con sus delanteros averiados – Cerutti no podía caminar mucho antes de la entrada de Rosso-, una brújula enloquecida en el timón estratégico de mando, rumores de todo tipo en la platea, y cantidad de gente que se retiró faltando 6 ó 7 minutos para el final –entre ellos Carlos Auzqui y el chico Mendoza-, el futuro de Estudiantes de La Plata navega en la incertidumbre. La paciencia de sus fieles ya empezó a agotarse hace rato. Pellegrino no reacciona.

Salutti

Puntajes
Hilario: 6
Rosales: 3
Schunke: 2
Desábato: 4
Domínguez: 2
Pereyra: 5
Jara: 5
Gil: 8
Sánchez Miño: 5
Cerutti: 6
Vera: 5

Carrillo: 5
Acosta: 7
Rosso: 4


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NO SE OLVIDEN...

NO SE OLVIDEN...

Homenaje a Caloi

Homenaje a Caloi
Gracias Revista Animals! / clik en la imágen para ampliar.

Wallpaper por Estudiantes

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