Análisis por Marble Arch
Canchita por Maraja

Mejor Estudiantes de movida, con las escaladas de Meza por la banda derecha, avisando con un par de centros luego de llegar al fondo. Pero pronto lo emparejarían los virgos, en especial por las pérdidas de Palacios y Neves en el eje, algo potenciado con la tempranera tarjeta amarilla de Enzo Pérez, y por la llamativa intrascendencia del tibio Cetré; un ratito antes, Mansilla rechaza con los puños en lugar de tomar la pelota con las manos, se la sirve de frente a Garayalde, éste abre el pie, le pega de emboquillada y el esférico roza el palo izquierdo ante la mirada piadosa de nuestro golero.
Recién a los 32’ reacciona el Pincha a la supremacía táctica de la visita en jugada que inicia Benedetti con un autopase en la salida, busca a Ascacíbar, éste a Palacios, deriva hacia Meza y su envío lo termina cabeceando el mismo Benedetti en semi-palomita controlada por Insfrán. A los 36’, pisa al fin Neves el área para recibir el pase de Carrillo, después de un avance de Cetré demorado por Palacios; lo tapan a Bigote, va al corner, lo peina Fede, el esférico sobra a todos, Carrillo lo captura por el segundo palo, tira suave por encima del arquero y salva Cabral mandándolo afuera, para un nuevo tiro de vértice sin consecuencias. Trascartón, Lollo sustituye a Fede Fernández, quien acusa una molestia cuando estaba siendo de lo más destacado del equipo.
Casi con el entretiempo, Cabral peina un ollazo producto de una infracción, y Mansilla manotea junto a su caño derecho una bola dificilísima al ras del piso. En el corner subsiguiente, lo pierden a Abaldo en la línea del área chica y su cabezazo no entra por milagro. El pitazo del descanso cayó como una bendición para el León, que jugó la primera mitad con 8 porque Cetré, Palacios y Neves estuvieron en un cumpleaños, en especial Colombia y Bigote. La clase y experiencia de Enzo no disimularon su falta de timming por el parate, el Rusito corrió como de costumbre, y Guido pareció ubicarse, por determinación, pivoteo y anticipos, uno o dos escalones por encima del resto; ello tendría más tarde una justa recompensa.
Comienzo del complemento con tres variantes fundamentales: Mancuso, Piatti y Luciano Giménez por Meza, Neves y Cetré, en aciertos claves de Domínguez porque ese volantazo general, con seguridad arengado en el vestuario, no resultó sólo futbolístico y estratégico, sino principalmente de carácter. Entonces el Tetra despertó de su letargo, se convirtió de golpe en una tromba y en un cuarto de hora barrió con su rival.
Al minuto, Palacios alarga para Giménez, el flamante refuerzo lo cuerpea de guapo a Cabral, centrea a media altura, rebota en Morales y le cae en la medialuna a Ascacíbar, que a la carrera le da rasante y a tres dedos para que la redonda anide en la red del arco de 57; el Rusito lo gritó en la tribuna, le acercaron una camiseta de Mauro Méndez y su dedicatoria fue explícita. Al toque, un enchufado Palacios amaga un enganche, lo ubica a Mancuso, centro ideal del marcador de punta para el salto de Carrillo, el 9 despacha un testazo letal de pique al piso, furibundo... y a cobrar.
Palacios, Ascacíbar, Piatti (cabeceando de un lateral…) y otra vez Palacios al desperdiciar una enorme cortada de Guido tuvieron enseguida chances de aumentar diferencias ante un hijo shockeado. Que, no obstante, a los 14’ casi descuenta, con el lungo Castillo agarrando pifiado una buena comba de Benjamín Domínguez.
El tercero, a los 18’, fue una obra de arte. Outball de Mancuso hacia Carrillo, gana de alto cabeceando hacia atrás, Giménez también gana arriba para peinársela a Guido que había picado al vacío, y el crack de Magdalena, pisando el área en posición de siete, despide de aire un derechazo imponente contra el primer poste, elevado, inatajable y absoluto.
Y siguió predominando papá, aunque Mansilla a los 32’ mostró sus reflejos para desarticular una volea de Castillo. Sosa por Carrillo a los 36, significó un enroque que encierra parte de la historia del club; ni bien pisó el césped, el Rusito le cedió la cinta de capitán al monstruo de Carcarañá.
A los 42’, Zalazar sorprendió a Benedetti al alejarse de su marca y vulneró de emboquillada a Mansilla, direccionando un preciso centro de Domínguez. Y en el adicionado, después de un par de aproximaciones tristeras basadas en el empuje, gran apertura de Sosa para Benedetti, centro pasado de Gastón, Insfrán no logra atraparlo, y al caer lo pisotea alevosamente a Piatti; roja directa, penal indiscutible, y José Ernesto Sosa le pone el broche de oro con su categoría característica, ubicándola junto al vertical derecho de Morales, quien se calzó por instantes el buzo de guardameta para pagar de lleno su inaudita soberbia semanal. Aquel Pibe de la 7 hoy es el Hombre de la 7, y el único sobreviviente del 7 a 0. Yo sólo le digo gracias, eternamente.
Fiesta en UNO. Con un Carrillo descomunal, y decisivo para la levantada del conjunto personificada en el rinde ulterior de Palacios. Con la fe del Rusito para morder, meter y convertir. Con dos etapas totalmente diferenciadas para fortificar, al cabo, una paternidad perenne e intacta. El Barba saldó además una larga deuda personal en cuestión de clásicos, la cual excedía su cargo albirrojo.
Y no, nadie hubiera imaginado el término de una racha adversa con un final tan pero tan feliz.
Salutti
Mansilla: 7
Meza: 6
Fede Fernández: 7
Rodríguez: 5
Benedetti: 7
Neves: 4
Enzo Pérez: 5
Ascacíbar: 8 ⚽
Palacios: 6
Cetré: 3
Carrillo: 10 ⚽⚽🏆
Lollo: 6
Mancuso: 7
Piatti: 6
Giménez: 7
Sosa: 6 ⚽(de penal)