Análisis por Marble Arch
Canchita por Maraja
El Pincha resignó los 3 puntos y la cima de la tabla en su visita a la Docta, donde mereció otra suerte de acuerdo a la clara superioridad ejercida en la primera parte.
De entrada, dudas de Noguera y un providencial cierre de Zuqui, pero enseguida se plantó firme en el campo y fue acorralando al local, con Aguirregaray convertido en llave principal. De hecho, la primera de las tres claritas generadas entre los 14’ y los 18’ tuvo al yorugua de protagonista, con notable asistencia a Pellegrini que el volante definió mal al ser atorado por el arquero contra el línea de fondo. Enseguida, remate de Del Prete desviado en Apaolaza, le queda servida a Pellegrini cara a cara contra el arco, y Guido Herrera le tapa el tiro cruzado. Al toque, centro de Zuqui y frentazo de Rogel al lado del poste.
No obstante, en un corner cedido por el Corcho, quien protestó una fantasía, el rechazo de Zuqui deriva afuera del área para un disparo imperfecto de Juan Méndez que encuentra en el camino la cabeza de Rafael Pérez, el balón baja a la izquierda de Andújar, éste lo manotea sin sacarlo, da en el palo, luego en la espalda o la nuca de Mariano, y se le filtra hacia la red.
Pese a infortunio, Estudiantes continuó siendo más, y rumbo la descanso buscó la igualdad con varios tiros de esquina a favor, para entrar al entretiempo con una clara sensación de injusticia en el marcador.
El complemento mostró de movida parecida tónica, con el León apretando en pressing alto, dominante territorial y amenazante por la vía aérea, aunque Castro ya había desaparecido hacía rato, Del Prete no ofrecía un peso específico determinante, Pellegrini se iba apagando al ahogo de la banda, y Apaolaza terminaría enfadado consigo mismo en una noche para el olvido. En el medio, incansable trajinar de Zuqui, altibajos de Corcho Rodríguez y la acuciante falta de un distinto que desequilibre. Aguirregaray, una fiera en su lateral, y Godoy con lo suyo en la raya de enfrente.
Al cuarto de hora, Ayoví ingreso por Pellegrini, y el moreno mostró un estado ideal para el fulbito playero junto a Ortigoza y Cardona. Y a los 16’, un envío largo lo sobra a Noguera, el Demonio Auzqui lo capitaliza, y la salida de Andújar, totalmente fuera de tiempo y distancia, emula a las de Monetti en San Lorenzo para el 2 a 0 lapidario.
Porque ese gol significó un mazazo para la escuadra albirroja, la sumió en el desorden, y todas sus intentonas irían chocando con el propio nerviosismo sintetizado en muchos pelotazos sin sentido. En una escalada de Aguirregaray, su cesión atrás le dio la chance del descuento a Zuqui, conjurada por Herrera al cachetear el fútbol por sobre el travesaño.
El Ruso se durmió con las variantes de Sánchez Miño y Zapiola por Apaolaza y Castro, realizadas a los 38’, cuando ya el asunto era cosa juzgada y no había tiempo real para modificarlo.
“Un tropezón no es caída”, bate el refrán. Sin embargo, el esquema tan férreo adolece de vuelo creativo para torcer la historia cuando la fortuna y sus propias impericias conspiran como anoche. Pues resultaron indudables los méritos acumulados para ponerse en ventaja. Y siempre es preocupante la pérdida de la brújula en un barco sin timonel.
Salutti
Andújar: 2
Godoy: 6
Noguera: 3
Rogel: 5
Aguirregaray: 7
Castro: 3
Corcho: 5
Zuqui: 6
Pellegrini: 5
Del Prete: 4
Apaolaza: 2
Ayoví: 3