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Hermosa la cancha

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja



Muy bajo Mascherano. Ni hablar Mura. Endeble Erquiaga, al margen de aquel centro preciso desperdiciado por Retegui. Flojito Andújar. El freezer de Facundo Sánchez debería tener lugar para Schunke y Fede González, ambos con ritmo amateur. 


Entonces, la voluntad de Estévez, los destellos de Tití y la evidente evolución de Colombo no alcanzan bajo ningún concepto para disimular las falencias técnicas, tácticas y grupales de un equipo arrasado por las extrañas teorías de Milito.

El doble error del ya muy cuestionado Schunke en el 0-2 tiene el sello del ciclo anterior. Y la levantada del final, con Estévez de abanderado, sólo permitió reeditar la idea del milagro en el espíritu tribunero. Esta vez no ocurrió.

Enfrente, un Racing que sabe a lo que juega, lo hace bien, ocupa los espacios con inteligencia, tiene jugadores de pie para el armado y además, arriba,  sus delanteros desequilibran en el mano a mano, por picantes, dotados y decisivos, algo que perdimos con Duvan y Carrillo. Retegui no desentona, pero tampoco desequilibra en la medida de un 9 de envergadura; Fede González pide la B, y Cauteruccio está en parecida línea.

Para colmo de males, en el complemento la Academia metió a un distinto, el paraguayo Rojas con esa clase innata para hacer todo sencillo y elegante. La visita hizo circular el balón. Y el Pincha corría la liebre sin agarrla. Ni poder contrarrestar a un oponente muy superior.

El ingreso de Mauro Díaz, y algunos arranques del Tití que generaron infracciones cerca del área para fomentar la ilusión de un centro salvador fueron los argumentos ofensivos más notorios de una banda inerme. Ángel González se sumó a la confusión generalizada. Y cada contragolpe de la visita traía aroma a peligro.

Menudo laburo le espera a la dupla Desábato-Braña. Para suplir la indiscutible falta de calidad. Y la dirigencia, que en el aspecto compras jamás ha dado pie con bola, necesita un baño de humildad para reconocer sus errores, en tren de no volver a reiterarlos.

Salutti

Andújar: 4
Mura: 4
Colombo: 5
Schunke: 2
Erquiaga: 4
Demonio: 5
Mascherano: 4
Estévez: 6
Tití: 5
Retegui: 4
Fede González: 2

Ángel González: 4
Mauro Díaz: 5

Milito nunca más

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja



El aciago debut estudiantil en la Copa Argentina significó el punto final del opaco Ciclo Milito, tras caer por penales en el campo de Lanús con el humilde Deportivo Laferrere, militante de la divisional "C". Así, aquella historia de Vivas se repite de manera casi calcada, y el Pincha logra quitarse de encima una montaña pétrea de dimensiones desconocidas.

Sería injusto destrozar a Mascherano o a Retegui por pifiar en la serie y determinar la eliminación. Acá las responsabilidades empiezan en los popes deportivos, propensos a rifar las contrataciones, e insensatos por el hecho de sostener un proceso agotado en si mismo hace rato. Y terminan en un cuerpo técnico que jamás le encontró la vuelta a la cuestión, ni siquiera esta noche para vulnerar a un rival arrinconado en el complemento contra su propio arco, pero digno para no abusar de la pierna brusca, e incluso punzante en el cierre para generar un contragolpe peligrosísimo.

De entrada ilusionó el León con el atrevimiento del chico Sarmiento para dribblear, y por algunas triangulaciones bien hilvanadas por Mauro Díaz, aunque los verdolagas no le achicaban a la parada. Ni cuando se vieron en desventaja luego de una habilitación de Díaz para Fede González, quien definió cruzado al segundo palo y se fue a sacar la bronca al alambrado.

El empate del "visitante" –fue local en cantidad de gente, índice elocuente del nulo imán del equipo albirrojo con su público-, antes del descanso, significó un premio a la búsqueda, porque sus mediocampistas gambeteaban hacia adelante, los laterales subían, y con argumentos simples, poco a poco, desentrañaron sus posibilidades. 

Las variantes ofensivas de la segunda parte (el Demonio por Erquiaga, Retegui por Iván Gómez y Ángel González por el extenuado Sarmiento) no repercutieron en el resultado, pues el dominio estéril, el abuso de los centros tirados con desesperación y la excesiva circulación atada a un esquema que por suerte ya es recuerdo, terminaron agrandando a la zaga de David. Valiente para aguantar el chubasco con un hombre menos por la expulsión de Orellana en el minuto '90. E implacable en las ejecuciones desde los 12 pasos para comerse a Goliat.


El "movete, Pincha, movete" prologó el emotivo y determinante "es el equipo del Narigón". Y Milito, el gran vendedor de hectáreas de humo, encaró en silencio hacia el vestuario, observó un halo de estupor que lo engullía salvajemente, experimentó el único momento de lucidez en mucho tiempo, habló con Alayes, respiró profundo sin toser, y dimitió.


Salutti

Andújar: 5
Colombo: 5
Schunke: 4
Mascherano: 6
Erquiaga: 4
Mauro Díaz: 5
Estévez: 5
Iván Gómez: 4
Tití: 4
Sarmiento: 6
Fede González: 5

Demonio García: 4
Retegui: 5
Ángel González: 4

Coqueteando con la cornisa

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Por lo general, cuando no existe un esquema, estrategia o idea pulida de juego, los arrestos individuales terminan salvando las papas del chamuyo. O apagando el incendio de hectáreas de humo.

Esta vez, los ingresos en el complemento del chico Sarmiento con toda su frescura adolescente y de un iluminadísimo Mauro Díaz suplieron las inmensas carencias conceptuales del libreto de Milito, para terminar concretando un empate que por momento hasta parecía utópico de acuerdo al trámite.

Salvo los 10 minutos iniciales, la primera mitad albirroja resultó paupérrima. Con el Tití como bastión de la recuperación a la par de Ivan Gómez, mientras la Gata caminaba la cancha y erraba pases inconcebibles, cada salida desde el fondo era una caminata por el borde del abismo, o una cita dominical con el suspenso.

Una entrada punzante del solitario Retegui al comienzo del match, dos lejanos disparos de Estévez y un frentazo alto de Colombo fueron los únicos atisbos ofensivos de un planteo donde al restante delantero, Ángel González, se lo obligaba a bajar de manera permanente.

Luego del descanso, Lanús golpeó pronto con el certero cabezazo de Marcelino Moreno tras un centro preciso de Auzqui. Así el local justificaba el creciente dominio hasta allí establecido, y el León, de nuevo, se ubicaba en los límites de la desesperación, sumido en la impotencia de su propio desconcierto.

Pero el pibe Sarmiento entró por el Tití para encarar por la banda derecha, Mauro Díaz agarró la manija que la Gata ni había siquiera rozado, y a los 62’ una precisa cortada del ex River para el ingreso vacío de Colombo desembocó en la igualdad con un tiro bajo del defensor contra el primer palo de un flojo Agustín Rossi. No fue la única del volante creativo, muy enchufado en el partido.

De ahí al cierre, el encuentro se hizo más de ida y vuelta. Mascherano se lució en varios anticipos, el Pincha tuvo un par de chances ciertas a partir del sencillo argumento de intentar con la pelota, y de tal modo atenuó aquella pálida imagen del principio para redondear una igualdad de aceptable tenor, máxime por cómo venía de oscura la mano. Al cabo, el “Demonio” García sustituyó a Ángel González, en variante casi anecdótica.

Aceptable cosecha en La Fortaleza granate, dirá el resumen estadístico. Pero Estudiantes no juega a nada, algo indiscutible desde todo punto de vista.
Salutti 
Andújar: 5
Colombo: 6
Schunke: 4
Mascherano: 6
Mura: 5
Estévez: 6
Iván Gómez: 5
Tití: 6
La Gata: 3
Ángel González: 5
Retegui: 5
Sarmiento: 6
Mauro Díaz: 7

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NO SE OLVIDEN...

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Homenaje a Caloi

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Wallpaper por Estudiantes

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