Análisis por Marble Arch
Canchita por Maraja
En otro patético capítulo del Ciclo Milito, el rejuntado pincharrata dio un nuevo paso hacia la zona del miedo, cayendo categóricamente 3 a 0 en el Viaducto. Pudieron ser 5 ó 6, porque el local, al final del encuentro, practicó tiro al muñeco y se comió una andanada de goles ante una zaga impresentable.
¿Qué puede rescatarse de Estudiantes? El inocuo pressing asfixiante de los 15' minutos iniciales, más visible por la cancha chica que eficaz en el desarrollo, pues merodeaba el área rival sin generar un peligro real o constante, al margen de sendos disparos de García y La Gata; éste, paso a paso, agarraría el ritmo de un soltero contra casados para terminar pasando casi desapercibido. Y hacia los 20', en una tarde negra de Mura, llegaría la apertura tras un corner, y después de una serie de desaciertos dos hombres fueron vulnerados al darle la raya de fondo a Jesús Soraire (el mejor de la cancha), su centro atrás que capitaliza un compañero y el remate, desviado por el brazo de Schunke, deriva en el penal convertido por Álvarez Suárez con un fierrazo.
Tres minutos más tarde, pierde Mura al trabar en media cancha, el desborde de Torrent emborracha a Colombo con dos enganches, y su tiro cruzado ingresa en el segundo palo tras desviarse en Schunke, rematando una breve ráfaga letal. El Pincha, sacudido por la desventaja, intentó reaccionar. Sin embargo su esquema, cansino, sin cambios de ritmo ni inspiración creativa, abdicó una y otra vez en su propia levedad. Más allá de ese derechazo franco de García que pega en la mano de un central del "Arse" y el árbitro ignora olímpicamente, en indudable infracción de pena máxima.
En el entretiempo, Milito muestra su faceta vigilante y encana a Mura, reemplazándolo por... Edwar López. El colombiano, a pesar de sus limitaciones, no desentonaría. Estévez reemplazó a Kalinski, y el empuje del León, merodeando el área de los de Rondina, permitió ilusionar con la chance del descuento en el primer cuarto de hora del complemento. Mejoró el uruguayo García, Castro se animaba por la derecha, lo tuvo el inexpresivo Fede González y se lo anularon por claro offside, hasta que Andújar da un rebote inconcebible a un centro bajo, el balón pega en Schunke y Kaproff sólo tiene que empujarla al arco vacío.
Ese mazazo derrumbó todas las reservas pincharratas, y la sustitución de Retegui en lugar de La Gata fue una suerte de postal del desconcierto entre los últimos destellos intermitentes de un pasado brillante y los tiernos brotes de un futuro incierto.
Al cabo los de Sarandí se florearon hasta el cierre del encuentro, y el "oooole, oooole, ooole" de su minúscula hinchada acompañó el toqueteo ante un oponente noqueado. Fede González se erró la más clarita para acentuar su promedio negativo, y la caravana albirroja se volvió cabizbaja por la insipidez de un equipo cada vez más comprometido en la lucha de los promedios. Con facha de colador atrás. Con tremendas deficiencias conceptuales en todas sus líneas. Sin peso ofensivo ni espíritu místico (¿qué era eso???). Y con el rumbo extraviado, a partir de la confusa cartografía desplegada por su timonel para navegar por aguas tan turbias.
Salutti
Andújar: 4
Sánchez: 2
Schuke: 2
Colombo: 2
Mura: 3
Castro: 5
Kalinski: 3
Iván Gómez: 5
García: 5
La Gata: 3
González: 3
Edwar López: 5
Estévez: 4
Retegui: 3