Análisis por Marble Arch

Estudiantes casi no pasó sobresaltos, dominó de cabo a rabo, lo ganaba desde los 15' de la primera etapa por aquel cabezazo combado del Vikingo Schunke, y con el atildado manejo de Zuqui, un Tití Rodríguez enchufado, la ubicuidad de Braña y algunos pincelazos del chico Matías Pellegrini, fue afirmando su preeminencia. Tal vez le faltó peso en el área rival, donde Apaolaza muestra todavía ciertos rasgos de inmadurez para el roce de la divisional superior.
A los 9' del complemento, una definición exquisita de Zuqui, de revés, de cachetada y por encima del arquero, terminó de afianzar al cuadro albirrojo. Y al rato, una apilada mágica de Pellegrini arrancando en posición de 8 derivó en una cortada exquisita para el Tití, quien la picó para un golazo de esos que hacía ratazo no disfrutábamos.
Después entraron Pavone y la Gata, con el Tanque bajando las persianas del 4 a 0 al facturar tras un pelotazo largo resuelto en tres toques, matando el balón entre el pecho y la mano, acomodándolo con el muslo y fusilando de zurda contra el segundo palo. Gastón tocó poquitas, pero se lo vio con ganas.
En síntesis, un triunfo para reavivar ilusiones de cara a la llave de la Libertadores ante Gremio de Porto Alegre. Se da por consumada la incorporación del Flaco Albertengo, un buen centrodelantero al que se debe fortalecer en el aspecto físico; y uno sigue esperando por la categoría de Matías Laba para la generación de juego.
En síntesis, un triunfo para reavivar ilusiones de cara a la llave de la Libertadores ante Gremio de Porto Alegre. Se da por consumada la incorporación del Flaco Albertengo, un buen centrodelantero al que se debe fortalecer en el aspecto físico; y uno sigue esperando por la categoría de Matías Laba para la generación de juego.
El cariño del Chino por los jugadores puede convertirse en otro aspecto fundamental del nuevo proceso. Se percibe otro clima, una suerte de comunión de esfuerzo e ideas en la búsqueda de la identidad perdida. Para nunca jamás olvidar ese grito de guerra encendido en la última noche del bielsista Bernardi, aquel alarido reverberante y sobrenatural: "...es el equipo, del Narigón". Ojalá haya quedado claro para siempre.
Salutti
Andújar: 6
Matías Sánchez: 6
Schunke: 7
Campi: 6
Evangelista: 5
Zuqui: 7
Braña: 7
Tití: 8
Pellegrini: 8
Luguercio: 5
Apaolaza: 5
Pavone: 6