Texto por Leo Timossi
Canchita por Maraja
Fue la noche del once de enero, apenas pasada la 煤ltima media hora del d铆a. Cristian Vega recibi贸 un rechazo desde la izquierda, a metros de la puerta del 谩rea y casi en el mismo instante sac贸 un disparo alto que nunca modific贸 su trayectoria hasta que se encontr贸 con la red que envolv铆a el 谩ngulo derecho del arco que defend铆a Mariano Andujar.
Corr铆a el minuto 93’ del 煤ltimo partido de la Copa Diego Armando Maradona, el in茅dito campeonato con el que intentaron homenajear al jugador m谩s importante de todos los tiempos. Durante la celebraci贸n de los jugadores de Central C贸rdoba de Santiago del Estero coexiste una reacci贸n desmedida del capit谩n y arquero de Estudiantes, un reclamo al 谩rbitro vehemente, confuso, sobre una supuesta falta que ning煤n otro compa帽ero reclamaba y que nadie nunca pudo advertir. No era el gol de Vega lo que molestaba a Andujar: era la certeza –cruel socia de la impotencia- de saber que ese gol, el de una nueva y humillante derrota, representaba el 煤ltimo clavo, el cierre de un ata煤d en el que el equipo albirrojo sepult贸 la peor campa帽a de su historia.
No busque el lector el desguace de semejante sentencia en el an谩lisis fr铆o de la estad铆stica: los n煤meros –malos, muy- nunca podr谩n reflejar el alcance de la crisis que padecieron Estudiantes y sus hinchas. Fue mucho m谩s que otro proyecto ambicioso frustrado: fue la ca铆da desde un pico muy alto, lleno de emociones, que comenz贸 con el triunfo en un cl谩sico, marc贸 un regreso a casa deseado durante tres lustros e incluy贸 la ilusi贸n de incorporaciones de profundo valor emotivo y contratada relevancia internacional.
Vale la pena un justo repaso para entender el sabor de una derrota que se coci贸 tambi茅n fuera de la cancha: Estudiantes gan贸 cuatro partidos consecutivos entre octubre y noviembre de 2019 (Central C贸rdoba, Rosario Central, Gimnasia y Talleres) antes de un doble regreso a su estadio de Uno, primero en un fin de semana de celebraci贸n y m谩s tarde, con la vuelta de la actividad oficial en un empate 1–1 ante Atl茅tico Tucum谩n. En el medio, el presidente Juan Sebasti谩n Ver贸n viaj贸 a China y transform贸 en realidad una incorporaci贸n de alto impacto: Javier Mascherano, hombre r茅cord de la Selecci贸n Argentina, se sumaba al proyecto que encabezaba Gabriel Milito.
Fueron d铆as felices. A la solidaria presentaci贸n del Jefecito en el club –unas 14 mil personas se acercaron al Hirschi con siete mil juguetes para repartir durante la Navidad- se sum贸 primero un nuevo modelo de indumentaria que gener贸 furor entre los hinchas y luego la novela por un posible regreso de Marcos Rojo que tuvo finalmente el desenlace esperado.
La tarde del 1° de febrero de 2020 fue, quiz谩, la 煤ltima alegr铆a que recibieron los hinchas en un 2020 para el olvido: la solidaria presentaci贸n del defensor del Manchester United cont贸 con la presencia de La Nueva Luna; la Fundaci贸n del club “recaud贸” bolsas y bolsas de 煤tiles escolares y el equipo obtuvo una primera victoria s贸lida en su nuevo estadio, 3–1 sobre Uni贸n.
Fue la 煤ltima. La ca铆da desde all铆, infinita.
Un pu帽ado de d铆as despu茅s, un lunes de lluvia torrencial, Gast贸n Fern谩ndez pateaba –y erraba- su 煤ltimo penal como futbolista profesional. Minutos despu茅s Defensa y Justicia, con goles de Pizzini y Botta, abri贸 un derrotero que ni siquiera termin贸 el once de enero pasado: incluy贸 en primera medida la lesi贸n (y despedida) de Marcos Rojo, una eliminaci贸n de Copa Argentina ante un rival dos categor铆as inferior con final de ciclo incluido (debilitado adem谩s por dos derrotas consecutivas de local, Milito present贸 la renuncia), la confirmaci贸n de Leandro Des谩bato como entrenador de la Primera, una pandemia que puso el mundo el pausa y el retiro del propio Fern谩ndez.
La perspectiva no mejor贸 tampoco en el segundo semestre: con un plantel renovado (se fueron la Gata, Retegui, S谩nchez, Schunke, Rojo, Estevez, Fuentes y Rosales, entre otros) pero con una idea sin demasiado sustento, el equipo se hundi贸 m谩s y m谩s en el desconcierto y en noviembre, cuando el f煤tbol profesional se desangraba, Javier Mascherano dio un portazo que se sinti贸 como un golpe de nocaut. El barco que hab铆a dise帽ado Ver贸n y que hab铆a zarpado exactamente un a帽o antes en Wuhan hab铆a ido a parar -sin salvavidas- al fondo del mar.
Las fiestas –diametralmente opuestas en el 谩nimo al brindis del 2019- tampoco sirvieron como pausa para el creciente desgaste de los hinchas: meses sin gritar un gol, la peor racha sin triunfos de la historia, una previsible salida de Des谩bato que termin贸 en cortocircuito con la dirigencia que, adem谩s, debi贸 pilotear a la vez un deseo de despedida de Andujar, capit谩n, referente y 煤nica figura.
As铆, ya con Zielinski como peque帽a lamparita al final de un t煤nel oscuro intenso, se lleg贸 a la noche del once de enero. Pasaron desde entonces 42 d铆as y en el medio quedaron cap铆tulos largos y tristes de una nueva novela veraniega con Marcos Rojo que, en oposici贸n al 煤ltimo ratito pre-pand茅mico, termin贸 con m谩s sal sobre la herida de los Pinchas.
¿Qu茅 cambi贸 con la llegada del Ruso?
A priori, pareciera que los jugadores respiran otro aire, viciado con menos pretensiones. Estudiantes ya no recuerda una ingenier铆a de producci贸n en serie de pases previsibles ni un paciente eterno redescubriendo sus traumas sobre el div谩n: existe ahora una noci贸n del peligro y de los propios l铆mites que hicieron del equipo de Zielinski uno menos permeable a los errores caseros y m谩s despiadado con los que comete el de enfrente.
Al renovado compromiso le sum贸 adem谩s experiencia y altura: Noguera, que ven铆a de un a帽o de minutos a cuentagotas, es un baluarte en las dos 谩reas. El Corcho Rodr铆guez, una inversi贸n a todas luces riesgosa, result贸 la clave posicional para que a Estudiantes ya no lo encuentren desordenado cuando no tiene la pelota.
A ellos se sum贸 el regreso del uruguayo Castro. El茅ctrico, atolondrado, de coraz贸n siempre caliente y a veces visi贸n opaca; resume como un emblema este Estudiantes de Zielinski: inquieto, terrenal, concentrado e hincha pelotas.
Arriba no vari贸 demasiado. Leandro D铆az le sum贸 un gol a su habitual enjundia y Federico Gonz谩lez un desgaste generoso para terceros pero perjudicial para 茅l. Mauro D铆az es un poco m谩s que una variante para el segundo tiempo, como antes fuera Sarmiento y ahora S谩nchez Mi帽o.
¿Para qu茅 le alcanza a este nuevo Estudiantes, 42 d铆as despu茅s del ep铆logo de la peor crisis de la 煤ltima d茅cada? Por ahora, para ganar dos partidos seguidos, para que la pelota entre y, River al margen, convertir en espectador a Andujar. Parece poco, pero el lector no se imagina lo que fue padecer el 2020.
No hay repaso que simplifique lo triste que fue estar ah铆.