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Goleada inesperada de la mano de papá Guido


Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja




Ya es 4 a 1, trepida el estadio, y los jugadores, arremolinados contra la cabecera de la hinchada, entonan el hermoso “No nos rompan las pelotas / Los triperos con la moda / Cuando fuimos al descenso / A la cancha fuimo´ igual… Ya copamo´ el Centenario / Siempre vamo´ a todos lados / Cuando fuimos a San Pablo / Callamos al Morumbí… / Vamos Pincharrata ponga huevo León / Los pibes te alientan tienen una ilusión / En todas las canchas / La banda te aguanta, con el corazón… / Se merece ser campeón”. Cae la soleada tarde de invierno, y ha vuelto al triunfo el único monarca de la ciudad.

Mejor Estudiantes de movida, con las escaladas de Meza por la banda derecha, avisando con un par de centros luego de llegar al fondo. Pero pronto lo emparejarían los virgos, en especial por las pérdidas de Palacios y Neves en el eje, algo potenciado con la tempranera tarjeta amarilla de Enzo Pérez, y por la llamativa intrascendencia del tibio Cetré; un ratito antes, Mansilla rechaza con los puños en lugar de tomar la pelota con las manos, se la sirve de frente a Garayalde, éste abre el pie, le pega de emboquillada y el esférico roza el palo izquierdo ante la mirada piadosa de nuestro golero.

Recién a los 32’ reacciona el Pincha a la supremacía táctica de la visita en jugada que inicia Benedetti con un autopase en la salida, busca a Ascacíbar, éste a Palacios, deriva hacia Meza y su envío lo termina cabeceando el mismo Benedetti en semi-palomita controlada por Insfrán. A los 36’, pisa al fin Neves el área para recibir el pase de Carrillo, después de un avance de Cetré demorado por Palacios; lo tapan a Bigote, va al corner, lo peina Fede, el esférico sobra a todos, Carrillo lo captura por el segundo palo, tira suave por encima del arquero y salva Cabral mandándolo afuera, para un nuevo tiro de vértice sin consecuencias. Trascartón, Lollo sustituye a Fede Fernández, quien acusa una molestia cuando estaba siendo de lo más destacado del equipo.

Casi con el entretiempo, Cabral peina un ollazo producto de una infracción, y Mansilla manotea junto a su caño derecho una bola dificilísima al ras del piso. En el corner subsiguiente, lo pierden a Abaldo en la línea del área chica y su cabezazo no entra por milagro. El pitazo del descanso cayó como una bendición para el León, que jugó la primera mitad con 8 porque Cetré, Palacios y Neves estuvieron en un cumpleaños, en especial Colombia y Bigote. La clase y experiencia de Enzo no disimularon su falta de timming por el parate, el Rusito corrió como de costumbre, y Guido pareció ubicarse, por determinación, pivoteo y anticipos, uno o dos escalones por encima del resto; ello tendría más tarde una justa recompensa.

Comienzo del complemento con tres variantes fundamentales: Mancuso, Piatti y Luciano Giménez por Meza, Neves y Cetré, en aciertos claves de Domínguez porque ese volantazo general, con seguridad arengado en el vestuario, no resultó sólo futbolístico y estratégico, sino principalmente de carácter. Entonces el Tetra despertó de su letargo, se convirtió de golpe en una tromba y en un cuarto de hora barrió con su rival.

Al minuto, Palacios alarga para Giménez, el flamante refuerzo lo cuerpea de guapo a Cabral, centrea a media altura, rebota en Morales y le cae en la medialuna a Ascacíbar, que a la carrera le da rasante y a tres dedos para que la redonda anide en la red del arco de 57; el Rusito lo gritó en la tribuna, le acercaron una camiseta de Mauro Méndez y su dedicatoria fue explícita. Al toque, un enchufado Palacios amaga un enganche, lo ubica a Mancuso, centro ideal del marcador de punta para el salto de Carrillo, el 9 despacha un testazo letal de pique al piso, furibundo... y a cobrar.

Palacios, Ascacíbar, Piatti (cabeceando de un lateral…) y otra vez Palacios al desperdiciar una enorme cortada de Guido tuvieron enseguida chances de aumentar diferencias ante un hijo shockeado. Que, no obstante, a los 14’ casi descuenta, con el lungo Castillo agarrando pifiado una buena comba de Benjamín Domínguez.

El tercero, a los 18’, fue una obra de arte. Outball de Mancuso hacia Carrillo, gana de alto cabeceando hacia atrás, Giménez también gana arriba para peinársela a Guido que había picado al vacío, y el crack de Magdalena, pisando el área en posición de siete, despide de aire un derechazo imponente contra el primer poste, elevado, inatajable y absoluto.

Y siguió predominando papá, aunque Mansilla a los 32’ mostró sus reflejos para desarticular una volea de Castillo. Sosa por Carrillo a los 36, significó un enroque que encierra parte de la historia del club; ni bien pisó el césped, el Rusito le cedió la cinta de capitán al monstruo de Carcarañá.

A los 42’, Zalazar sorprendió a Benedetti al alejarse de su marca y vulneró de emboquillada a Mansilla, direccionando un preciso centro de Domínguez. Y en el adicionado, después de un par de aproximaciones tristeras basadas en el empuje, gran apertura de Sosa para Benedetti, centro pasado de Gastón, Insfrán no logra atraparlo, y al caer lo pisotea alevosamente a Piatti; roja directa, penal indiscutible, y José Ernesto Sosa le pone el broche de oro con su categoría característica, ubicándola junto al vertical derecho de Morales, quien se calzó por instantes el buzo de guardameta para pagar de lleno su inaudita soberbia semanal. Aquel Pibe de la 7 hoy es el Hombre de la 7, y el único sobreviviente del 7 a 0. Yo sólo le digo gracias, eternamente.


Fiesta en UNO. Con un Carrillo descomunal, y decisivo para la levantada del conjunto personificada en el rinde ulterior de Palacios. Con la fe del Rusito para morder, meter y convertir. Con dos etapas totalmente diferenciadas para fortificar, al cabo, una paternidad perenne e intacta. El Barba saldó además una larga deuda personal en cuestión de clásicos, la cual excedía su cargo albirrojo.

Y no, nadie hubiera imaginado el término de una racha adversa con un final tan pero tan feliz.
Salutti
Mansilla: 7
Meza: 6
Fede Fernández: 7
Rodríguez: 5
Benedetti: 7
Neves: 4
Enzo Pérez: 5
Ascacíbar: 8 ⚽
Palacios: 6
Cetré: 3
Carrillo: 10 ⚽⚽🏆
Lollo: 6
Mancuso: 7
Piatti: 6
Giménez: 7
Sosa: 6 ⚽(de penal)

Ocho sin ganar

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Ocho partidos sin ganar señalan de manera tajante la meseta negativa del Ciclo Domínguez. El 0 a 0 de anoche ante el líder Huracán sólo le permitió traerse un punto, pero su anemia creativa, su falta de verticalidad y el bajísimo nivel de varios jugadores conforman el combo explicativo.

Al Estudiantes le llegaron con claridad muy poco, es cierto. En el primer tiempo, ese error de Meza al rechazar apurado y de punta le sirve el balón al derechazo comando de Alarcón que obliga a la estirada de Mansilla. En el segundo, el gol anulado a la falsa perla Ramírez por offside, luego de un corner provocado por la duda compartida entre Mansilla y Facundo Rodríguez contra la raya de fondo.

Sin embargo, cuesta encontrar en el partido una chance concreta del León. La tuvo el debutante Luciano Giménez al errar el cabezazo en posición inmejorable; y al final, en el único acierto desde su ingreso, Piatti remató cruzado al ras un toque suave de Carrillo luego de gran escalada de Benedetti.


Gastón continúa levantando, y junto al oficio de Neves para jugar pausado en el medio, fueron lo más rescatable del equipo. Un escalón por debajo, el despliegue proverbial de Ascacíbar, la aceptable noche de Mansilla, el positivo ingreso de Carrillo, los cierres de Fede Fernández y la determinación mostrada por el chico Román Gómez al sustituir a Meza; éste subió con ganas, y dió ventajas atrás en concordancia con los desacoples de Rodríguez en la cueva. Palacios hace tres muy buenas y pierde siete, Manyoma tiene arranques llamativos combinados con ingenuidad alarmante, Cetré debe largar el tik-tok, y Giménez expuso en su presentación algunos movimientos interesantes.


Del puntero Huracán (15) al décimocuarto, Estudiantes (9), hay apenas 6 unidades, en un torneo parejo por lo mediocre. Cualquier cuadro, con un golpe de timón de tres triunfos, se acomodaría en la pelea. No obstante, el último campeón no Pincha ni corta. Se acostumbró a no ganar, mientras su DT se empecina en habilitar con cuentagotas a chicos como Atum, Barreiro o Román Gómez. El domingo en UNO estará prohibido no cantar victoria.
Salutti
Mansilla: 6
Meza: 5
Fede Fernández: 6
Rodríguez: 4
Benedetti: 7
Manyoma: 5
Neves: 6.5
Ascacíbar: 5.5
Palacios: 5
Cetré: 3
Giménez: 5
Piatti: 4
Carrillo: 6
Román Gómez: 6

Otra pálida entrega

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


En una nueva demostración de su rumbo extraviado, el Pincha igualó 0 a 0 con Unión de Santa Fe y dejó escapar, al margen de un par de puntos, la inequívoca sensación de la impotencia flotando sobre la atmósfera de UNO.

Con los debuts de Facundo Rodríguez en la zaga y de Neves en el eje, Estudiantes insinuó de entrada algunas triangulaciones pero pronto ingresó en la vorágine improductiva, sin continuidad y con errores continuos de Piatti, Palacios y Cetré en los mano a mano y en las cesiones. Aunque Ascacíbar se prodigaba como de costumbre, Benedetti construía otro buen partido, Mancuso empujaba por la banda opuesta y Neves no desentonaba al tratar de hacer siempre la simple, Carrillo quedaba muy aislado arriba, por eso la tenencia fue local y las chances de la visita, que tuvo dos opciones clarísimas conjuradas por Mansilla, además de otra donde Rodríguez subsanó un horror de Lollo en el vértice del área chica.

El complemento no ofreció demasiadas variantes tácticas, sí una mayor determinación del León por apurar a su rival, temible de contragolpe. Sin embargo, la reiteración de centros buscando la cabeza de Carrillo fue la terminación de casi todos los avances, con Ascacíbar bancando la parada en el medio, e indefinición de sus compañeros de línea para la gestación. En una de las más claras, envío pasado de Cetré, Guido entra por atrás y exigido la toca a las manos del arquero.


Sosa y Manyoma por el flojito Piatti y Neves, a los 75’, parecieron sustituciones demasiado tardías. Y no consiguieron torcer el rumbo ni en la última del crepúsculo tras una linda combinación grupal.

La impresión de caída libre es elocuente, más allá de las declaraciones convincentes de Domínguez en cada conferencia posterior a los encuentros. El equipo no crea chances, luce previsible e impreciso, ha perdido la compostura por la devaluación de su peso específico grupal e individual, sufre en los retrocesos, y en consecuencia le cuesta horrores ganar.


Los dos desafíos inminentes, este miércoles en el Ducó con la obligación de no quedar en el ojo del Huracán, y el próximo domingo en casa en el matar o matar frente a los virgos, determinarán mucho más que la momentánea posición intrascendente en la tabla del certamen.
Salutti
Mansilla: 7
Mancuso: 6
Lollo: 4
Facundo Rodríguez: 6
Benedetti: 6½
Palacios: 5
Ascacíbar: 6
Neves: 5
Piatti: 4
Cetré: 4½
Carrillo: 5½
Manyoma: 5
Sosa: 5

Papelón... y después?

Análisis por Marble Arch

Canchita por Maraja


Estudiantes paseó su ya innegable plano inclinado por La Docta al caer 2 a 1 ante Central Córdoba de Santiago del Estero, quedando eliminado de la Copa Argentina, en trance doblemente doloroso por tratarse del último monarca del trofeo.

Salvo ese gol imposible errado por Carrillo debajo del arco a los 10’ de la etapa inicial, de ese zurdazo alto de Benedetti –lo más rescatable- en acción individual, del claro penal no sancionado a Cetré con el partido 2 a 0, y de la débil reacción anímica insinuada tras el descuento de cabeza de Piatti, quien en el entretiempo reemplazaba a un insulso Manyoma, lo mostrado por el León en todas sus líneas resultó pobrísimo.

Horrores de Fede Fernández y Lollo en la zaga; imprecisiones increíbles de Sosa, incluso pateando tres tiros libres a las manos del arquero; pérdidas continuas de Palacios, aunque a su favor siempre intentó; noche del color de su piel para Cetré; fervor desordenado en Ascacíbar, hasta irse expulsado al filo del epílogo por una barrida innecesaria; casi nada de Carrillo, tal vez condicionado por ese tanto desperdiciado; sólo aceptable Mancuso por sus ganas; y Mansilla, que sacó en cada tiempo un fútbol que iba adentro, se comió dos inatajables pero distó de brindar seguridad. Kociubinski reemplazó a Sosa y no estuvo fino en su ratito de juego.


Un panorama pobrísimo, sin poder de fuego, sin vuelo creativo, con marcada lentitud de traslado y con notorias ventajas defensivas, donde hace bastante que el Pincha sufre horrores en los corners o balones quietos en contra. Los 5 ó 6 minutos en cancha del pibe Benjamín Barreiro reflejaron el desconcierto de Domínguez. El futuro es ahora, cuando no se sabe a ciencia cierta si Altamirano podrá seguir en carrera, y se especulan varios nombres de delanteros que por el momento no prosperan.

Ya no habrá doble competencia, ni chances de continuar dilapidando prestigio de modo indolente porque lo ofrecido en el estadio de Belgrano fue, por lejos, lo peor de un ciclo que no para de devaluarse.
Salutti
Mansilla: 5
Mancuso: 5
Fede Fernández: 4
Lollo: 3
Benedetti: 6
Sosa: 2
Ascacíbar: 4
Manyoma: 2
Palacios: 5
Cetré: 3
Carrillo: 4 
Piatti: 5
Kociubinski: 4

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NO SE OLVIDEN...

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Homenaje a Caloi

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