Análisis por Marble Arch
Canchita por Maraja
Fue de punto a jugar a Arroyito contra el equipo del amigo íntimo de “Chiqui” Tapia, el internacional Ángel Di María. Cuyos murales, como los de Messi, Dibu Martínez, Scaloni y cía., están siendo vandalizados a lo largo y a lo ancho del país por hinchas de disímiles camisetas a raíz de los desvergonzados despojos sufridos en los últimos meses por distintos clubes al medirse ante Barracas, Central Córdoba de Santiago del Estero, Riestra, el mismo Rosario Central, y Deportivo Madryn en el ascenso. El hurto a Huracán frente a Barracas fue obsceno. Lo de San Lorenzo anoche en el Madre de Ciudades, el enésimo atropello de la mafia del silbato y el VAR. El “Chiqui Tapia botón” se va replicando en casi todos los estadios. La gente siente asco. Y el repudio unánime a la inventada coronación de Rosario en la sede de AFA, retratada con una foto de Di María, Broun y Holan en un vehículo mostrando la copa junto a dos dirigentes, fue la gota que colmó el vaso.
El nefasto amenazador serial Toviggino, llegado al fútbol importante bajo el ala del operador macrista Angelici –socio y cómplice del Rey de la Fuga-, emitió un comunicado conminando a Estudiantes a realizar un pasillo de homenaje para saludar al flamante “Campeón de Escritorio” declarado días atrás en ese vergonzoso conciliábulo del poder carente de votación. El tweet del jueves por la noche con la contestación oficial de ELP acumula 12.400.000 reproducciones.
Y el Pincha se puso de espaldas cuando el Canalla pisó la cancha colmada, en una imagen contundente de “SOLOS CONTRA TODOS” que recorrió el mundo y ocupa las portadas de cientos de miles de páginas deportivas, portales, facebooks, instagrams, tik-toks, X y demás nichos sociales. “El que no salta es un inglés” fue la respuesta de la hinchada local, ridícula y encubridora por donde se la mire.
Ahí se empezó a ganar el partido, en medio de un clima bien caliente. Con ese gesto de grandeza que me recordó no sé por qué a ese tremendo filme titulado “El honor de los Prizzi”. Con la tempranera entrada de Cetré hombreando sin asco a Giménez. Con la subsiguiente murra de Piovi a Di María. Con la pierna fuerte de González Pirez al bravo Alejo Véliz. Con la seguridad de Muslera, la firmeza de Santi Núñez, la contagiosa personalidad de Román Gómez –un animal-, la garra de Arzamendia, la clase exquisita de Cristian Medina, el atinado andar de Amondarain y un comprometido Palacios, quien a los 10’ desperdicia un regalito de la zaga local y remata desviado casi desde el punto del penal.
A los de Holan les costaba, porque la retaguardia del León estaba muy metida, sin embargo Muslera se hizo enorme para tapar con todo su cuerpo un balón que tras un envío quieto que se escabullía en rebotes y le quedaba servido a Sandez. Atrás, Rosario era permeable, y Cetré lo demostraba en un par de desbordes. No obstante, Farías calesiteaba en demasía, se limpiaba un rival, enganchaba, la pisaba, no la largaba, era rodeado e iba perdiendo una tras otra.
Hasta que a los 31’, al recibir de González Pirez, Tiago Palacios se la da cortada a Medina, que la deja pasar arrastrando su marca, Cetré recibe en posición de once en el vértice del área grande y clava un derechazo bien combado al segundo palo de Broun para la apertura gritada por los titulares en un racimo con los suplentes. Al rato, certero contragolpe comandado por Palacios, alarga para Farías, lo ve libre por el lado de enfrente a Cetré, le sirve el centro y el parcero, a la carrera, erra el zapatazo. Y en la mejor combinación del semestre, Medina, Amondarain y Palacios construyen un avance con paredes, rodeos y pisadas que termina en un tirito alto de Farías, siendo por concepto merecedor de red.
Dóvalo, que había llevado bien las riendas, con el 0-1 empieza a cobrar para Central. Le inventa un foul inexistente a Román Gómez en perjuicio de Campaz, y Di María le pega paralelo a la línea de fondo para hacerla rebotar en la parte externa del caño derecho. Esa tesitura arbitral se incrementaría en el complemento, pues de entrada, en el único error de Cristian Medina, González Pirez anticipa sin falta a Véliz y el referée le cede peligroso tiro libre a Di María, cuyo remate da en la barrera. Enseguida, Román Gómez y Campaz de nuevo a los manotazos, gana el lateral estudiantil, y el hombre de negro pita infracción. Ahí nomás, notable habilitación de Medina para Farías en una réplica, el ex Colón ingresa al área con pelota dominada luego de limpiarse a Komar, y remata al cuerpo de Broun en una chance inmejorable de 2 a 0.
Y comienzan las lesiones. De Núñez, reemplazado por Facundo Rodríguez a los 60’ después de golpearse con Véliz en los carteles publicitarios; al cabo abandonaría el estadio con una bota en su pierna derecha. De Farías a los 65’, para el ingreso de Alario, y acá quiero detenerme en el análisis. Farías tuvo dos acciones positivas, una en cada etapa, y es cierto, obsequió por individualista muchos esféricos. Pero Alario no puede moverse, corre en cámara lenta, salta para abajo y realmente cuesta creer incluso que integre el banco. Benedetti, Alexis Castro y Tobio Burgos sustituyeron a los 70’ a Cetré, Palacios, y Piovi, en ventana de tres variantes obligadas al sentirse Piovi, acusando seguramente tanto tiempo sin arrancar de movida. Y en esos veinte finales, más los alevosos 8 de adicional, el Tetra se limitó a pegarle para arriba y a aglutinarse cerca de Muslera, máxime porque Alario no aguantaba una para descansar al equipo, y Castro no entiende que una instancia semejante sólo admite dientes apretados. Benedetti y Arzamendia cubrían la punta derecha, Tobio ayudaba a Román en la de enfrente, y el fenómeno de Cristian Medina se multiplicaba incluso para raspar y tirarse a los pies. Un cabezazo de Véliz en el poste y un derechazo fortísimo de Lovera que rozó el vertical izquierdo de Muslera resultaron lo más claro del “Campeón”.
Y la frutilla del postre, en el primer minuto adicionado, fue la expulsión de Amondarain por segunda amarilla al barrer en tres cuartos de cancha a Copetti sin violencia. En un tiro libre a nada del cierre, Medina la puntea despacito y Dóvalo lo amonesta, aunque las acumuladas previamente se borran en estos playoffs y el crack podrá estar en Santiago.
Y la palpable impotencia rosarina contrastó en el pitazo definitivo con el festejo del plantel. Que en rodeo ajeno escribió una página memorable de dignidad para desgracia de los Azzaro, los Fino Yossen, los Tapia y los obsecuentes del mamarracho imperante, decorándola con un triunfo ataviado de clasifiación.
Estudiantes de La Patria, orgullo de la ciudad, del país y del mundo.
Salutti
Muslera: 8
Román Gomez: 8
Núñez: 8
González Pirez: 7½
Arzamendia: 7
Medina: 8
Amondarain: 7
Piovi: 6
Palacios: 7
Farías: 5
Cetré: 8 ⚽
Facundo Rodríguez: 6
Alario: 3
Benedetti: 6
Castro: 4
Tobio Burgos: 5









