Análisis por Marble Arch
Canchita por Maraja
La esperada victoria de anoche por 2 a 0 ante el frágil Carabobo colocó al Pincha en la cumbre de su grupo, de cara al sorteo del próximo lunes. Pero no despejó los nubarrones funcionales ante un débil rival que vino a La Plata a cumplir, trató de jugar sin ataduras, fue al frente dignamente y jamás apeló a las brusquedades. Por eso, este triunfo no es medida, más allá de algunos desempeños individuales relevantes.
Una velada extraña, porque la muerte de Juan Ramón Verón acaecida ayer por la mañana caló hondo en el alma del club, obligó a suspender la programada recibida al plantel y tiñó la previa de una profunda sensación general de melancolía. No había clima copero, en absoluto, al punto que la gente empezó a alentar recién cuando los equipos asomaron al rectángulo.
El encuentro pareció un entrenamiento, y el León lo ganó por jerarquía individual, gracias a la calidad de un Cristian Medina convertido en manija, a las oportunas escaladas de Meza, y al importante laburo sucio de Giménez para disimular sus torpezas. Y lo resolvió rápido, con apertura a los 10' tras un saque de meta visitante que Medina cabecea para Giménez, éste pivotea enredado, Medina la pesca con picardía, cambia de ritmo, abre a la izquierda para Cetré, "Colombia" se hamaca, busca el claro y mete una comba perfecta, muy precisa y envenenada, para anidarla contra el segundo palo.
A los 11', un minuto de conmovedores aplausos en honor a quien montado en una escoba celestial ya desataba en el acto circular contra el racismo un grito unánime de "Olé, olé, olé, olé, Bruja, Bruja". Y más tarde, el "Vamos Pincha, ponga huevo, que la Bruja, alienta desde el cielo". Todo con su rostro omnipresente en la pantalla superior de 57.
Las acciones continuaron sin sobresaltos, y Giménez, que las corre, choca y obliga, tuvo su premio a los 24', cuando su deficiente control largo habilita también larguito e involuntariamente a Medina, Cristian llega con lo justo a punteársela a Bruera, la pelota rebota en el arquero, se eleva y le vuelve a caer mansita a Giménez, que de zurda la empuja suave a la valla desguarnecida.
Meza tuvo el tercero, salvado por el cierre de Aponte después de un taco de Palacios y la asistencia de Giménez. Y trascartón el mismo Giménez la tiró a las nubes al recibir solito casi en el vértice del área chica una espléndida cesión de Cetré.
De movida, Piovi por Neves para el complemento, a raíz de una molestia del uruguayo, que había rendido de menor a mayor. Su sustituto, lejos de cumplir, defraudó.
Un zurdazo alto de Palacios se fue cerca del ángulo. Y al rato "surtió" una bola bárbara desperdiciada por Giménez. A los 62', con dominio pincharrata ostensible frente a un adversario inofensivo, Alexis Castro y Farías reemplazaron a los muy aplaudidos Medina y Giménez. El primero tejió al toque una linda pared con Meza, y cayéndose exigió con su disparo bajo a Bruera, aunque se lo notó completamente falto de timming. Farías pisó el césped con ganas, y se diluyó en su terrible individualismo. Sosa por Cetré a los 71', y la rentrée de Mauro Méndez a los 81', permitieron cuatro o cinco pinceladas de José y la retribución de la gente para la férrea voluntad del uruguayo.
Bien Facundo Rodríguez en la zaga, flojito Santi Núñez, correctos Arzamendia y el "Rusito", demasiados altibajos en el andar de Tiago Palacios, y llamativas declaraciones de Domínguez en la conferencia de prensa, afirmando que el equipo "jugó mal", y que para competir con pretensiones en el segundo semestre, sus dirigidos "deben cambiar la cabeza"; hizo hincapié en un par de ocasiones a esa cuestión, incluso al hablar dre las conversaciones encaminadas por el tema refuerzos.
"Pegá la vuelta, la puta que te parió" le cantaron cariñosamente en el entretiempo a Zaid Romero al descubrirlo en la platea de Uno; el zaguero se asomó a la baranda, sonrió y con la mano derecha se golpeó reiteradamente el corazón.
Un corazón albirrojo herido en un martes frío. Por la partida hacia la inmortalidad del héroe de Old Trafford, de un ícono de la institución, del autor de goles memorables, del "11" clásico de zurda endiablada. Que dejó no sólo el inmenso legado de su hijo Juan Sebastián, sino también toneladas de enseñanzas de vida a varias generaciones al caminar a diario el country de City Bell, su lugar en el mundo. El 27 de mayo tendría que ser declarado Día de la Pertenencia.
Entonces, las lágrimas de quienes peinan canas, de aquellos que vimos a Juan Ramón Verón en su última etapa, y de los miles que fueron construyendo íntimamente la leyenda al entrar a "la cancha que me llevó mí viejo" de la mano de su papá, transformaron el partido en una anécdota.
Salutti
Mansilla: 5
Meza: 7
Núñez: 5
Facundo Rodríguez: 7
Arzamendia: 5.5
Medina: 8
Neves: 6
Ascacíbar: 6
Palacios: 5
Cetré: 7 ⚽
Giménez: 7 ⚽
Piovi: 4
Castro: 5
Farías: 4.5
Sosa: 5.5